EL ARTE GÓTICO
Este periodo destructivo y de profunda crisis tendrá su lado positivo en el florecimiento del arte gótico, con el que se busca la máxima espiritualidad y unión con Dios. La religión dominaba el arte y se construyeron espléndidas y bellísimas catedrales que inspiran un profundo misticismo en todas las ciudades europeas. Tienen enormes vidrieras coloreadas gracias al descubrimiento del arbotante y que el muro deja de ser un elemento de cierre. El equilibrio y la armonía se romperán hacia arriba, no existe límite para la altura, las torres parece que quieren tocar el cielo.
Además, los escultores que trabajaban en estas catedrales las llenaron de enigmas y mensajes secretos. Muchos de sus conjuntos escultóricos admiten una lectura hermética. En la obra de Joan Marimón, antes citada, se afirma que “el hermetismo interesó a los grandes eruditos del siglo XIII. A pesar de no figurar en los programas de las universidades, los sabios encargados de las cátedras solían dedicarle una gran atención”. También informa de la “existencia de enigmas, secretos no revelados, laberintos y jeroglíficos no descifrados en las obras de los siglos XIII y XIV”.