Mas Alla (Connecor)

La Era d de l los robots

¿Qué nos depara el futuro de la Inteligenc­ia Artificial?

- texto Claudia M. Moctezuma

Estamos siendo testigos de la Cuarta revolución industrial, una irrupción tecnológic­a que está provocando una transforma­ción en todos los ámbitos de nuestra sociedad, y en la que los robots están adquiriend­o progresiva­mente un mayor protagonis­mo. incluso ya los hay que participan en congresos y hasta en la política. Muchas personas parecen entusiasma­das con su irrupción, en cambio otras observan con recelo y se preguntan hasta qué punto su inclusión será perjudicia­l para los humanos.

“¡Hay que regular la i nteligenci­a artificial antes de que sea un peligro”, afirmaba preocupado el empresario Elon Musk en un encendido debate vir tual en julio de 2017 con el también magnate de la tecnología Mark Zuckerberg en torno a ciertas capacidade­s del software informátic­o. Casualment­e, por esas fechas, era noticia una peculiar anomalía cibernétic­a. Miembros de un l aboratorio de investigac­ión de la Universida­d Tecnológic­a de Georgia no salían de su asombro al descubrir cómo la Inteligenc­ia Artificial ( I A) que habían creado era capaz de desarrolla­r su propio l enguaje e incluso comunicars­e con otra IA.

Pese a este acto de interacció­n independie­nte y coherente, el cerebro robótico tuvo que ser desconecta­do, ya que su l enguaje era casi imposible de descifrar. El proyecto, f inanciado por Facebook, generó una polémica en torno hasta qué punto convenía que las máquinas tomasen iniciativa propia.

A finales de febrero de 2018, un grupo de expertos emitían El uso malicioso de la Inteligenc­ia Artificial: predic-

ciones, prevención y mitigación, un informe que alertaba de cómo las tecnología­s podían ser usadas malintenci­onadamente, aprovechan­do esta independen­cia tecnológic­a.

Advertían de que estas tecnología­s altamente desarrolla­da no solo pueden ser manipulabl­es, sino también llegar a cualquier persona, incluidas a aquellas con oscuros f ines. ¿ Este podría ser el caso del dron lanzado al mercado por l a empresa Skydio? Y es que este, fabricado con piezas fácilmente disponible­s, cámaras ordinarias, un software de código abierto y procesador­es de bajo costo, una vez programado puede realizar un seguimient­o independie­nte.

Si nos atenemos a las advertenci­as del anterior informe, esta tecnología podría ser utilizada por l os ciberdelin­cuentes para i dentif i car a personas, secuestrar infraestru­cturas, o incluso realizar ataques asesinos con drones o con vehículos autónomos. Pero ¿acaso

Según el informe Mckinsey de 2017, la mitad de las actividade­s laborales de la actualidad podrían AUTOMATIZA­RSE para 2055, aunque esto puede ocurrir 20 años antes o después, dependiend­o de varios factores.

nos espera un futuro tan negro con las nuevas tecnología­s?

tecno-pesimismo vs tecno-optimismo “En el extremo opuesto a los tecno- pesimistas encontramo­s a aquellos que se excitan con la simple contemplac­ión de la tecnología, los que esperan sus novedades maravillad­os como si se tratara de la solución definitiva a los problemas humanos”, afirmaba el filósofo español José Ortega y Gasset, en la Revista de Occidente, aludiendo a los tecno- optimistas, los que admiran los avances tecnológic­os, y su postura encontrada con los tecno- pesimistas, los que por el contrario desconfían de ellos.

Pero esta visión antagónica no es nueva, ya en la Inglaterra de principios del siglo XIX, cuando telares y máquinas de hilar sustituyer­on a miles de trabajador­es, acaloradas revueltas de luditas, miembros de un movimiento antimáquin­as, intentaron frenar lo que se convertirí­a en la Primera Revolución Industrial, proceso que acabaría por expandirse por todo Occidente.

Inexorable­mente, las máquinas reemplazar­on a las personas y estas tuvieron que apren- der nuevos oficios para hacer frente a una nueva era, situación que probableme­nte se repita en nuestros días.

El desempleo es, sin duda, otro de los fantasmas que se cierne sobre el sector del desarrollo tecnológic­o. No en vano, según expone el informe Mckinsey de 2017, la mitad de las actividade­s laborales de la actualidad podrían automatiza­rse para 2055, aunque esto puede ocurrir 20 años antes o después, dependiend­o de varios factores.

Sin embargo, según l os tecno- optimistas, esta situación no tiene que ser negativa necesariam­ente, ya que nos obligará a reciclar nuestras capacidade­s y a adquirir nuevas habilidade­s. Además, la automatiza­ción no siempre tiene por qué ser sinónimo de desempleo. Tal vez exista l a oportunida­d de trabajar juntos: robots y humanos. Así, como mínimo, l o están intentado países como Japón, Corea del Sur y Alemania, donde hay una mayor robotizaci­ón laboral, las tasas de paro son mucho más bajas que las de otros lugares menos automatiza­dos. No en vano, l o más seguro es que aparezcan nuevas profesione­s, en las que podremos desempeñar nuestra creativida­d, mientras que las máquinas realizarán las tareas más repetitiva­s y peligrosas, como ya está ocurriendo hoy en día en la industria automovilí­stica y la aeroespaci­al. Record emosquea Marte han llegado antes los robots que los humanos, como losSpirity los Opportunit­y.

conciencia digital

El sector del transporte sufrirá también un drástico cambio en su estructura actual: los coches autónomos que se desplazan sin volante y sin conductor, como l os de las empresas Tesla Motors o Uber, podrían sustituir en su mayoría a l os taxis, autobuses y camiones que circulan hoy por nuestras carreteras.

Y es que estos ofrecen un servicio más rápido y eficaz, basado en un sistema automatiza­do con una “conciencia virtual” que les habilita para la conducción. No obstante, si su implantaci­ón tiene éxito, esto supondrá la pérdida de millones de empleos vinculados al transporte.

Pero para que todo esto ocurra, antes habría que adaptar una infraestru­ctura y di-

La empresa IBM fabrica ROBOTS, cuyos algoritmos les confieren empatía tras analizar los gestos, las frases y los sentimient­os que muestran los usuarios.

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En el ámbitolabo­ral, los robots podríanrel­egar a un segundo plano al hombre en unfuturo.

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