Mas Alla Monografico (Connecor)
Códigos ocultos en las Sagradas Escrituras
En los textos bíblicos
Guerras, muerte, enfermedad, hambre… Muchas son las causas que podrían conducirnos al fin de nuestra era. Aunque haga dos milenios que la Biblia fue escrita, en algunos de sus capítulos se mencionan puntos que servirán como anuncio de este, y que los científicos han aceptado como causas plausibles que nos llevarían a la extinción. “El cuarto ángel tocó la trompeta, y fue herida la tercera parte del sol, la tercera parte de la luna y la tercera parte de las estrellas, para que la tercera parte de ellos se oscureciera y el día no resplandeciera en su tercera parte, y asimismo la noche” (Apocalipsis, 8:12).
Señales apocalípticas
La glaciación sería una de ellas. El motivo de esta es difícil de pronosticar, ya sea por el cambio climático, una variación en la inclinación del eje de rotación terrestre o de la órbita terrestre, una inversión magnética, la disposición de los continentes, la actividad volcánica o la expansión masiva de los bosques. “Hijo de hombre, pon tu rostro hacia Gog, de la tierra de Magog, príncipe de Ros, Mesec y Tubal, y profetiza contra él, y di: ‘Así dice el Señor Dios. He aquí estoy contra ti, oh Gog, príncipe de Ros, Mesec y Tubal. Te haré dar vuelta, pondré garfios en tus quijadas y te sacaré con todo tu ejército, caballos y jinetes, todos ellos bien equipados; una gran compañía con pavés y escudo, todos ellos empuñando espada; Persia, Etiopía y Fut con ellos, todos conescudo y yelmo; Gomer con todas sus tropas, Bet-togarmá, de las partes remotas del norte, con todas sus tropas; muchos pueblos están contigo’” (Ezequiel, 38:2-6).
Estos versículos no andan equivocados ante l os grandes conflictos bélicos que, aun a día de hoy, siguen en activo en Oriente Medio. No sería tan extraño que uno de estos fuera más allá y afectara a nivel global, en especial ante la posibilidad del uso de armas de destrucción masiva nucleares, químicas y biológicas. “Habrá grandes terremotos, y plagas y hambres en diversos lugares; y habrá terrores y grandes señales del cielo” (Lucas, 21:11).
No es la primera vez que la Humanidad se enfrenta a una gran pandemia, como la de la Peste Negra en el siglo XIV o la Gripe Española. En otro fragmento de la Biblia también se hace mención a la llegada de la enfermedad a través de la Muerte: “Cuando abrió el cuarto sello, oí la voz del cuarto ser viviente que decía: ‘Ven’. Y miré, y he aquí, un caballo amarillento; y el que estaba montado en él se llamaba Muerte; y el Hades lo seguía. Y se les dio autoridad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada, con hambre, con pestilencia y con las fieras de la tierra” (Apocalipsis, 6:7-8).
El sol también sería otro de esos elementos destructivos, pero más en cómo podría desestructurar la sociedad ante una tormenta solar que afectara a los sistemas eléctricos y de comunicación que como astro abrasador como indica Apocalipsis, 16:8-9: “El cuarto ángel derramó su copa sobre el
sol; y al sol le fue dado quemar a los hombres con fuego. Y los hombres fueron quemados con el intenso calor”.
No es la primera vez que el sol afecta grave ante una erupción solar. El uno de septiembre de 1859 se produjo la más intensa conocida, que colapsó las líneas telegráficas, como ocurrió con las de Mississippi en 1921, que además produjo el incendio en la Estación Central de Ferrocarril de Nueva Inglaterra. Durante la Segunda Guerra Mundial, en 1942, los radares quedaron inutilizados. Y hubieron más de gran magnitud en 1972, 1989, 2000, 2003, que afectaron a los sistemas de comunicación y a los transformadores eléctricos, provocando apagones de luz, y que se averiasen satélites.
