LA NIñA BIEN.
CONTRARIAMENTE A LO QUE MUCHOS PIENSAN, UNA NIÑA BIEN LO ES PORQUE ESTá, BáSICAMENTE... BIEN. NO SABEN USTEDES, ASALARIADAS COMO YO, LO MUCHO QUE TRANQUILIZA TENER EL FUTURO RESUELTO. PORQUE SU PRINCIPAL HABILIDAD ES LA DE SABER, PACIENTEMENTE, ESPERAR.
Analizamos esta figura.
Las Niñas Bien son básicamente (únicamente, podríamos decir) encantadoras y un reducto de buenísima educación. Amén, claro está, de estupendas amazonas en general. Vamos hoy a describir convenientemente algunas de las actividades que las Niñas Bien realizan en ese espacio cronológico que media entre su nacimiento y el día en que empiezan a percibir (que no cobrar) las distintas herencias familiares que les tocarán en suerte. Hay quien cree que las Niñas Bien pasan de bra- zos de la comadrona a los de su Nanny, de ahí a un internado en Suiza y del internado al brazo de su padre para que las lleve al altar a casarse con el retoño de alguna familia latifundista –o Niño Pera– que las mantendrá. Los que piensan así están muy equivocados. Porque las Niñas Bien tienen, esencialmente, fortuna personal. En ciernes, sí, pero personal. Suya y bien suya.
Una Niña Bien es Bien precisamente porque al nacer ya tiene asignado un patrimonio. Otra cosa es que se pueda benefi- ciar de él inmediatamente. Hay que tener paciencia y a ella le sobra, porque hasta el deceso de tías, abuelos o incluso padres, las Niñas Bien sobreviven gracias al fideicomiso o asignación que le administra el abogado de su Papá, que tampoco se vayan a creer ustedes que es de gran cuantía. Para ellas es solo pocket money, motivo por el cual una Niña Bien, si lo es de verdad, no tiene grandes gastos y sabe cómo economizar. Porque las Niñas Bien utilizan los bolsos de Mamá ("¿este Amazo-
na? es de mamá"); si necesitan vestir acuden al armario de primas y hermanas mayores o al de… Mamá; igualmente, si hacen falta joyas (un broche, unos pendientes) se las deja Puca, es decir, su abuela (a ella y a todas su hermanas y primas); el reloj es el de la primera comunión y las perlas, las de la puesta de largo, o sea que asunto solucionado. De vacaciones de verano van a casa ahora de una prima segunda, ahora de una prima tercera, bien porque las tales primas tienen casa familiar de veraneo, bien porque emparentaron con algún financiero con posesiones en Menorca, San Sebastián, Sotogrande o Marbella. En invierno van al campo, es decir, a la finca familiar con coto: todo en este universo es, como se ve, tremendamente familiar. Porque una Niña Bien nunca se queda los fines de semana en Madrid, a menos que tenga una boda en los Jerónimos (el convite en casa de la madre del novio, por supuesto). A esquiar van un fin de semana, a casa de "alguien" con un grupo de amigos "muy divertido"; a los gin- tonic les invitan siempre sus amantes, novios o exnovios, porque todos están chapados a la antigua y ellas, que no son idiotas, se aprovechan de la si- tuación, o mejor dicho, de ellos y en su cara; su Papá, desde la cuna, les paga box en Puerta de Hierro y butaca en el Teatro Real; no gastan tampoco mucho comiendo, porque siempre que quedan con amigas van a merendar o a tomar el aperitivo, lo cual, te pongas como te pongas, no conlleva mucho gasto. Si se ven en la tesitura de citarse con amigas para almorzar (lo que para nosotros sería comer) o para comer (que es para ellas el equivalente a nuestra cena), con una ensalada y una copa de vino van que arden; si están solas en casa, una rareza, se aliñan un tomate o comen frutos secos y aquí paz y después gloria. Si son Niñas Bien de provincias ( Barcelona, Sevilla, Pamplona, San Se- bastián o Neguri....) y las mandan sus papás a estudiar y a hacer "la temporada" a la capital, viven en el piso de la familia, ese que compró el Abuelo en los años cuarenta para tener un campamento base en la Villa y Corte. El piso estará situado en alguna calle arbolada con nombre de general o