PRIMERA VEZ

EN 'AMAR', POL MONEN DEBUTA EN EL AMOR (DE FICCIÓN) Y COMO PROTAGONISTA.

Tiene 22 años y parece que trabajar con directores que han orbitado en torno al Oscar está en su ADN. Con solo 8 años formó parte de la figuración de La mala educación de Almodóvar, uno de aquellos niños del patio del colegio. “Yo coleccionaba autógrafos, y le pedí uno sobre un montaje de pegatinas que hice para él. Recuerdo que se lo fue enseñando a todo el mundo, y la dedicatoria no la olvidaré jamás: 'Para Pol, un abrazo y que hagas muchas películas'". Más tarde, sus manos arrancaban el papel de la pared en los créditos de El orfanato, de Bayona. “Pero yo no le conocí hasta poco antes de estrenarse. Mi madre y la suya se pasaron un buen rato charlando”, recuerda. Ya por entonces tenía claro este actor catalán que quería dedicarse al cine, donde desembarca este mes con su primer papel protagonista en Amar, a las órdenes del nominado a un Oscar, Esteban Crespo. “Había opciones de actores conocidos y fue un proceso largo. Yo llevaba algunas negativas y me obsesioné, me empeñé en relajarme: ensayaba, limpiaba el piso… La primera noche que me acosté tras saber que hacía la película deseaba despertar y que no lo hubiera soñado”. En esta película, Pol y María Pedraza son una joven pareja que vive su primer amor de una manera muy intensa, consiguiendo envolver al espectador en una película nada adolescente. “Lloré el último día de rodaje, sentí que había dado algo muy mío y que había tenido la suerte de coincidir con gente muy bella”. Y eso que, admite, al principio no sentía el personaje. “Él es un artista, y yo un manazas. Así que olvidé que puedo ser un bruto y me convertí en alguien meticuloso”.