“El primero tocó la trompeta, y vino granizo y fuego mezclados con sangre, y fueron arrojados a la tierra; y se quemó la tercera parte de la tierra, se quemó la tercera parte de los árboles y se quemó toda la hierba verde” (Apocalipsis, 8:7). La caída de cuerpos celestes, como un gran asteroide, está siempre contemplada por los científicos. El impacto de uno de gran tamaño podría destruir el planeta, sin que nada se pueda hacer para habitarlo. En el Apocalipsis se cita a Ajenjo, la estrella de la muerte, portadora de calamidades, y que podría tratarse de este cometa colosal, o de una estrella capaz de perturbar la órbita de los cometas: “El tercer ángel tocó la trompeta, y cayó del cielo una gran estrella, ardiendo como una antorcha, y cayó sobre la tercera parte de los ríos y sobre los manantiales de las aguas. Y el nombre de la estrella es Ajenjo; y la tercera parte de las aguas se convirtió en Ajenjo, y muchos hombres murieron por causa de las aguas, porque se habían vuelto amargas” (Apocalipsis, 8:10 -11).
Profecías que se cumplieron
Aunque no todas son correctas, ciertas profecías que podemos encontrarnos en la Biblia han acabado por ser ciertas.
– Conquista de las naciones noreste de África por los asirios entre el 673- 670 a.C .: Entonces el Señor dijo: “Tal como mi siervo Isaías ha andado desnudo y descalzo por tres años como señal y símbolo contra Egipto y contra Cus, así el rey de Asiria llevará a los cautivos de Egipto y a los desterrados de Cus, jóvenes y viejos, desnudos, descalzos y descubier tas las nalgas, para vergüenza de Egipto. Entonces se desanimarán y se avergonzarán a causa de Cus, su esperanza, y de Egipto, su jactancia”. Y dirán los habitantes de esta costa en aquel día: “He aquí, tal ha sido nuestra esperanza, adonde huíamos buscando auxilio para ser librados del rey de Asiria; ¿y cómo escaparemos nosotros? ”. (Isaías, 20:3 - 6).
– Varias son los conquistadores de la ciudad costera de Tiro – el rey de Babilonia Nabucodonosor, entre 586 -573 a.C ., Alejandro Magno, en 332 a.C ., el general Antígono, en 315 a.C., los cruzados, en 1124, los mamelucos, en 1291–: Y sucedió que en el undécimo año, el día primero del mes, vino a mí la palabra del Señor, diciendo: “Hijo de hombre, por cuanto Tiro ha dicho acerca de Jerusalén. ¡Ajá!, la puer ta de los pueblos está rota, se abrió para mí, me llenaré, ya que ella está asolada, por tanto, así dice el Señor Dios”. “He aquí, estoy contra ti, Tiro, y haré subir contra ti muchas naciones, como el mar hace subir sus olas. Y destruirán las murallas de Tiro y demolerán sus torres; barreré de ella sus escombros y la haré una roca desnuda. Será tendedero de redes en medio del mar, porque yo he hablado – declara el Señor Dios– y ella será despojo para las naciones. Y sus hijas que están tierra adentro, serán muer tas a espada; y sabrán que yo soy el Señor” (Ezequiel, 26:1- 6).
– La conquista de Babilonia por lo medos, en 568 a.C ., y la expulsión de los habitantes por par te del imperio seléucida, en 275 a.C.: “He aquí, i ncitaré contra ellos a los medos, que no estiman la plata ni se deleitan en el
oro; con arcos barrerán a los jóvenes, no tendrán compasión del fruto del vientre, ni de los niños tendrán piedad sus ojos. Y Babilonia, hermosura de los reinos, gloria del orgullo de los caldeos, será como cuando Dios destruyó a Sodoma y a Gomorra; nunca más será poblada ni habitada de generación en generación; no pondrá tienda allí el árabe, ni los pastores harán descansar allí sus rebaños; sino que allí descansarán los moradores del desier to, y llenas estarán sus casas de búhos; también habitarán allí los avestruces, y allí brincarán las cabras peludas. Aullarán las hienas en sus torres fortificadas y los chacales en sus lujosos palacios. Está próximo a llegar su tiempo, y sus días no se prolongarán” (Isaías, 13:17-22).
