La importancia de la SALUD EMOCIONAL
Con motivo de los cursos de verano de la Universidad Internacional de Andalucía, se han celebrado distintos seminarios en su sede de La Rábida (Huelva). En la conferencia “Inteligencia emocional y salud”, el profesor e investigador José Luis Bimbela ha asegurado que apostaría por regular las sensaciones, ya que considera que “es el próximo paso de la evolución humana”.
Bimbela ha comentado que la Escuela Andaluza de Salud Pública, en la que desarrolla su actividad pro- fesional, “son pioneros en muchos temas como en la salud espiritual”. Considera, además, que el aumento de enfermedades como la depresión o la ansiedad se debe al “aumento de la depresión por la angustia de vivir”. El profesor considera que, en la actualidad, no existe la autocrítica por parte de la sociedad “probablemente porque tenemos asociado ese concepto a sufrir”. A lo que añade, “para dar lo mejor de uno mismo primero hay que amarse”.
Para finalizar su ponencia, Bimbela ha señalado que para mejorar la inteligencia emocional, el objetivo principal debe ser “el propio bienestar o la propia salud”; matizando que “toda inteligencia que no permite el propio bienestar o el bienestar del otro es una inteligencia fracasada”.
La GESTIÓN EMOCIONAL
Se puede compartir o no la visión de Bimbela; sin embargo está claro que la salud emocional es imprescindible. Como dijo el poeta romano Décimo Junio Juvenal: “Mens sana in corpore sano”. Pa-
ra conseguir un equilibrio total ambos deben gozar de buena salud. Pero, ¿cómo mejorar la gestión emocional?
Hay muchas técnicas y estudios sobre cómo crecer emocionalmente. El mercado editorial es un claro ejemplo de ello. Desde deportes, como el yoga, hasta técnicas de meditación, como el mindfulness. Es fácil verse sobrepasado por la amplia oferta que se tiene hoy en día. Por ello, repasamos algunas de las técnicas más sencillas, por las que empezar a mejorar la salud emocional.
– EVITAR/AFRONTAR: A lo largo del día se presentan distintas situaciones. No se pueden controlar todas ellas; pero las que sí, permiten dos opciones: evitarlas o afrontarlas. Se deben evitar aquellas situaciones que generen un malestar que no obtiene recompensa y tratar de afrontar aquellas que frenen los deseos de cada uno, por ejemplo, no viajar por el miedo a volar.
– ANALIZAR LAS CONSECUENCIAS: ¿Qué es lo peor que puede ocurrir? Es la pregunta que uno debe hacerse cuando le quiten el sueño cuestiones como problemas laborales o en las relaciones personales. Asumir las consecuencias y saber que se es capaz de avanzar una vez superada la situación.
– HOBBIES: Hay quien aprende a relajarse dibujando cuadros, quienes controlan mejor la ansiedad cuando escriben y quienes se evaden de sus problemas creando joyería artesanal. Una afición que consiga que se desconecte del problema, ayuda a despejar la mente y poder avanzar.
– OBJETIVOS EN UN FUTURO CERCANO: No a todo el mundo le funciona el concepto “Carpe Diem”, ni centrarse en el aquí y ahora. Esta técnica de gestión emocional se basa en pensar qué se desea que ocurra en un futuro cercano y se defina como meta. Así, todos los pasos que sean necesarios para llegar a cumplir ese objetivo podrán verse de manera más sencilla y se podrán seguir para alcanzar el sueño.
– INTROSPECCIÓN: Analizar el “yo interior”, los estados de ánimo, la conciencia, conocerse mejor a uno mismo para aprender a cuidarse y detectar las señales que el cuerpo nos manda.
Meditación, autocontrol, ejercicio, relajación... existen infinitas maneras de controlar las emociones; solo es cuestión de tiempo que cada uno encuentre la suya.