Dulzura cofrade y multitudinaria
● Los breves recorridos de las tres hermandades marcaron el ritmo de la jornada
EL Martes Santo en Vélez-Málaga se erigió como un rayo de esperanza tras el mal sabor de boca del Domingo de Ramos. Con un cielo que parecía desafiar a las nubes, tres cofradías se aventuraron por las calles: Ecce-Homo y Amor, Dulce Nombre de Jesús y Dolores y Coronado de Espinas y Salud. Las tres redujeron sus recorridos por precaución ante las posibles inclemencias del tiempo. Sin embargo, fue la procesión de Dulce Nombre de Jesús y Dolores la que se destacó como la gran protagonista en el municipio, atrayendo a miles de personas en su encuentro.
En la salida de Ecce-Homo y Amor, los penitentes ataviados con túnicas granates y azules, junto con hombres y mujeres de trono vestidos de negro, rodeaban la iglesia, desde los más pequeños hasta los más ancianos.
Justo a la hora de su salida, el hermano mayor de la cofradía, Antonio Manuel Burgos, anunciaba la modificación del recorrido debido a la amenaza de una “pequeña amenaza de lluvia” .
El recorrido modificado abarcaba la salida de la parroquia, con paradas planificadas en la calle Clavel y en el cuartel de la Policía Local para rendir homenaje a los caídos, antes de regresar al punto de partida. A las 16:30, el cuerpo de bomberos encendió los cirios de los tronos de los titulares, marcando así el inicio oficial de la Semana Santa de Vélez-Málaga.
Con la música de la Agrupación Musical Mater Dolorosa, Nuestro Padre Jesús en su Presentación al Pueblo inició su recorrido, seguido por María Santísima del Amor, ambos recibieron una petalada de bienvenida que alimentaba la devoción de los fieles.
En este peculiar escenario, Dulce Nombre de Jesús y Virgen de los Dolores partieron de sitios diferentes; mientras Dolores aguardaba en calle La Carrera, Dulce Nombre salía de la parroquia San Juan Bautista. A diferencia de muchas procesiones que realizan el encuentro al final de su recorrido, en esta ocasión, el encuentro marcaba el inicio.
Más de 1.000 personas se congregaron a la espera de este momento, que el pueblo calificó como “mágico”. Las calles del municipio estaban abarrotadas, apenas quedaba espacio entre la multitud.
Veinte minutos después de su salida, prevista a las 18:00, apenas el titular se asomaba con sus penitentes, portando en sus manos las tradicionales peladillas de colores, cuando Daniel Rojo, un comunicador torreño, recitó una poesía que narraba el encuentro entre Jesús y su Madre. Este emotivo momento conmovió profundamente a la audiencia, que, tras una larga espera, se vio inundada de emoción hasta las lágrimas al presenciar tan esperado acontecimiento. Finalmente, cuando ambos titulares estuvieron frente a frente, la banda comenzó a tocar, acompañando el momento en el que ambos tronos, sostenidos por los horquilleros, parecían danzar al ritmo de la música, haciendo que el municipio vibrara de emoción.
No obstante, esta cofradía también se vio influenciada por las previsiones meteorológicas, lo que llevó a una reducción de su recorrido.
La cofradía de Coronado de Espinas y Salud destacó por su puntualidad. Sin embargo, se enfrentaron a obstáculos al sacar el trono del titular debido a la estrechez del recinto, dividiendo a los hombres de trono en dos grupos: unos llevaban el trono en brazos mientras los otros aguardaban en fila, dejando un pasillo para Jesús Coronado de Espinas.
Una vez el trono piso la calle, al son de las campanas, todos los horquilleros se unieron para que su santo desfilara por las calles de Vélez-Málaga.
Una peculiaridad de esta cofradía es que la Virgen de la Salud no procesiona; algunos devotos novatos se sorprendieron al ver la ausencia de una Virgen en esta procesión, sin saber que la imagen se encuentra en la parroquia San Juan Bautista.
Finalmente, esta procesión se unió al resto, optando por reducir gradualmente su recorrido para evitar exponer al Cristo a cualquier percance por el clima.