MUJERES EN LA VANGUARDIA
Profesionales de la moda que muestran el camino hacia el futuro del sector.
LA NUEVA TEMPORADA TRAE CONSIGO LA PRIMERA COLECCIÓN POSPANDEMIA DE NUESTRA HISTORIA. PARA SABER CÓMO SUPERARÁ LA MODA ESPAÑOLA LA ENÉSIMA CRISIS A LA QUE SE ENFRENTA, HABLAMOS CON CUATRO MUJERES QUE SON AUTÉNTICAS PIONERAS EN NUESTRO PAÍS.
Marcar la diferencia en una industria tan masificada como la textil es duro. Pero nuestra tradición patria en este sector aún se mantiene viva y alumbra talentos que sientan cátedra. Es el caso de Mar García, CEO y directora creativa de la firma Marlota; Maite Tejedor, cofundadora y diseñadora de la marca de joyería artesanal Ginger & Velvet; Covadonga Rodríguez, creadora, junto a María González, de CLO Emotional Design; y Pilar Garay, propietaria de la boutique Inouï. Sus trayectorias son la prueba de que, con pasión y entrega, salirse del patrón merece la pena.
LA MODA, ¿BANAL Y DE MUJERES?
Hay quien sigue pensando que la moda es algo superficial y de mujeres, pero los datos demuestran que no es así. La historia, este testigo (a veces impertinente) nos dice que el mundo del diseño ha estado tradicionalmente dominado por hombres. Salvo Coco Chanel, Mary Quant o Elsa Schiaparelli, pocas mujeres obtuvieron reconocimiento internacional hasta entrada la década de los ochenta del siglo pasado. Hubo que esperar casi cien años para que Vivienne Westwood, en Inglaterra, Sonia Rykiel, en Francia o Miuccia Prada, en Italia, lograran su merecido reconocimiento.
Nuestro país tampoco ha sido una excepción… Agatha Ruiz de la Prada abanderó casi en solitario la moda creada por mujeres en España hasta que, en los 2000, talentos como el de Amaya Arzuaga, Ana Locking o María Escoté se incorporaron a la industria y captaron su atención.
Más allá de esa fútil hoguera de vanidades, vacua en apariencia, hablamos de una de las industrias más poderosas del mundo. En Italia o Francia logra una facturación que supera los 150 000 millones de euros al año. En España, según el informe de 2019 de la Confederación Industrial Textil (Texfor), el sector facturó 5800 millones de euros. Supone un 3% del PIB nacional y da empleo a 47 000 personas. Pero nadie mejor que nuestras invitadas para contarnos, en primera persona, los desafíos, las dificultades y las recompensas de dedicarse a este mundo tan peculiar y desconocido. Como aquellas visionarias de principios del siglo XX, su ejemplo es tan inspirador como necesario.
OTRA DEMOCRACIA TEXTIL
Las propuestas que nuestras protagonistas han logrado poner en marcha nos hablan de una concepción del diseño y del mercado de la moda fuera de lo común. mún. Con mucho esfuerzo e ilusión n se han abierto camino entre las marcas rcas mass market, las tiendas de moda pronta y las cadenas globales. Gracias ias a apuestas tan arriesgadas y valientes como las suyas, la in- ndustria se libera de estándares para hacerse más rica y diversa.
Maite Tejedor, de Ginger & Velvet, creó su firma de joyería artesanal junto a su compañero, Juanjo Villanúa. Sus diseños, coloridos y personalizables, atraen la mirada de un público que se sorprende ante la calidad de la ejecución y la honestidad de su propuesta. "G&V nace cuando dos almas opuestas nos unimos para contar historias a través de la joyería. Nuestras piezas reflejan experiencias vitales llenas de significado", cuenta. Todas sus joyas están hechas a mano en el taller de la primera tienda que abrieron. "Es un espacio abierto al público del que salen colecciones que nos hablan de historias que el cliente podrá seguir dotando de contenido".
EN 2019, LA MODA FACTURÓ EN ESPAÑA 5800 MILLONES DE EUROS, UN 3% DEL PIB
Covadonga Rodríguez, de CLO Emotional Design, imaginó su marca y su espacio como un canal "para conectar la energía creativa de distintos artistas y artesanos y generar un mundo en el que conviven ropa, objetos de decoración, joyas, complementos, esculturas, fotografía". Su showroom-boutique, retirado de las calles más comerciales, es un lugar acogedor y de espíritu bohemio ajeno a los códigos tradicionales de las mecas del shopping. Por su parte, Mar García creó Marlota como respuesta a una necesidad que había quedado al descubierto: vestir con prendas genuinas, duraderas y hechas con mimo. Su lema, "menos es suficiente", es toda una declaración de intenciones. "Quería recuperar valores en olvido y desuso, como la atemporalidad, los métodos tradicionales de sastrería y costura, la artesanía, el 100% Made in Spain y el carácter de lo local para fomentar la proximidad como base de un consumo de calidad, responsable y realmente sostenible". Pilar Garay soñó con "un lugar inspirado en las tiendas de la alta costura de los años cincuenta, con el objetivo de ofrecer una experiencia de compra diferente y más personalizada". Inouï, que en francés significa sorprendente, es una de las direcciones secretas favoritas de la clientela nacional e internacional más selecta que visita Madrid. "Aquí, la exclusividad va de la mano de la privacidad", comenta la fundadora. "Creemos que es la mejor manera de hacer que nuestra clienta disfrute plenamente. Y, al no tener un escaparate visible a la calle, aportamos ese punto de misterio que se encuentra en establecimientos de Nueva York o Londres". Tan discreta como el lugar que ha creado, Pilar ha preferido mantenerse en el anonimato, por eso no hemos incluido su retrato.
