La Era d de l los robots
¿Qué nos depara el futuro de la Inteligencia Artificial?
Estamos siendo testigos de la Cuarta revolución industrial, una irrupción tecnológica que está provocando una transformación en todos los ámbitos de nuestra sociedad, y en la que los robots están adquiriendo progresivamente un mayor protagonismo. incluso ya los hay que participan en congresos y hasta en la política. Muchas personas parecen entusiasmadas con su irrupción, en cambio otras observan con recelo y se preguntan hasta qué punto su inclusión será perjudicial para los humanos.
“¡Hay que regular la i nteligencia artificial antes de que sea un peligro”, afirmaba preocupado el empresario Elon Musk en un encendido debate vir tual en julio de 2017 con el también magnate de la tecnología Mark Zuckerberg en torno a ciertas capacidades del software informático. Casualmente, por esas fechas, era noticia una peculiar anomalía cibernética. Miembros de un l aboratorio de investigación de la Universidad Tecnológica de Georgia no salían de su asombro al descubrir cómo la Inteligencia Artificial ( I A) que habían creado era capaz de desarrollar su propio l enguaje e incluso comunicarse con otra IA.
Pese a este acto de interacción independiente y coherente, el cerebro robótico tuvo que ser desconectado, ya que su l enguaje era casi imposible de descifrar. El proyecto, f inanciado por Facebook, generó una polémica en torno hasta qué punto convenía que las máquinas tomasen iniciativa propia.
A finales de febrero de 2018, un grupo de expertos emitían El uso malicioso de la Inteligencia Artificial: predic-
ciones, prevención y mitigación, un informe que alertaba de cómo las tecnologías podían ser usadas malintencionadamente, aprovechando esta independencia tecnológica.
Advertían de que estas tecnologías altamente desarrollada no solo pueden ser manipulables, sino también llegar a cualquier persona, incluidas a aquellas con oscuros f ines. ¿ Este podría ser el caso del dron lanzado al mercado por l a empresa Skydio? Y es que este, fabricado con piezas fácilmente disponibles, cámaras ordinarias, un software de código abierto y procesadores de bajo costo, una vez programado puede realizar un seguimiento independiente.
Si nos atenemos a las advertencias del anterior informe, esta tecnología podría ser utilizada por l os ciberdelincuentes para i dentif i car a personas, secuestrar infraestructuras, o incluso realizar ataques asesinos con drones o con vehículos autónomos. Pero ¿acaso
Según el informe Mckinsey de 2017, la mitad de las actividades laborales de la actualidad podrían AUTOMATIZARSE para 2055, aunque esto puede ocurrir 20 años antes o después, dependiendo de varios factores.
nos espera un futuro tan negro con las nuevas tecnologías?
tecno-pesimismo vs tecno-optimismo “En el extremo opuesto a los tecno- pesimistas encontramos a aquellos que se excitan con la simple contemplación de la tecnología, los que esperan sus novedades maravillados como si se tratara de la solución definitiva a los problemas humanos”, afirmaba el filósofo español José Ortega y Gasset, en la Revista de Occidente, aludiendo a los tecno- optimistas, los que admiran los avances tecnológicos, y su postura encontrada con los tecno- pesimistas, los que por el contrario desconfían de ellos.
Pero esta visión antagónica no es nueva, ya en la Inglaterra de principios del siglo XIX, cuando telares y máquinas de hilar sustituyeron a miles de trabajadores, acaloradas revueltas de luditas, miembros de un movimiento antimáquinas, intentaron frenar lo que se convertiría en la Primera Revolución Industrial, proceso que acabaría por expandirse por todo Occidente.
Inexorablemente, las máquinas reemplazaron a las personas y estas tuvieron que apren- der nuevos oficios para hacer frente a una nueva era, situación que probablemente se repita en nuestros días.
El desempleo es, sin duda, otro de los fantasmas que se cierne sobre el sector del desarrollo tecnológico. No en vano, según expone el informe Mckinsey de 2017, la mitad de las actividades laborales de la actualidad podrían automatizarse para 2055, aunque esto puede ocurrir 20 años antes o después, dependiendo de varios factores.
Sin embargo, según l os tecno- optimistas, esta situación no tiene que ser negativa necesariamente, ya que nos obligará a reciclar nuestras capacidades y a adquirir nuevas habilidades. Además, la automatización no siempre tiene por qué ser sinónimo de desempleo. Tal vez exista l a oportunidad de trabajar juntos: robots y humanos. Así, como mínimo, l o están intentado países como Japón, Corea del Sur y Alemania, donde hay una mayor robotización laboral, las tasas de paro son mucho más bajas que las de otros lugares menos automatizados. No en vano, l o más seguro es que aparezcan nuevas profesiones, en las que podremos desempeñar nuestra creatividad, mientras que las máquinas realizarán las tareas más repetitivas y peligrosas, como ya está ocurriendo hoy en día en la industria automovilística y la aeroespacial. Record emosquea Marte han llegado antes los robots que los humanos, como losSpirity los Opportunity.
conciencia digital
El sector del transporte sufrirá también un drástico cambio en su estructura actual: los coches autónomos que se desplazan sin volante y sin conductor, como l os de las empresas Tesla Motors o Uber, podrían sustituir en su mayoría a l os taxis, autobuses y camiones que circulan hoy por nuestras carreteras.
Y es que estos ofrecen un servicio más rápido y eficaz, basado en un sistema automatizado con una “conciencia virtual” que les habilita para la conducción. No obstante, si su implantación tiene éxito, esto supondrá la pérdida de millones de empleos vinculados al transporte.
Pero para que todo esto ocurra, antes habría que adaptar una infraestructura y di-
La empresa IBM fabrica ROBOTS, cuyos algoritmos les confieren empatía tras analizar los gestos, las frases y los sentimientos que muestran los usuarios.