Mas Alla Monografico (Connecor)
El misterio de los apóstoles
Todo lo que rodea a Jesucristo y a la religión cristiana en general se nos presenta siempre con algún que otro misterio de por medio. Se podría decir que la historia de la religión es el perfecto caldo de cultivo para numerosas teorías. Esto no se da así porque haya un grupo de historiadores y expertos a los que les guste crear misterio, trastocar la Historia e interpretarla de la manera que les venga en gana. Si bien es cierto que la gran cantidad de rumores, leyendas y demás que circulan en nuestros días sobre Cristo y sus seguidores han sido creados por historiadores o expertos en materia histórica, esto ha ocurrido gracias a las muchas puertas abiertas que dejan los textos religiosos y las sombras que se ciernen sobre algunos episodios que relatan y que no relatan.
Teniendo en cuenta, por ejemplo, que en los escritos antiguos se nos cuenta cómo algunos apóstoles fueron asesinados por hechiceros, que otros llegaron a lugares como España gracias a poder navegar en una embarcación de piedra, po- demos ver cómo a veces se nos presentan misterios quizás fruto de la fantasía. Y esto que acabamos de adelantar es solo el principio de lo que podemos encontrar en los textos que hablan sobre la historia del cristianismo. Respecto a todo aquello que no se cuenta, es tal vez la parte que más interesa a los investigadores en la actualidad. De algo sobre lo que se nos dan detalles podemos discernir y, con nuestro propio criterio, establecer si puede ser cierto o si puede ser falso, pero de lo que no se nos cuenta, solo podemos especular. Y es en este punto cuando la labor de investigadores y expertos cobra sentido. Tal es así que, para un ciudadano corriente, puede resultar chocante que un historiador le diga que lo más probable es que Jesucristo hubiese tenido una esposa e hijos. Pero ¿cómo es que no lo pone en los escritos de la época? La respuesta es algo más compleja.
HUELLAS HISTÓRICAS
En primer lugar, tendríamos un documento que data del siglo IV, verificado por diferentes Escuelas como las de Harvard y Columbia, que habla de que
Jesucristo, efectivamente, tenía una esposa. Aunque este documento no es concluyente, pues hacen falta más pruebas sobre el hecho, nos permite hacernos una idea. En segundo lugar, según muchos investigadores e historiadores, el hecho de tener familia, en la sociedad judía de aquel entonces era algo completamente normal, con lo que no se habría reflejado en ningún texto debido a lo ordinario del asunto. Pero que no quede escrito en documento alguno, no significa que el hecho no existiera.
Por lo tanto, en temas de cristianismo tanto lo que se nos cuenta, como lo que se omite, ya sea por ser un hecho demasiado corriente, como por cualquier otra causa, es un foco claro de misterios. Esto pude ser debido, también, a que fueron sucesos ocurridos hace miles de años, lo que hoy suscitan todo tipo de dudas. Tenemos que tener en cuenta lo extraordinario que es el hecho de que, en la Historia de la Humanidad, haya aparecido alguien haciéndose ver como el hijo de Dios y realizando, supuestamente, diferentes milagros. Lo extraño que nos pueda parecer el hecho, sumado a la lejanía que presenta en el tiempo con nuestra sociedad, hace poner en duda aquello, siendo pasto especulaciones.
La historia de los apóstoles
Y es que como decíamos al principio del reportaje, todo lo que rodea a Jesucristo está marcado por el misterio que suscita, como es lógico, su persona. Si el líder cristiano está envuelto en un halo de misterio bastante importante, todos aquellos que se relacionaron con él no lo están menos. No en vano, si nos fijamos en la historia de los apóstoles, veremos que hay numerosos casos que llaman la atención por lo extraordinarios que pueden llegar a ser.
