¿TENDREMOS ACCESO IGUALITARIO A LA VACUNA DE LA COVID-19?
SE NECESITARÁN ENTRE 12 000 Y 15 000 MILLONES DE VACUNAS PARA DAR COBERTURA A TODO EL MUNDO Y LA PRODUCCIÓN ES MUY LIMITADA.
Marta Riesgo
mundial es escasa. Así lo asegura Thomas Cueni, director general de la asociación que aglutina a las principales compañías farmacéuticas de todo el mundo, la Ifpma. Cueni explica que, a día de hoy, no hay fábricas de vacunas ni envases suficientes para producir los miles de millones de dosis necesarias. "Tenemos esperanzas en encontrar una vacuna, pero los desafíos no deben subestimarse", asegura Cueni. El objetivo prioritario, puntualiza, es analizar cómo se puede ampliar la fabricación. "Como dijo Bill Gates, si solo podemos producir 300 millones de dosis en cada planta, tendremos problemas". Actualmente, señala Cueni, "los cinco o seis fabricantes grandes de vacunas producen en total menos de la mitad de ese volumen en un año".
LLAMAMIENTO A LA UNIDAD
Esta realidad obliga a establecer una colaboración estrecha entre los Gobiernos y las compañías farmacéuticas, así como el impulso de la Organización Mundial de la Salud y ayudas filantrópicas. Precisamente la Fundación Bill & Melinda Gates ya ha anunciado que está dispuesta a donar miles de millones de euros para construir siete fábricas de vacunas. Aunque estas darían una producción, tal y como estima la Ifpma, de 3000 millones de dosis, aún insuficiente para la cobertura global.
Y el reto no solo es de la capacidad de las fábricas para producir tantos millones de dosis, también será necesario contar con los viales de cristal suficientes. Una solución, según Cueni, podría ser tener cinco o diez dosis en un solo vial en vez de frascos monodosis. Además, los países con rentas bajas pueden tener problemas de almacenamiento, pues estos fármacos deben conservarse a temperaturas de 80 grados bajo cero.
Tal es la preocupación que son varias las compañías investigadoras de vacunas que están produciendo miles de dosis antes de saber si los ensayos clínicos darán los resultados esperados. Es lo que se llama producción a riesgo. Una de estas compañías es Johnson & Johnson, que se ha comprometido a suministrar más de mil millones de dosis de su vacuna en investigación en todo el mundo a lo largo de 2021, siempre que esta consiga mostrar su eficacia en los ensayos.
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de la población admite que comió más de tres veces al día durante el confinamiento. Las encuestas arrojan un especial incremento en el consumo de bebidas alcohólicas (un 45% en la población general y un 55% de los obesos) y de productos de bollería (un 46,7% en la población general y un 55,8% en los obesos). Más de un 40% de los encuestados declara haber tenido más sensación de hambre durante el confinamiento, siendo la ansiedad, seguida del aburrimiento, el principal motivo de este incremento de apetito.
OBESIDAD, ENFERMEDADES Y COVID-19
En nuestro país una persona con un peso normal tiene un 80% de probabilidades de alcanzar los 70 años de edad; sin embargo, estas se reducirán hasta el 50% si es obesa, dado que aumenta considerablemente el riesgo de muerte prematura por enfermedad cardiovascular, diabetes y/o cáncer.
Sin embargo, los especialistas recuerdan que el sobrepeso ya no es solo un factor de riesgo para otras enfermedades, sino que las cifras han demostrado que los pacientes con COVID-19 y sobrepeso han tenido un peor pronóstico.
El 80% de los pacientes que tuvo formas graves de infección por COVID-19, que precisaron intubación, ventilación mecánica en la UVI y/o fallecieron eran obesos, según el estudio.
"Hemos insistido en que la obesidad es una enfermedad y no es solo un problema estético. Hoy sabemos que es la causa principal de enfermedades como el cáncer o la diabetes y ahora nos hemos dado cuenta de que los pacientes con obesidad que han contraído el virus van peor porque es un factor de riesgo", explicó Susana Monereo.
En la lucha contra el virus, Monereo puntualiza que, a los hábitos que ya hemos adquirido como la higiene continua de manos y el distanciamiento social, "hay que añadir el cuidado del peso para no desarrollar las formas más graves de la enfermedad".
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Hace unas semanas un estudio publicado por la revista Nature avanzaba nuevos datos sobre la inmunidad frente a la COVID-19. Este trabajo mostraba que personas nunca contagiadas con este virus tendrían cierta protección. La investigación se ha llevado a cabo por la Charité-Universitätsmedizin Berlin y el Instituto Max Planck de Genética Molecular (Alemania). Dicha inmunidad se debería a que los individuos que hayan superado anteriormente infecciones por otros tipos de coronavirus (como aque
producía cierta inmunidad cruzada, lo que significa que las células T aisladas de participantes sanos que reaccionaron al SARS-CoV-2 también fueron activadas por varios coronavirus del resfriado común. Aun así, queda por estudiar los efectos precisos que tendría esta inmunidad cruzada.
Uno de los autores, de hecho, considera que es posible que las células T de reacción cruzada tengan un efecto protector, por ejemplo, ayudando al sistema inmunológico a acelerar su producción de anticuerpos contra el nuevo virus. "En este caso, un reciente brote de resfriado común probablemente resultaría en síntomas menos severos de COVID-19. Sin embargo, también es posible que la inmunidad reactiva cruzada pueda conducir a una respuesta inmunológica mal dirigida y a efectos potencialmente negativos en el curso clínico de COVID-19. Sabemos que esto puede ocurrir con la fiebre del dengue, por ejemplo", concluye Leif Erik Sander, autor del trabajo.
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