Primaremos las políticas sociales

Se dice que tenemos la política que merecemos, pero los políticos ahora se han alejado de nosotros. Mientras la gente estaba encerrada en casa perdiendo el empleo, ellos han seguido cobrando dietas, no ha habido ERTES entre funcionarios… Y esto ha pasado en todos los partidos, así que me resulta imposible hacer una predicción de en qué se va a traducir en cuanto a intención de voto. Algo que sí me parece interesante es que se ha visto que algunas de las mejores gestiones de la crisis sanitaria y económica se han hecho en países dirigidos por mujeres, como Noruega o Nueva Zelanda. Y esto ha pasado porque las mujeres somos cuidadoras por encima de cualquier otra cosa, mientras en los gobiernos masculinos y, en concreto, en España, lo que ha habido es muchísimo juego de egos.

Ya hay algunos sondeos en relación a cómo afectaría la crisis a la intención de voto, pero no hay un único diagnóstico. Algunos apuntan a que las posiciones más extremas del espectro ideológico acusarán un descenso en la intención de voto. Otros estudios, como el último estudio del CIS, apunta a que las organizaciones políticas que conforman el gobierno de coalición mantienen una tendencia de cierta estabilidad. Probablemente, en el actual escenario, tanto el discurso de la derecha como el de la izquierda se verán reforzados por las bases sociales que los apoyan, asegurando que existirá un alto grado de polarización en nuestra vida política y social. Las organizaciones políticas pueden potenciar estos escenarios de polarización, como el que vivimos ahora.