cardenal, tendrá cuatro habitaciones y cuatro baños completos (además de la zona para el servicio, con entrada independiente), terraza, recibidor, comedor y salón. Por él ha pasado toda la prole de esa noble familia, ellos cuando estudiaban empresariales o agrónomos y ellas para hacer algo tipo filología, restauración o historia del arte, básicamente para tener luego temas de conversación en las mesas de gala que les deparará el futuro, ya sea como invitadas, ya como anfitrionas. De la limpieza se encargará, tres veces por semana, la mujer del portero (él con bata de faena hasta las doce, traje y corbata a partir de mediodía). Portero que, en ausencia del padre, será el hombre de la casa y que también se encargará de sacar a pasear a Bobo (o Ito, por Bobito), el jack russel que la Niña Bien se habrá traído de "casa" para no sentirse sola. La finca (" apartamento", dicen ellas) tam-
«LA NIÑA BIEN NO TIENE GRANDES GASTOS Y SABE ECONOMIZAR»
bién tiene plaza de parking en la que siempre hay disponible un Golf de color verde botella matriculado en 1984, ese con el que "todas" aprendimos a conducir. Papá o Mamá pueden aparecer una vez cada mes, cada mes y medio a lo sumo, y se quedan a dormir "en Madrid", lo cual es una suerte porque siempre sacan a la Niña Bien a cenar en sitios a los que a su Papá le llaman por el nombre y le tratan de "Don"; por concretar: van a cenar a Horcher (lástima de Jockey, dicho sea de paso), lo cual le permite a ella nutrirse hasta el mes siguiente porque, ahí sí, y como paga Papá, se pone las botas con productos de temporada (es decir: codorniz en septiembre, torcaz en noviembre y ciervo, corzo o jabalí en diciembre... Porque sí, lo han adivinado: la Niña Bien es carnívora).
UN NO PARAR
Si tiene que hacer algún regalo, la Niña Bien es de las que tiene el aplomo de regalar unos jaboncitos de Álvarez Gómez (de esos que van en una cajita alargada), comprados en El Corte Inglés y envueltos con una austera lazada por las manos expertas de una de sus veteranas dependientas. Y se quedan tan panchas. En resumen: que estas jovencitas no tienen lo que podríamos llamar grandes gastos.
Pero, amén de no gastar, ¿a qué dedica su tiempo hasta recibir el patrimonio que le ha asignado el Destino nuestra buena amiga, la Niña Bien? Las Niñas Bien imparten "talleres", sobre todo de arreglo floral o repostería, dos actividades que han aprendido observando cómo las hacían sus madres (en el caso del arreglo floral: recuerden que para ser una Señora-Señora, con cortar flores y arreglarlas es suficiente), o su tata (la repostería). Las Niñas Bien, para matar el tiempo desde el día después de salir del internado hasta que reciben la he- rencia, ponen en marcha un "proyecto" que consiste, normalmente, en "una pequeña colección de joyería" con abalorios reciclados que encuentran fortuitamente en los mercados de "pulgas" y que venden con descaro a amigas y a las amigas de sus amigas. De hecho, las Niñas Bien se venden joyitas modosas las unas a las otras sin cesar, lo cual les permite obtener monedas y algún billete para el cepillo dominical. Las Niñas Bien, con un novio con ínfulas literarias pero hijo de marqués, pueden montar una editorial (ellas dirán "un pequeño sello editorial") en la que solo publicarán "autores que nos apetecen". Las Niñas Bien pueden montar un catering o también una firma de ropa de bebé o de biquinis o una colección (es literal, solo será una) de caftanes "con telas que me traigo de India" que complementan con capazos de paja payesa menorquina. Las Niñas Bien hacen collage, y cuando tienen veinte (o sea, "una serie", a 120 euros el gurruño) los cuelgan en la floristería de una prima y dicen que han montado una "exposición". Mientras el resto se desloma, ellas se entretienen ("estoy atareada") y esperan, pacientes, el Gran Día. Ese en que recibirán lo que es suyo, su merecido.
«LA NIÑA BIEN ES CARNÍVORA Y MIENTRAS ESPERA, PROYECTA»