– Alejandro Magno derrota a Persia, en 330 a.C ., y, tras su muer te, su reino queda dividido en cuatro par tes: “Y sucedió que después que yo, Daniel, había visto la visión, y trataba de comprenderla, he aquí, vi de pie, ante mí, uno con apariencia de hombre. Y oí una voz de hombre entre las márgenes del Ulai, que gritaba y decía: ‘ Gabriel, explícale a este la visión’. Él se acercó adonde yo estaba, y cuan- do llegó, me aterroricé y caí sobre mi rostro, pero él me dijo: ‘Entiende, hijo de hombre, que la visión se refiere al tiempo del fin’. Mientras él hablaba conmigo, caí en un sueño profundo con mi rostro en tierra; él me tocó y me hizo incorporar donde yo estaba. Y dijo: ‘He aquí, te voy a dar a conocer lo que sucederá al final de la ira, porque se refiere al tiempo señalado del fin. El carnero que viste, con los dos cuernos, representa a los reyes de Media y de Persia. Y el macho cabrío peludo representa al reino de Grecia, y el cuerno grande que está entre sus ojos es el primer rey. Y el cuerno roto y los cuatro cuernos que salieron en su lugar representan cuatro reinos que se levantarán de su nación, pero no con su poder.
Y al final de su reinado, cuando los transgresores se acaben, se levantará un rey, insolente y hábil en intrigas. Su poder será grande, pero no por su propio poder; destruirá en forma extraordinaria, prosperará y hará su voluntad; destruirá a los poderosos y al pueblo santo. Y por su astucia hará que el engaño prospere por su influencia; él se engrandecerá en su corazón, y destruirá a muchos que están confiados. Aun se levantará contra el Príncipe de los príncipes, pero será destruido sin inter vención humana’” (Daniel, 8:15 -25).
– Con la llegada del Nuevo Evangelio, mu - chos cristianos han sido tor turados o asesinados por la fe: “Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis odiados de to -
das las naciones por causa de mi nombre” (Mateo, 24:9).
– Israel es restaurada como nación en 1948 y el pueblo no volverá a ser expulsado: “Los plantaré en su tierra, y no serán arrancados jamás de la tierra que les he dado –dice el Señor tu Dios” (Amós, 9:15).
– El hambre, uno de los principales problemas mundiales, los conflictos bélicos internacionales, y los terremotos en zonas con gran número de población, causarán millones de muertos: “Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino, y en diferentes lugares habrá hambre y terremotos” (Mateo, 24:7).
A estas habría que añadirle la que anuncia la destrucción de Damasco. Aunque no haya ocurrido así, si es cierto que en la guerra civil Siria, en activo desde 2011, la profecía anda cercana a cumplirse, y más con la intervención de países con poder armamentístico como Estados Unidos y Rusia. Quienes van más allá creen que será aquí donde se origine el inicio de la próxima guerra mundial, capitaneada por estos dos países. Una profecía que se encontraría en textos de Isaías y de Jeremías: “He aquí, Damasco dejará de ser ciudad, y vendrá a ser un montón de ruinas. Abandonadas están las ciudades de Aroer; serán para los rebaños, para que se echen en ellas, y no habrá quien los espante. Desaparecerá la fortaleza de Efraín y la soberanía de Damasco, y el resto de Aram vendrá a ser como la gloria de los hijos de Israel” (Isaías, 17:1-3).
