LA VIDA ESTÁ EN EL CAMPO
Santamera tiene 13 habitantes censados. Albendiego, 33. Ambas localidades, al norte de la provincia de Guadalajara, son parte de lo que se conoce como la España vaciada y, a pesar de la dureza del apodo, en ellas brota la vida. Matilde se mudó a la primer
Clara Auñón Gema López
Matilde nació en Ponferrada "por casualidad". El trabajo de su padre le hizo crecer viajando. De los 6 hermanos que son, cada uno fue alumbrado en un punto de España. De ahí que se sintiera ciudadana de todas partes y de ninguna. Ya bien entrada en la edad adulta, estudió Bellas Artes (se licenció en 2014) y descubrió el grabado, al que dedica el grueso de su tiempo. Tras "un cataclismo personal", se instaló en Salamanca y abrió un taller. En colaboración con la universidad local, empezó a desarrollar labores de investigación y a impartir cursos. Sin embargo, el precio de la vida en la urbe apretaba. Hace algo más de un año, cerró aquel local y se mudó a Santamera, donde ha encontrado su sitio. "De aquí solo me voy con los pies por delante", dice.
CIUDADANÍA ÚTIL
El día que visitamos a Matilde, en Santamera hay ocho habitantes: siete forasteros y el molinero. Los fines de semana, la población se quintuplica. "La gente viene a hacer senderismo o escalada, y también a ver 'las casas raras' (izda.)". De paso, muchos suben a la galería de Matilde, ubicada en la segunda planta de la que un día fue la escuela. "En las ciudades da vergüenza pasar a las galerías a mirar. Aquí, la gente entra mucho más", afirma. Hasta el 16 de febrero, la suya acoge 19 piezas de artistas de todo el globo. El visitante puede, además, suscribirse a un 'Netflix de los grabados' y adquirir cuatro obras por 240€ (el precio medio ronda los 100€).
En su horas libres, Matilde cuida el pueblo. Se ha convertido en el ama de llaves de buena parte de las casas, que revisa periódicamente. En sus paseos cotidianos, si descubre algún desperfecto, se convocan "hacenderas"; el mantenimiento corre a cargo de los vecinos. Sabe que la España vaciada no es para todo el mundo pero, para ella, está llena de un afecto imposible en la ciudad. "De aquí solo me voy con los pies por delante. He encontrado mi sitio"