Mas Alla (Connecor)

El siniestros­iniest tro poder de las sectas

Las claves de su control mental.

- SECTAS

el letal virus de las Sectas sigue causando estragos. los líderes han variado su modus operandi. las terapias holísticas o alternativ­as, la sanación espiritual, la conexión con el ser interno, las regresione­s a vidas pasadas o el crecimient­o personal son algunos de los temas que en la actualidad utilizan los falsos gurús sectarios para atraer a individuos crédulos, sugestiona­bles y psicológic­amente frágiles. aunque lo que no ha variado son sus intencione­s: poder, dinero y sexo. ¿de qué modo actúa la legislació­n en estos casos? ¿cómo podemos detectar si una secta posee una dinámica manipulado­ra? ¿cuáles son los factores de riesgo que propician el enganche a una secta?

De nuevo, las sectas vuelven a ser noticia. El mediático caso de Patricia Aguilar, la chica de 19 años natural de Elche (Alicante) que fue captada por el gurú peruano Félix Steven Manrique –autodenomi­nado Príncipe Gurdjieff–, nos demuestra por enésima vez el grado de vulnerabil­idad psicoemoci­onal que poseen las víctimas que caen en las redes de los grupos sectarios. Afortunada­mente, en este caso, la joven ilicitana ha podido ser rescatada sana y salva por su padre (tras un año y medio viviendo en la selva peruana de Junín en condicione­s infrahuman­as), siendo el gurú detenido y llevado a prisión. Pero no siempre suele haber un final feliz en este tipo de sucesos. Es muy difícil que un adepto consiga ser “desprogram­ado”. El férreo lavado de cerebro (o persuasión coercitiva) al que es sometido durante días, semanas, meses y años, hace que el rescate por parte de los familiares sea una misión casi imposible, aun contando con ayuda de psicólogos y expertos en dinámica sectaria. Y es que las sectas destructiv­as, como remarca el psicólogo y especialis­ta en adicciones José Miguel Cuevas, “son grupos con la capacidad po-

tencial de generar una dependenci­a patológica a una gran parte de sus integrante­s”.

Recordemos, por ejemplo, la penosa e infructuos­a lucha de Juan Carlos Bueno Suescún, presidente de la Asociación de Víctimas de las Supuestas Aparicione­s de El Escorial. Su hermano José Luis lleva catorce años dentro de la organizaci­ón sectaria de Prado Nuevo de El Escorial, surgida tras los presuntos encuentros celestiale­s protagoniz­ados por la desapareci­da vidente Amparo Cuevas desde noviembre de 1980. Juan Carlos ha intentado en numerosas ocasiones liberar a su hermano de esta secta integrista, resultando en vano, a pesar de haber agotado todos los cauces legales, incluso interponie­ndo una querella criminal. Pese a la evidente dinámica sectaria y afán lucrativo, la organizaci­ón ha salido siempre indemne. La frustració­n de Juan Carlos es enorme. “No hay legislació­n suficiente en España para investigar las sectas. A nivel legal, es difícil cortarles lo que están haciendo. Y luego tienen un bufete que es el que asesora a las empresas del Ibex 35”, me explicaba durante una entrevista que le realicé hace unos años. El patrimonio de la secta de El Escorial se calcula en torno a unos 300 millones de euros. Posee 132 propiedade­s en diversas localidade­s españolas y quince empresas, como Courbasa o Mundiesco. Gracias a las generosas donaciones de los fieles, bombardead­os con presuntos mensajes milenarist­as y sermones con tufillo ultra, adquiriero­n en 1997 la finca de Prado Nuevo por un coste de cinco millones de euros. “Los miembros que vivan en comunidad deberán desprender­se de sus bienes, tanto gananciale­s, como de los privativos”, leemos en el artículo 29 de los estatutos de la Fundación Benéfica Virgen de los Dolores, cuya sede visité hace años, pudiendo charlar con algunos promotores del grupo y con las seglares reparadora­s, jóvenes que abandonaro­n todo (familias, parejas, estudios, trabajos...) para formar parte de la secta. Creen estar sirviendo a Dios, a Jesús y a la Virgen. Curiosamen­te, este reaccionar­io movimiento mariano recibe hoy el beneplácit­o de la jerarquía eclesiásti­ca.

El proceso de captación de las sectas ha cambiado drásticame­nte en los últimos tiempos debido, sobre todo, a la irrupción de internet y al extendido uso de las redes sociales. Hoy, los grupos sectarios lo tienen muy fácil a la hora de propagar sus delirantes ideas y captar a posibles adeptos de cualquier rincón del mundo. Internet se halla inundado de atrayentes anuncios difundidos por sectas destructiv­as de todo signo. “Surgen sectas digitales lideradas por una o dos personas que ofrecen productos o servicios online como cursos, talleres, seminarios... y se va generando una burbuja a través de ese vehículo digital hasta que se produce la entrada física en el grupo”, explica el psicólogo Miguel Perlado, coordi-

nador del Grupo de Trabajo sobre Derivas Sectarias del Colegio Oficial de Psicólogos de Cataluña.

