El peligro de los aditivos
La industrialización del proceso de embasado de los diferentes alimentos ha provocado que muchos de ellos contengan aditivos, los cuales no siempre son beneficiosos para nuestra salud...
Desde hace décadas, la alimentación pasó a industrializarse y, con ello, comenzó una carrera para distinguirse por la elaboración más conseguida, mayores VENTAJAS, MEJOR SABOR… EN DEFINITIVA, POTENCIAR LA EXPERIENCIA DE SU CONSUMO. PARA ello, y ayudados por la industria química, añadieron una serie de elementos químicos que potenciaban las características positivas de los alimentos, sin saber bien las posibles consecuencias de su acumulación en el organismo.
Los aditivos son considerados compuestos y sustancias con el fin de potenciar algún aspecto, o eliminar una parte negativa del mismo y que podría convertirse en un perjuicio por el peor sabor, peor aspecto y peor olor frente a otros productos similares de la competencia. Hacen, por tanto, que el alimento elaborado no solo entre por los ojos, sino que tenga unas características culinarias atractivas para el consumidor. En ocasiones, estos aditivos pueden convertir un producto en “superalimento”, aumentando el tiempo de frescura o añadiendo nutrientes esenciales para nuestro organismo que, o bien no tie- nen el producto en sí, o que pueden ayudar a potenciar su venta por el atractivo que produce en el cliente al “mejorar” su salud.
No todos los aditivos son compuestos químicos. En ocasiones, estos pueden ser especias o hierbas en su justa proporción que antes no se sabían de su potencialidad: vinagres para mejorar el tiempo de conservación o las características del alimento si este se presentara sin su presencia, o las sales como potenciadores del sabor en carnes y otros alimentos. De hecho, este último, además, de ser uno de los más usados, también puede convertirse en un arma muy perjudicial para la salud en un consumo desmedido.
Estos aditivos cumplen varias funciones princi- pales, como son mejorar la textura mediante estabilizadores o espesantes, o emulsionantes que evitan la separación de ingredientes. El añadido de vitaminas, minerales y otros nutrientes mejoran el aspecto saludable del producto, y los conservantes ayudan a que se preserve el alimento durante más tiempo que si se dejara su degradación de forma natural tras la elaboración. Los colorantes y saborizantes mejoran el aspecto y sabor del alimento.
El aspecto negativo es que, a día de hoy, desconocemos los posibles efectos secundarios, ya que de ello no avisan las etiquetas como desearían la mayoría de consumidores. En algunos casos, se añaden antibióticos que son perjudiciales al provocar en el organismo una “costumbre” que
dificultan posteriores tratamientos con este compuesto para paliar un problema de salud. Algunas gelatinas, ceras, gomas... pueden suponer un problema grave por su acumulación en el hígado, además de los potencialmente venenosos como son los nitratos y los nitritos, además de los sulfitos, presentes en algunos elaborados cárnicos y en las cervezas y vinos.
La Administración de Drogas y Alimentos de EE.UU. (FDA) tiene una amplia lista elaborada que ha provocado por parte de las autoridades la prohibición a los fabricantes de alimentos para usar ciertos elementos químicos antes mencionados, debiendo ser cambiados por otros aditivos que sean considerados como seguros o menos dañinos para la salud. De esta forma, se ha abierto la veda internacional para provocar un cambio seguro en la industria alimenticia, evitando el “todo vale” con tal de tener unas buenas ventas. Incluso se llegó a detectar ciertas sustancias que provocaban adicción y, por tanto, aseguraban unas buenas ventas de dichos productos, a costa de ser perjudiciales para aquellos que debían mantener sus cuentas de negocio. Una especie de “pan para hoy, y hambre para mañana”, que, afortunadamente, está cambiando en todo el mundo. Ojalá veamos también dichos cambios en nuestro país, uno de los más permisivos con ciertos compuestos aditivos.
conservantes y aditivos
Vivimos en una sociedad donde la alimentación ha girado, en las últimas décadas, y ha sucumbido al márketing de “los alimentos bonitos”. Para lograrlos no se duda en recurrir a conservantes y aditivos que realzan su aspecto o prolongan su fecha de caducidad más allá de lo aconsejado. Muchas de esas sustancias son muy perjudiciales para la salud, sin embargo, no sabemos cuáles. Leemos la composición de los productos que tomamos y no sabemos lo que leemos ante el desconocimiento de las siglas denominativas. Les ayudamos a conocerlos mejor.
