“No puedo hablar mal de nadie, pero tampoco nadie me hizo papeles”
"Había acabado la carrera de geografía y francés, pero en Rumanía era imposible pagar el alquiler o comer. España era el único país que concedía visados. Tenía miedo, no conocía el idioma y no me esperaba nadie en el aeropuerto. Pero hacía sol y descubrí el cielo de Madrid. Había dejado un país en tinieblas y esa luz me maravilló. Ya sabía que iba a trabajar como empleada de hogar, que no podía homologar los estudios. A la semana de llegar, me cogió una familia para que cuidara a una mujer mayor. Fue muy duro, aguanté solo tres semanas. Pero ya he superado el dolor. Encontré otras casas como interna. No puedo hablar mal de nadie, pero también tengo que decir que nadie me hizo papeles. Dos años después de llegar, me llamó una mujer con la que había trabajado para ofrecerme estudiar español con una beca. Conseguí una carta de recomendación para la Universidad Complutense, donde me ofrecieron hacer una tesis doctoral, en Geografía Humana. Yo seguía fregando casas por las mañanas. Llegaba a clase con las manos oliendo a lejía. Defendí la tesis en 2000 y obtuve un sobresaliente cum laude. Entonces encontré trabajo en un despacho y pude dejar las casas. Fue mi primer contrato. Empecé a trabajar, en 2005, en el CSIC. Conseguí la nacionalidad en 2009 y mi vida arrancó. Ahora soy funcionaria del Estado, científica. He publicado cinco libros y 75 artículos científicos en estos años. En el trabajo ya no me llaman 'la rumana', pero no me siento integrada. Me siento española, punto".
«DEFENDÍ LA TESIS EN 2000 Y OBTUVE UN SOBRESALIENTE CUM LAUDE»