Exigiremos más responsabilidad social y ambiental a las empresas
El propio modelo se está replanteando ya su producción y apuesta por alternativas como el reciclaje o la compensación de la huella de carbono. Y aquí hay que distinguir dos cuestiones: se puede consumir producto sostenible (sea moda o comida) o consumir de manera sostenible. Ahora hay que democratizar la sostenibilidad, y para eso tenemos que exigirnos a nosotros un cambio como consumidores. Los cambios de cultura empresarial y de modelo de negocio son complejos y, sin embargo, están en proceso. Como consumidores no tenemos que ser exigentes con las empresas, sino con nuestros propios hábitos.
Este tipo de valores y actitudes son una tendencia previa que se intensificará con seguridad. Entre los jóvenes, el respeto al medioambiente es una prioridad, y la pandemia reforzará ese tipo de demandas. Es el empuje de la ciudadanía hacia otro tipo de organización social. Pero esto, de nuevo, viene de lejos, algunos movimientos sociales han venido llamando la atención sobre este tipo de cuestiones desde que las sociedades industriales avanzadas en la segunda década del siglo XX comenzaron a configurarse bajo una gran complejidad y comenzamos a ser conscientes de los potenciales efectos y riesgos del desarrollo científico-técnico y del crecimiento económico sobre nuestro medio.