CÓMO SE ELABORÓ LA SÍNDONE
Cuando las primeras autoridades del cristianismo aprobaron y estimularon el culto de los sagrados despojos como medio de afianzar la religión, ya era un poco tarde para rescatar los escasos restos biológicos que Cristo había dejado en la tierra… Solo había una forma de conseguirlos, según explica Juan Eslava Galán, en su libro El fraude de la Sábana Santa y otras reliquias: “El problema radicaba en que nadie había conservado reliquias de Jesús… pero ello no impidió fabricarlas o ‘descubrirlas’ para atender la creciente demanda… A finales del siglo IV ya se había producido la ‘invención’ de las principales reliquias de Cristo”.
Durante los siglos XIV y XV, la industria de fabricación de reliquias era tan boyante que daba trabajo a numerosos talleres en todo el Mediterráneo oriental. No sabemos nada sobre la fabricación de la Síndone, pero diversas investigaciones apuntan a que fue construida utilizando una técnica de “frotado” sobre un modelo en bajorrelieve. Joe Nickell lo demostró utilizando un bajorrelieve y pigmentos y herramientas disponibles en la Edad Media: “Después de experimentar con diferentes técnicas, el artista de la Síndone preparó una mezcla adecuada de pigmentos y témpera aglutinante, moldeó una sábana de lino húmedo sobre el bajorrelieve que había construido y utilizó un tipo de brocha para aplicar la mezcla en la superficie del tejido. Métodos para crear imágenes similares eran conocidos y estaban muy extendidos en la Edad Media”, ha explicado Nickell.
También el científico
Luigi Garlaschelli realizó una reproducción muy convincente de un sudario en 2009, pero al margen de todo esto la sensación que se tiene al mirar la imagen humana reproducida en la Síndone es de que su anatomía resulta imposible. Sin ir más lejos, un cuerpo yacente auténtico no tendría los brazos lo bastante largos como para cruzar las manos sobre la pelvis a la vez que mantiene los hombros en el suelo. Hay otros muchos rasgos anatómicamente imposibles y es inevitable preguntarse cómo llegaron a la tela las imágenes del frente y la espalda del hombre crucificado en ella reproducido. Daniel Robert Porter señala que “es posible crear imágenes que parezcan similares, pero nadie ha creado imágenes que coincidan con la química, la superficialidad peculiar y el contenido de información tridimensional profundamente misterioso de las imágenes en la Síndone”.
Ciertamente, nos queda la posibilidad del milagro mediante un estallido de “radiación excepcional”, como apuntan algunos científicos, incluido el italiano Guilio Fanti, autor de
El misterio de la Síndone (2013), que ha efectuado mediciones térmicas y mecánicas sobre la Síndone en la Universidad de Padua.