Uno de los casos más llamativos que tenemos en la historia de la religión cristiana, es el del apóstol Santiago el Mayor. Se cuenta que sobre el año 40 d.C. el apóstol estuvo en Hispania, esto lo sabemos por el mito de la aparición de la Virgen en Caesaraugusta, lo que ahora conocemos como Zaragoza. Supuestamente la Virgen se habría aparecido en la ciudad, según se cuenta, dejando tras su aparición un pilar de jaspe. A raíz de dicha llegada de la Virgen hay algunas teorías que apuntan a que Santiago el Mayor junto con más cristianos de la ciudad edificaron una iglesia a orillas del río Ebro, tomando como referencia el lugar donde habría tenido lugar la aparición. Si siguiésemos lo que dice este relato, el apóstol habría estado por tanto en suelo, hoy español, tiempo antes de ser enterrado. Y es que es, precisamente, su muerte lo que ha marcado la historia de España. Aunque murió en Palestina hacia el año 42, cuando, según cuenta la tradición cristiana, Herodes de Agripa I lo torturó hasta que decidió acabar con su vida decapitándolo, fue enterrado en España.
Según podemos encontrar en los textos religiosos, sus discípulos trajeron su cuerpo hasta las costas gallegas. Habrían sido unos 7 discípulos los que habrían llevado el cuerpo inerte del apóstol hasta las costas del norte de Hispania. Lo interesante en todo ello es el cómo lo hicieron.
Tal y como cuenta la tradición el apóstol no llegó a la Península ibérica de una manera convencional. La imaginación nos puede hacer pensar que habría llegado en un ataúd tras un largo viaje en un carro, o en un barco convencional. Nada más lejos de lo que, al parecer, sucedió. Santiago el Mayor, una vez muerto, habría sido transportado en una barca de piedra que tenía el poder de mantenerse a flote. De forma que, de una manera milagrosa Santiago habría llegado desde Palestina a Galicia en una barca de piedra. Algunos investigadores han llegado a desmentir el mito, diciendo que pudo llegar en una barca, pero no de piedra, sino de las que se utilizaban para el transporte de minerales y rocas en aquellos tiempos, naves de cabotaje.
Pero la llegada a las costas gallegas de Santiago el Mayor no es la única cosa que encierra misterio en la historia del apóstol. Ya sabemos que su llegada en una barca de piedra, es algo extraño, que podría hacernos cuestionar hasta qué punto los textos cristianos y la tradición exagera, mitifica y, por lo tanto, es imprecisa. Otro misterio rodea al apóstol, y este es algo más grande e importante que su llegada a suelo de Hispania.
Tras su viaje por el mar acompañado por sus 7 discípulos, su cuerpo inerte llegó a las costas del norte, en concreto a Iria Flavia, hoy Padrón (A Coruña). Los discípulos depositaron el cuerpo de su maestro sobre una enorme piedra mientras exploraban el lugar. Según cuenta la tradición cristiana, la piedra donde se depositó a Santiago fue cediendo poco a poco hasta sepultar ella sola el cuerpo del apóstol. De esta manera se formó el sarcófago.
Otra leyenda toca de lleno a los 7 discípulos que, según se cuenta, nada más llegar a tierras gallegas, fueron a ver a la señora de las tierras donde querían enterrar a su maestro. La señora, llamada Lupa (así se llamaba a las mujeres bravas del lugar), seguramente derivado de “loba”, mandó a los 7 ante el rey Duyos. Este último, profundo anticristiano hizo apresar a los discípulos. La misma leyenda cuenta que los 7 lograron salvarse de su prisión gracias a un milagro que les hizo libres de nuevo y acabó con la vida de los perseguidores.
Corría el año 813 cuando el obispo de Iria Flavia, Teodomiro, alertado por un ermitaño, encontró lo que parecía ser la tumba del apóstol Santiago. Inmediatamente proclamó el hallazgo a los cuatro vientos y el lugar se llenó de peregrinos de toda Europa. Esto es lo que nos cuenta la leyenda, pero, en realidad, es un misterio quién está enterrado en el lugar de Santiago.
