ESTADO DE BIENESTAR
EL NUEVO CONCEPTO DE LUJO PASA POR SENTIRSE A GUSTO, PERO MÁS ALLÁ DE MANTAS Y 'LEGGINGS' HAY TODO UN MUNDO.
Cuando empezábamos a considerar desfasado el camisón ( vestido lencero), el pijama ( traje pantalón), el batín ( kimono) y las zapatillas ( slippers), la ropa de hogar cobra un auge inusitado. El bolso más vendido de la colección pre-fall de Balenciaga parecía una funda de cojín, en un preludio de lo que veremos en primavera-verano: los que propone Anya Hindmarch tienen pinta de almohadones, y los de Maison Margiela, de edredones; en Calvin Klein y Fenty x Puma, las modelos desfilaron con mantas; en The Row, parecían ir en bata; y Palomo Spain y Vaquera subieron albornoces a la pasarela. Poco antes, Gucci, House of Holland y Rick Owens lanzaron líneas de hogar; Selfridges y Saks Fifth Avenue inauguraron espacios
consagrados al bienestar; y cada vez más casas de moda poseen sus propios hoteles y restaurantes, comercializan activewear y lanzan líneas de belleza. En palabras del diseñador Alber Elbaz, confort "es la palabra que mejor define el momento. No en el sentido de ropa cómoda, sino de una moda que te hace sentir bien contigo mismo".
LA PARADOJA DEL PLACER
La inclinación por el cuidado personal suele producirse en épocas turbulentas como esta, en la que los diseñadores de moda también resultan afectados: "El tiempo de reflexión ha disminuido de forma dramática. Hubo una época en que la creatividad estaba ligada a excesos, alcohol, drogas, etcétera; hoy, está ligada a la salud, a sentirse bien, a las dietas,
la moderación. En resumen, la creación se ha convertido en recreación", admite Elbaz. Lo cierto es que, en general, "las personas buscan más experiencias, cuidan más qué hacen, comen y se ponen. También se ha convertido en una tendencia de moda. Hoy en día, es muy común ir al gimnasio y cuidarse", afirma Fflur Roberts, jefa de artículos de lujo en Euromonitor International. Pero esta profesional no lo achaca a la crisis, sino a un "aumento de la riqueza global". "En cuanto al aspecto lujoso [del cuidado personal], también es una cuestión de estatus. La gente quiere mostrar que se preocupa por sus cuerpos y la autopreservación", añade.
MONETIZAR LA EXPERIENCIA
Más allá de todo lo señalado, el salto de la moda al wellness está dirigido por una oportunidad comercial. Según The State of Fashion 2017, el informe global elaborado por BOF y McKinsey & Company, se trata de un segmento de rápido crecimiento, en especial, cuando los consumidores dejan de comprar productos para gastar en experiencias. Fijándonos en los datos de Euromonitor: en 2016, el mercado global de la salud y el bienestar se valoró en 701 mil millones de dólares, y se espera que la cifra aumente un 17% en los próximos cinco años, hasta 833 mil millones de dólares en 2021. El contraste es tremendo con el lento crecimiento del mercado de bienes personales de lujo, que solo aumentó un 1% en 2015 respecto al año anterior, según un informe de Bain & Company.
MÁS CÓMODA QUE EN VAQUEROS
Por detrás del tirón económico, los millennials actuarían como fuerza impulsora del bienestar. Según Harris Group, el 72% de ellos prefiere gastar en experiencias antes que en bienes materiales. Además, adoran llevar ropa de deporte en cualquier circunstancia, y esto a las firmas les encanta. ¿El motivo? Su filón con el e-commerce, donde el gasto se incrementa: tenemos más probabilidades de comprar sudaderas online porque no necesitamos probárnoslas, de ahí que las propias marcas potencien el athleisure y el loungewear por encima del lujo.
Lo que quizá no imaginamos es que el boom de la moda deportiva no solo afecta al lujo: por primera vez, muchos consideran los leggings tan básicos como los vaqueros, para lamento de esta categoría de producto. Muchas marcas de jeans han innovado con fibras elásticas y tejidos transpirables para combatir la situación, en un intento de con- vertir el athleisure en su propia oportunidad de mercado. Según Euromonitor International, la táctica resulta positiva, pero el mercado global de vaqueros ha experimentado un crecimiento más lento de lo habitual.
VANGUARDIA CHANDALERA
Los hechos apuntan a que esta faceta confortable de la moda aún es fuerte, y se sofisticará más todavía, impactando sobre otras categorías e industrias. Bernadette Kissane, analista de ropa y calzado en Euromonitor International, predice que la continua exploración de los límites entre la ropa de calle y la deportiva provocará el acercamiento entre ambas industrias, lo que desembocará en una forma completamente nueva de vestir. "Pienso en Steve Jobs", declara Elbaz. "Al analizar su forma de vestir, se decía que era una declaración de intenciones. Nos equivocábamos. Su ropa revelaba la necesidad de estar bien consigo mismo para pensar y crear mejor". Aunque quizá cambiemos sus vaqueros por otro tipo de pantalón.
«NO SE TRATA DE ROPA CóMODA, SINO DE MODA QUE TE HACE SENTIR BIEN» ALBER ELBAZ