Marie Claire España

BAJO LA PANDEMIA

El coronaviru­s ha pasado por nuestras vidas como un tifón. Muchas parejas se han deshecho para siempre, otras han afianzado su vínculo. Pero ¿volveremos a ser como éramos? Los expertos discrepan, pero sí coinciden en una cosa: la pandemia ha traído nuevos

- por Elena Castelló

esas del comedor invadidas por pantallas de ordenador y tablets, conversaci­ones interminab­les sobre fechas de entrega o encargos aplazados en un rincón del pasillo, niños sin cole que corren de un lado a otro, jornadas sin fin y sin la ayuda de los abuelos… Entre el 12 de marzo y el 21 de junio de 2020, la convivenci­a se volvió una yincana. Organizar los horarios, tener un pedazo de intimidad o simplement­e descansar parecía imposible encerrados entre las cuatro paredes de nuestras casas, sin previo aviso. Para muchas familias, la convivenci­a nunca antes había sido tan intensa, ni siquiera en vacaciones. La rutina habitual era levantarse a las siete, mandar a los niños al colegio y regresar sobre las ocho, cenar, un rato de charla y acostarse. El esquema saltó por los aires. "El

día a día sirve para desdramati­zar y quitar peso a los problemas”, reflexiona la psicóloga Ángeles Sanz Yaque, especialis­ta en pareja del gabinete Cinteco de Madrid. “Se puede tener un problema, pero al día siguiente me levanto a las siete y me voy a trabajar y vuelvo con otro tono a casa. Pero al no haber esa falsa salida, se ha reconcentr­ado lo que estaba mal. El amor en los tiempos del covid ha sido excepciona­lmente estresante”.

ACABAR O CIMENTAR

De ese estrés han emergido, como viejos sueños dormidos, todos los fantasmas que creíamos controlado­s: la irritabili­dad, la falta de consenso, el desacuerdo permanente, el miedo a la soledad, la desigualda­d a la hora de ocuparse del hogar… ¿Puede una pareja poner coto a las desavenenc­ias sin salir de casa las 24 horas del día? ¿Cómo se liga cuando hay toque de queda? ¿Sobrevive el amor a kilómetros de distancia solo con la ayuda de una pantalla? ¿La incertidum­bre acaba con una relación o la cimenta?

Las cifras dibujan una primera radiografí­a poco optimista. Las demandas de separación y divorcio aumentaron un 16,6% en el tercer trimestre de 2020, según los datos del Consejo General del Poder Judicial, aunque no está claro si este aumento se debe quizá a la paralizaci­ón de los juzgados durante el confinamie­nto. Sí se sabe que muchas parejas han corrido al abogado tras salir del encierro. Pero la realidad de la economía ha impuesto sus cartas. La crisis ha frenado esta avalancha, según la valoración de la Asociación Española de Abogados de Familia (AEAFA), que asegura que el número de rupturas que se han formalizad­o finalmente es similar al que se produce tras unas vacaciones.

"El paro, los ERTE o la pérdida de un negocio han hecho imposible sustentar dos familias a la vez", explica María Dolores Lozano, presidenta de AEAFA. La otra consecuenc­ia es que han aumentado las peticiones para reducir la pensión de alimentos a los hijos y la compensato­ria a las exparejas."Y hay progenitor­es que, aunque mantienen la misma aportación por pensión de alimentos, plantean que los hijos vayan a un colegio público o concertado en vez de a uno privado al no poder hacer frente a este desembolso", continúa Lozano. Muchas exparejas también han comprobado, en estos meses, las ventajas de la custodia compartida, porque eso les permite compaginar con más facilidad el cuidado de los hijos.

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