SABER HACER
Lo que hay detrás del glamour de las pasarelas ha sido descrito cientos de veces como una industria despiadada. Covadonga, Maite, Pilar y Mar no solo crean, también dirigen sus propias empresas, algo que supone un desafío permanente. Para Covadonga, "los mayores retos para una mujer empresaria vienen de la mano de la conciliación. Pero somos poliédricas y tenemos la capacidad de priorizar y de gestionar varios mundos a la vez. Creo que también sabemos escoger bien a compañeros de viaje que apoyan el talento". Maite opina que "la visión femenina aporta un componente extra de inteligencia emocional al mundo empresarial muy importante. Tenemos una relación muy sana con las emociones, menos miedo al fracaso y mucha capacidad de adaptación. Todo esto es un plus si se pone al servicio de la empresa".
Según Pilar, hay varios valores que tienen una implicación directa con la forma de desarrollar su negocio, "como la cercanía en el trato, la sensibilidad para relacionarnos y la dedicación. Y son valores particularmente femeninos".
Por su parte, Mar cree que la mujer aporta "un equilibrio entre razón y emoción imprescindible en tiempos tan convulsos. Tenemos carácter, pero somos flexibles. Aprendemos, tendemos a la cocreación y colaboración, pero sin olvidar un factor clave: la capacidad de decisión".
FRENTE A LA CRISIS, CREATIVIDAD Y DIGITALIZACIÓN
Si hay algo en lo que nuestras entrevistadas coinciden es que la crisis pospandemia será especialmente fuerte para el sector de la moda. Son cautas, pero optimistas. Maite cree que la clave para sobreponerse está "en la creatividad y en la potenciación de nuevos canales. Nuestras tiendas físicas seguirán ahí, pero tendremos una nueva estrategia digital dirigida a los clientes que no pueden visitarnos". Misma dirección si
«LOS MAYORES RETOS PARA UNA MUJER EMPRESARIA VIENEN DE LA MANO DE LA CONCILIACIÓN»
gue Pilar: "Partíamos de un concepto de store experiencial donde el diseño exquisito y una cuidada selección de producto eran nuestras insignias. En nuestra e-shop mantendremos nuestros valores de experiencia de compra pero, ahora, de forma online".
Mar espera que el sector salga "reforzado y fuerte, aunque esta crisis ha revelado la inconsistencia de un sistema arcaico. Debemos poner en perspectiva lo que está pasando y dejar de negar la realidad, y no solo en la moda", asegura. "Este ultimátum en forma de pandemia nos ha obligado a pulsar el botón de reseteo. Es el momento de encontrar nuevas formas de relacionarnos con el consumidor". Covadonga habla de reposicionamiento: "Hemos repensado nuestro estilo y nos hemos desintoxicado del hábito de compra de prendas".
'SLOW FASHION'
La autenticidad y la sostenibilidad son clave en la visión que nuestras fashion insiders tienen del futuro de la moda. Todas ellas han creado propuestas con un alto grado de diferenciación y un valor emocional indiscutible. Apuestan decididamente por la autenticidad y proponen una forma de consumo más consciente. Covadonga detecta "una vuelta a las cosas esenciales, a los patrones que perduran y a la sostenibilidad, aunque requiera más tiempo y costes. La moda evolucionará para adaptarse al mundo y la vida que queremos llevar". Un reto importante en España, dice, es la concienciación en la compra de calidad. Para Maite, "la globalización y las grandes franquicias resaltan el valor añadido de lo artesanal y de las piezas únicas. A diferencia de los grandes emporios, nosotros podemos trabajar el producto con cercanía y mucho cuidado. Y una marca artesanal puede invertir en un valor cada vez más importante: la emoción".
Pilar Garay se muestra optimista respecto al avance hacia el consumo responsable y el slow fashion. "En la medida en la que sepamos adaptarnos a los nuevos hábitos de nuestros clientes, saldremos reforzados". Para Mar, es el momento de "romper con calendarios obsoletos" y bajar el ritmo para que tanto el cliente como los productores vuelvan a disfrutar del proceso y los resultados. "Me encanta pensar que la moda vuelve a sus orígenes, a las cosas hechas con alma y calma; alejándose del lowcost, de las ocho colecciones al año… Ojalá esta situación que nos ha tocado vivir nos conciencie de verdad y no se quede en una simple acción de marketing".