“Acerca de Damasco. Avergonzadas están Hamat y Arfad. Porque han oído malas noticias están desalentadas. Hay ansiedad como en el mar que no se puede calmar. Desampa- rada está Damasco; se ha vuelto para huir, y el pánico se ha apoderado de ella; angustia y dolores la oprimen como a mujer de parto. ¿Cómo es que no ha sido abandonada la ciudad alabada, la ciudad de mi regocijo? Por eso sus jóvenes caerán en sus calles, y todos los hombres de guerra serán silenciados en aquel día - declara el Señor de los ejércitos-. Y prenderé fuego al muro de Damasco que consumirá los palacios de Ben-adad” (Jeremías, 49:23-27).
el código
En 1992, el escritor y periodista estadounidense Michael Drosnin, autor de “El código de la Biblia”, publicado en 1997, descubrió, a través del matemático israelí Eliyahu Rips, un código aplicable a la escritura hebrea antigua con el que descifrar profecías encriptadas en algunos de los fragmentos originales de la Biblia, todo con el uso de un programa informático.
El conocimiento de l os tex tos proféticos ser viría para conocer eventos futuros y pasados, en los que entrarían los asesinatos de grandes personalidades de la Historia, fenó - menos terrestres o guerras, por ejemplo.
Perfeccionado por el físico israelí Doron Witztum, el código se ocultaría en la versión he-
brea del Antiguo Testamento. Al suprimir los espacios, quedaría una única palabra de trescientos cuatro mil ochocientas cinco letras. A partir de aquí, el ordenador emplea el estudio de la secuencia de letras equidistantes, comenzando por la primera letra de la Biblia y comprobando todas las secuencias alternas posibles, y así se repite con cada una de las letras, hasta que es localizada una palabra, da igual en vertical, horizontal o diagonal. Entonces se busca palabras relacionadas en el mismo tramo de texto. Los fragmentos descubiertos indicarían lugares, fechas y acontecimientos precisos.
Algunas de las profecías descubiertas en este gran crucigrama, con las palabras que las relacionan, serían:
– Asesinato de John F. Kennedy (Kennedy, presidente, Dallas, tirador, disparará a la cabeza, muerte.
– Asesinato de Robert F. Kennedy (R. F. Kennedy, Dallas, segundo mandatario morirá, S. Sirhan.
– Inicio y fin de la Segunda Guerra Mundial (1939, A. Hitler, guerra mundial, nazi, holocausto, 1942, Churchill, Roosevelt, Stalin, Rusia, Alemania, Inglaterra, Estados Unidos, Japón, Francia…).
-Asesinato del primer ministro israelín Itzhak Rabin (Itzhak Rabin, asesino que asesinará, Amir, en 5756, Tel-Aviv, asesinato de Rabin).
– Llegada del hombre a la luna (Apollo 11, nave espacial, alunizaje).
– Guerra de Irak (Hussein, Scuds, misil ruso, Hussein escogió un día, fuego el 3 Shevat).
El gran tsunami
Este mismo programa de desencriptado encontró, en 2017, una serie de palabras relacionadas con un acontecimiento que afectaría a las costas españolas. “Viento fuer te”, “sacudir los cielos y la tierra”, “C anarias”, “la alta montaña”, “terrible”, “marea”, “ola”, “muer te”, “corazones se derriten y se llenarán de terror ”, “bestias de los desier tos se encuentran allí ” o “el ruido de la multitud ”... Son algunas de estas, que indicarían la próxima erupción del volcán del Parque natural de Cumbre Vieja, en la isla de La Palma, cuyo desplazamiento de roca volcánica generaría una serie de maremotos que arrasaría con las costas del nor te de África, el sur y el noroeste de España, así como de Por tugal.
Según estudios llevados a cabo en 20 01, no quedaría ahí, ya que, dependiendo de la magnitud de la erupción, tsunamis de hasta cincuenta metros podrían alcanzar el Caribe y costas estadounidenses en tan solo un tiem - po de ocho horas.
El Apocalipsis, 8:8 anuncia este tipo de catástrofes como par te del fin del mundo: “El segundo ángel tocó la trompeta, y algo como una gran montaña ardiendo en llamas fue arrojado al mar, y la tercera par te del mar se convir tió en sangre. Y murió la tercera par te de los seres que estaban en el mar y que tenían vida; y la tercera par te de los barcos fue destruida”.