LA CHICA DE HOY
GRETA GERWIG HA PASADO DE SER LA ACTRIZ SIMPÁTICA Y LISTA DEL 'INDIE' A OPTAR A VARIOS ÓSCARS CON 'LADY BIRD'. EN EL AÑO DEL #METOO, EL EMPUJE DEL TALENTO FEMENINO LLEVA SU NOMBRE.
Cuando el 4 de marzo una inocente mano de celebrity abra el sobre con el ganador del Óscar al mejor director, Greta Gerwig será la quinta mujer, en 90 ediciones de estos galardones, en contener el aliento mientras escucha su nombre entre las nominadas. En el año del #metoo y de las movilizaciones contra los abusos y la desigualdad en las mismas tripas de Hollywood, Gerwig, uno de los talentos mayores del cine indie norteamericano, podría convertirse en la segunda en ganarlo. Tan solo Kathryn Bigelow lo ha conseguido antes.
A Gerwig su consagración le ha llegado con
34 años y de la mano de una historia tan autobiográfica como Lady Bird, que aspira también a mejor película y podría darle el Óscar al mejor guion original. Protagonizada por Saoirse Ronan, la cinta se centra en las cuitas adolescentes de una joven que apura sus últimos meses de bachillerato en un colegio católico de California mientras libra un conflicto permanente con su madre (una soberbia Laurie Metcalf: tanto Ronan como ella están también nominadas a mejor actriz protagonista y secundaria, respectivamente), hace y deshace amores y amistades y sueña con que la admitan en alguna gran universidad del Este para convertirse en una reputada escritora. Una historia tan parecida a la de Gerwig que hasta la sitúa en 2002, aquella era pre-smartphone en que esta enemiga de los móviles y las redes sociales terminó la secundaria.
LA EMANCIPACIÓN
Gerwig también soñaba con escribir teatro, pero acabó estudiando literatura y filosofía en Nueva York. En sus horas libres comenzó a hacer películas amateurs con su amigo Joe Swanberg, y al poco tiempo aquellas cintas con mucha improvisación y mucho do it yourself acabaron convirtiéndose en un subgénero dentro del indie, el mumblecore, y ella, entonces sobre todo actriz, en una de sus musas. También fue por aquella época cuando conoció al director Noah Baumbach. No se han separado desde entonces, porque a su relación profesional (juntos han hecho Greenberg, Frances Ha y Mistress America) se acabó sumando la sentimental. En Lady Bird, en cambio, no aparece rastro de él. Gerwig se ha emancipado cinematográficamente, y su ascensor hacia el éxito ha subido unos cuantos pisos más. ¿Seguirá reinando la armonía en casa? rm