Según algunos historiadores el apóstol apodado el Mayor no es quien está enterrado en Compostela. Se trataría de Prisciliano de Ávila, religioso condenado por la Iglesia por haber cometido herejía, al proponer una reforma que pretendía acabar con la opulencia del clero. El caso es que Prisciliano fue ejecutado sobre el año 385 en Tréveris. Tan solo tres años más tarde de su muerte, algunos de sus discípulos acudieron a Alemania a exhumar sus restos y llevarlos a lo que ahora conocemos como Galicia. El lugar donde lo enterraron de nuevo se desconoce, pero ya hacia el año 1900 algunos autores como Louis Duchesne, apuntan a que, en realidad, el hereje podría estar enterrado en Compostela en vez del apóstol. De momento, los restos que se encuentran en Compostela no han sido analizados por
la ciencia y no sabemos con certeza de quién se trata, por lo que la teoría de que sea Prisciliano se queda en eso, en una mera teoría. Pero no podemos dudar de que hasta que los restos sean analizados, el hecho de que posiblemente los creyentes lleven siglos adorando a lo que podría ser un hereje ajusticiado por la Iglesia católica, no es uno de los grandes misterios del catolicismo en España.
Apócrifos
Pero si Santiago está arropado por el manto del misterio, los demás apóstoles lo están por supuesto también. Uno de los casos más conocidos puede ser Felipe. El principal misterio que le rodea es, precisamente el evangelio que se le atribuye. El evangelio de Felipe se considera apócrifo y, por lo tanto, la Iglesia no lo reconoce. Este texto es un conjunto de unas 127 reflexiones aparentemente inconexas que tratan asuntos relativos a la religión cristiana. Algunos de estos razonamientos que, en un principio, se le atribuyen al apóstol son tan sorprendentes que, de ser ciertos, desmontarían los pilares sobre los que se sienta la religión. En primer lugar, es de estos escritos de donde nace la idea que da lugar a la teoría de que Jesucristo pudo mantener una relación sentimental con María Magdalena e, incluso, tener descendencia. Esto ocurre porque en el evangelio de Felipe se menciona a María como “compañera” del mesías. Además, en una de las frases que podemos encontrar en el apócrifo evangelio se cuenta cómo Cristo habría besado en la boca en repetidas ocasiones a su “compañera” María Magdalena, de tanto que la quería. El hecho de llamarla compañera ha dado a entender a muchos historiadores que eran pareja. Y esa sospecha se ha ido ampliando con el paso de los años hasta conformar diferentes teorías. Como ya anunciábamos al principio del reportaje, un papiro hallado en el año 2012, vendría a reforzar esta idea.
Junto con el punto que acabamos de tratar aparece otra reflexión cuanto menos sorprendente. Si en el anterior caso se trataba de una posible relación de Cristo y María Magdalena, en este caso el turno es de la Virgen y la manera en que se habría quedado embarazada. Según cuenta el evangelio de Felipe, la idea de que María quedó en cinta gracias al Espíritu Santo, tal y como se cree según la tradición cristiana, es falsa. La justificación que da, supuestamente, Felipe es: “El Señor no hubiera dicho: ‘Padre mío que estás en los cielos’, de no haber tenido otro padre; sino que hubiera dicho simplemente ‘Padre mío’”. En el evangelio no queda muy claro a qué se refiere Felipe, o quien escribiera dicha reflexión. Algunos autores especifican que en el idioma que está escrito el documento descubierto en el año 1945 en Egipto, el concepto Espíritu Santo es femenino y, en sus reflexiones, el escritor haría referencia a ello con ironía. También hay expertos que apuntan a que se comete un error al interpretar el texto apócrifo de una manera literal, ya que no se atiende a otro tipo de referencias como lo que acabamos de citar.
Quizás haya sido por una mala interpretación del evangelio de Felipe o porque en la actualidad no se pueda comprender con certeza lo que en él se nos quiere decir, pero sea como fuere ha generado bastantes dudas a los historiadores.
Pero otro de los misterios que rodea a este escri-
to, es quién lo realizó. Se sabe que fue sobre el siglo III con lo que, Felipe, en un principio no lo podría haber realizado porque se estima que vivió algo más de 80 años. El lugar de la muerte es también discutido, la versión más aceptada es que lo hizo en las inmediaciones de Hierápolis, atado a una cruz y siendo, además lapidado.
