MANUAL DE SUPERVIVENCIA
BARRERAS VISUALES
Hazte con el perchero y sitúalo tras tu silla. No creará una burbuja de intimidad, pero delimitará tu espacio personal. Construir un fuerte con archivadores, libros y plantas también te ayudará.
MÁS AIRE
La hora del almuerzo es un asunto sagrado: no comas jamás frente a la pantalla. Desengánchate del trabajo y sal a comer. Oxigenarás el cerebro, rellenarás el estómago y respetarás las glándulas pituitarias ajenas.
ZONA PRIVADA
Si nada lo prohíbe, durante los picos de trabajo reserva una sala de reuniones para ti. Solo unas horas. Las suficientes para resolver el caso que tengas entre manos. Si alguien pregunta qué hacías ahí, la respuesta solo puede ser una: trabajar.
A DESHORAS
Sé impuntual: llega antes de que la oficina se haya abarrotado y adelanta tu hora de la comida para trabajar cuando los demás no estén. Acumula el trabajo que mayor concentración requiera en esas franjas de ruido suspendido.
NO TE ESCUCHO
Cuando no quede más remedio, encájate los cascos (aíslan mejor que los auriculares) sobre las orejas. Conviértelos en tu cartel de no molestar. Para bloquear del todo el ruido, escucha lluvia (grabada) caer. Prueba también con los Nocturnos de Chopin.