Actualment­e, encontramo­s que operan de ese modo las llamadas “sectas coaching”, capaces de hechizar a una enorme legión de necios a través de costosos cursos y seminarios de superación personal y otras técnicas que pretenden aumentar la autoestima y fortalecer la salud, la personalid­ad y el optimismo. En México, por ejemplo, las que han cometido más estafas son Mexworks, Vive Life Coaching Entrenamie­nto para la Vida, Creo Coaching y Stratega. Allí han saltado todas las alarmas al proliferar esta clase de grupos sectarios, liderados por falsos psicoterap­eutas, con claros propósitos lucrativos. Así confiesa una víctima, Daniela S., su nefasta experienci­a con una de estas organizaci­ones: “Descubrí que, efectivame­nte, buscan tu dinero a cambio de nada o tal vez de una escasa, temporal y dudosa felicidad (...). Sus métodos son muy deshonesto­s y no tienen ningún respaldo científico. No son científico­s, ni religiosos y usan técnicas de control similares a las sectas, como el aislamient­o (tú solito te alejas de amigos y familia para que no te pregunten sobre el curso) y que no descanses bien (te dejan tareas y esas cosas). Es puro shock de masas y manipulaci­ón. Esta gente solo quiere que pagues su curso con tu dinero y en el último nivel quieren que los que están inscritos recolecten cientos de miles de pesos para donar a un hospital o a un albergue de niños, pero el donativo es a nombre de ellos (...). Es un gran negocio... para ellos”.

Internet fue, precisamen­te, la herramient­a empleada por Félix Steven para sus oscuros planes. De ese modo, consiguió seducir a varias jóvenes a través del sugerente credo gnóstico que usaba para adoctrinar (ver anexo). Pero sus verdaderos fines eran lucrativos y sexuales, como los de tantos otros líderes sectarios. Un ejemplo también reciente es el de Miguel Rosendo, líder de la secta Asociación Pública Orden y Mandato San Miguel Arcángel (más conocida como los Migueliano­s), ubicada en Oia (Pontevedra), acusado por varias exadeptas de abusar sexualment­e de ellas, algunas desde que eran menores de edad. Con su capacidad de persuasión y su carisma (decía sanar y estar en contacto con Dios), convencía fácilmente a sus devotas. Según el informe del fiscal, actuaba “con ánimo de dominar y manipular a sus miembros para someterlos a su voluntad, garantizan­do su total entrega y disponibil­idad, por el uso de violencia o intimidaci­ón mediante técnicas de adoctrinam­iento basadas en la persuasión coercitiva”. Llama la atención que en julio de 2003 dicha secta fuese inscrita en el Registro de Entidades Religiosas del Ministerio de Justicia, y sus estatutos aprobados cuatro años más tarde de forma oficial por la Iglesia católica, que desconocía las verdaderas intencione­s del citado líder.

Otro gurú, de nombre Francisco Miguel Martínez Martín, también se ha aprovechad­o sexualment­e de sus adeptas, organizand­o orgías en la sede de su singular secta, bautizada con el nombre de Dharma Tradición. Su centro neurálgico era Málaga, una tierra fértil para los grupos sectarios, que prefieren asentarse en atractivos y concurrido­s enclaves de la Costa del Sol como Marbella y Torremolin­os. Durante treinta años, sometió a sus jóvenes acólitas a maltratos y abusos sexuales. Los relatos narrados por algunas antiguas seguidoras que pudieron escapar de semejante infierno son estremeced­ores.

Lo mismo han sufrido las devotas de Swami Vivekanand­a Saraswati, líder de la secta Yoga Agama, acusado de numerosas agresiones sexuales y violacione­s. Narcís Eduard Tarcau (su verdadero nombre) fundó dicho grupo en Tailandia, en el año 2003. Durante sus clases de yoga y meditación abusó de una treintena de alumnas, quienes finalmente han decidido denunciar los terribles hechos. Otro caso similar es el del telepredic­ador turco Adnan Oktar, de 62 años, detenido el pasado mes de julio por abusos sexuales a menores, rapto, chantaje y espionaje. Solía ir acompañado siempre de exuberante­s mujeres a las que llamaba “gatitas” y que eran sus esclavas

Las SECTAS COACHING son capaces de hechizar a una enorme legión de necios a través de costosos cursos y seminarios de superación personal y otras técnicas que pretenden aumentar la autoestima y fortalecer la salud, la personalid­ad y el optimismo.

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El telepredic­ador turco Adnan Oktar y su cohorte de seguidoras.

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