Otro de los apóstoles lleno de misterios e incertidumbres es Mateo. Podemos decir que es el apóstol del que menos conocimientos exactos se tienen, y lo veremos a continuación.
En primer lugar, hay autores que dudan de que San Mateo escribiera el evangelio que lleva su nombre y que es tomado como pieza fundamental de la historia de la religión cristiana. Entre estos autores estaría el catedrático Antonio Piñeiro. En sus reflexiones argumenta que la data-
ción oficial del evangelio en sí puede ser errónea, tratándose de algo posterior y, por lo tanto, el Mateo que fuera apóstol no habría podido escribir el evangelio que se le atribuye.
Otro apóstol cargado de misterio es San Judas Tadeo. Como hemos visto al inicio del reportaje, a veces, los textos cristianos no son claros, tienen presente una vaguedad en el uso de nombres y términos que hace a los expertos y a los investigadores dudar y, en muchas ocasiones, acabar equivocándose en sus razonamientos. De esta manera hay una historia sobre Judas Tadeo que explica cómo este pudo curar al rey Abgaro de Edesa de una enfermedad incurable por la medicina. Ahora bien, no todos los expertos están de acuerdo en que Judas Tadeo fuera el sanador del monarca. En los escritos cristianos aparece una diferenciación
entre dos personas llamadas “Tadeo”, con lo que algunos historiadores sostienen que no fue el apóstol y, la persona que fue a curar al rey, fue uno de los más de 70 discípulos que tenía Jesucristo.
Además de esta confusión de la que es protagonista, su muerte, al igual que la de los anteriores apóstoles citados está rodeada por un halo de misterio y leyenda. La historia de cómo falleció el apóstol nos cuenta que, estando este, en compañía de Simón el Cananeo, tomaron un camino cercano al monte Ararat. Por él encontraron un campamento militar. Se aproximaron al oficial al mando del mismo y le hicieron saber que al día siguiente no iban a tener enfrentamiento alguno con el enemigo. Los militares allí asentados dudaron, puesto que dos hechiceros Zaroes y Arfaxat les habían asegurado que se mantuvieran en guardia, al día siguiente combatirían. Los
soldados dudaron y decidieron que, si los apóstoles fallaban en su predicción, serían ejecutados. Por el contrario, si el error procedía de los hechiceros, estos serían los que morirían. Al día siguiente la razón cayó del lado de los apóstoles con lo que se decidió ejecutar a los hechiceros. Haciendo gala de su bondad, los cristianos evitaron que aquellos murieran y los libraron de la sentencia. Algún tiempo más tarde un encuentro con Zaroes y Arfaxat había producido que los apóstoles fueran obligados a adorar a dioses paganos. Lejos de devolverles el favor los hechiceros habrían hecho que las autoridades ajusticiaran a quienes, tiempo atrás, les salvaran la vida. La leyenda cuenta que, como hemos adelantado unas líneas más arriba, a Simón el Cananeo le habrían cortado en dos mitades con una sierra. A San Judas Tadeo le aplastaron la cabeza con una maza y le cortaron en pedazos con un sable. Evidentemente es solo una leyenda, posiblemente fruto de la mitificación de los apóstoles.
Como hemos visto a lo largo del reportaje, los misterios que rodean a los protagonistas de la religión cristiana son muchos y muy complejos. Quizá haya algunos que tengan una relevancia clara y que, de confirmarse, serían una verdadera revolución. Evidentemente no tiene el mismo impacto la leyenda de los hechiceros, o el lugar de predicación de San Mateo que el hecho de que Cristo y María Magdalena pudieran haberse casado y hasta haber tenido hijos. Pero todos estos misterios contribuyen a dejarnos clara una cosa, en lo que a la religión respecta, hay pocas cosas que podamos afirmar en claro, basándonos únicamente en escritos de la época. Cada vez hay más investigadores que formulan nuevas teorías que rompen los esquemas de lo previamente establecido y dado por sentado.