FELICIDAD EN EL TRABAJO.
¿Es posible?
Cuándo fue la última vez que lograste completar una hora de trabajo sin que una llamada desde la otra punta de la oficina pusiera una zancadilla a tu productividad? ¿Y el último día que la batería de tu móvil volvió a casa con más del 80 por ciento inmaculado porque lo que tenías entre manos te absorbía de tal manera que ni se te ocurría mirar el teléfono? Exacto. Mayo de 1998.
A esa concentración absoluta en la oficina, que, como el pelo planchado en zigzag, se quedó en los 90, en inglés se la conoce como flow. En este estado nada existe excepto el hacer. El tiempo se suspende. Se pierde toda noción de una misma. Tus capacidades alcanzan sus límites sin rebasarlos ni rebosarte. Cualquier tarea que ejecutes en ese trance se vuelve ligera, amena. Casi disfrutable. Es el tipo de éxtasis en el que entran los atletas cuando sus cuerpos alcanzan la cima del esfuerzo, el que rapta a los músicos cuando, sobre el escenario, se acercan al puente de la canción. Y para varios psicólogos, aumentar las experiencias en las que se alcanza el estado de flow es una forma eficaz de incrementar tu bienestar.
SOLO PARA TI
Según Meik Wiking, CEO del Instituto de Investigación sobre la Felicidad, en Copenhague, el flow resulta esencial para el desarrollo profesional. "En general", explica,
"hay tres cosas que roban nuestra libertad en el trabajo: reuniones, jefes e emails. Muchos intentamos rellenar los 20 minutos entre ellas con tareas que en realidad requieren tiempo ininterrumpido para que sean correctamente realizadas. Imagina cuánto podrías conseguir si tuvieras un día entero en el que manejar a tu antojo tu propio horario".
FELICIDAD DESVIADA
Wiking puso la teoría en práctica en su propia oficina. Construyó zonas donde, durante dos horas al día, los empleados se recluían para dedicarse a proyectos que necesitaban su atención completa. Las salas resultaron un éxito integral.
Pero la razón que lleva a la generación Y a rastrear entre ofertas de trabajo es la palabra "felicidad". De acuerdo con un estudio dirigido por la consultora Millennial Mindset, el 98 % de sus encuestados, todos jóvenes entre 20 y 35 años, declaró que los valores de una empresa resultaban relevantes cuando se planteaban solicitar un puesto de trabajo. Un 100 % consideraba vital que la empresa defendiera una causa (benéfica) definida. La mala noticia para los millennials es que algunos expertos estiman que buscar la felicidad en el trabajo no es necesariamente acertado. Según el doctor Jessamy Hibberd, autor de Este libro te hará feliz, en nuestras carreras profesionales deberíamos buscar razones y motivos, no felicidad. "En términos evolutivos, no estamos diseñados para estar felices todo el tiempo. Si así fuera, no tendríamos motivación para perseguir nuestros objetivos. Por eso buscar un sentido en lugar de la felicidad es más realista". Encontrar sentido en lo que haces no es, en realidad, tan difícil. Para Cara Alwill Leyba, autora de Girl Code: descifrando los secretos del éxito, la cordura y la felicidad para la mujer emprendedora, el primer paso es encajar tus puntos fuertes en el desempeño de tus responsabilidades. "Haz una lista con tus fortalezas y otra con tareas en las que podrías aplicarlas desde tu puesto actual. Te sorprenderían las oportunidades que puedes crear desde donde ya estás". Otra opción es aliarte con una compañía a la que le preocupe algo más que su propia razón de existencia.
NO ESTAMOS DISEñADOS PARA ESTAR FELICES TODO EL TIEMPO. SI ASÍ FUERA, NO TENDRÍAMOS MOTIVACIÓN