Los aditivos alimenticios son sustancias añadidas a los alimentos para preservar su sabor, mejorar su sabor, o mejorar su aspecto. Los aditivos van desde los conocidos como las especias, la sal o el vinagre hasta aquellos cargados de química peligrosa.
Los conservantes son sustancias que alargan la “vida” del alimento o producto, evitan el moho o que pierdan el sabor característico del mismo.
Es curioso porque los aditivos alimentarios no son técnicamente conservantes, no obstante, evitan que los alimentos se sequen. Los aditivos como conservantes incluyen:
• Humectantes: evitan que los alimentos se sequen.
• Agentes de recubrimiento: dotan a los alimentos una capa brillante.
• Agentes de retención del color: mantienen el color del alimento.
• Emulsionantes: impiden que el agua y el aceite se separen en mayonesas, helados, leche homogeneizada, y similares.
Abusar de este tipo de agentes externos a la comida todo lo que es comida rápida, basura, alimentos congelados y alimentos procesados. decálogo peligroso
A continuación encontrarás una lista de los aditivos y conservantes alimentarios, cuyo consumo debes evitar siendo de lo más peligroso para la salud.
1. Los edulcorantes artificiales
Aspartamo, (E951), más popularmente conocidas como Nutrasweet y Equal, a menudo se encuentran en los alimentos etiquetados como “dieta” o “sin azúcar”. El aspartamo se cree que es cancerígeno y es responsable de más informes de reacciones adversas que todos los demás alimentos y aditivos de alimentos combinados. El aspartamo es una neurotoxina. No en vano, erosiona el tejido neuronal y afecta a memoria a corto plazo. Los componentes de este edulcorante tóxico pueden dar lugar a una amplia variedad de enfermedades incluyendo tumores cerebrales, enfermedades como el linfoma, diabetes, esclerosis múltiple, Párkinson, el Alzheimer, la fibromialgia, y algunas dolencias crónicas, así como trastornos emocionales.
El acesulfame-k es un edulcorante artificial relativamente nuevo, que se encuentran en productos para hornear, y en la gelatina. Se ha relacionado con tumores de riñón. Se encuentra en: refrescos de dieta o sin azúcar, Diet Coke, Coca- Cola Zero, gelatina (y más de gelatinas), postres, goma de mascar sin azúcar, mezclas para bebidas, productos para hornear, edulcorantes de mesa, cereales, té helado, vitaminas masticables, y pasta de dientes.
2. Maíz de alta fructosa de jarabe (HFCS)
Es un edulcorante artificial altamente refinado que se ha convertido en la principal fuente de calorías en Estados Unidos.
Se encuentra en alimentos casi todos procesados. Aumenta el colesterol LDL (“malo”), y contribuye al desarrollo de la diabetes y el daño a los tejidos, entre otros efectos nocivos. Se encuentra en: los alimentos más procesados, panes, dulces, yogures con sabor, aderezos para ensaladas, verduras enlatadas, y cereales.
3. Glutamato monosódico (MSG / E621)
Es un aminoácido utilizado como potenciador del sabor en sopas, aderezos para ensaladas, patatas fritas, platos congelados y alimentos de muchos restaurantes. MSG se conoce como un excitotoxina, una sustancia que sobreexcita células hasta el punto de daño o la muerte. Los estudios demuestran que el consumo regular de MSG puede dar lugar a efectos secundarios adversos, que incluyen la depresión, desorientación, daño ocular, fatiga, dolores de cabeza, y la obesidad.
MSG tiene efectos negativos en las vías neurológicas del cerebro y desactiva el “estoy lleno”, la función que explica los efectos del aumento de peso. Se encuentra en: comida china, muchos aperitivos, patatas fritas, galletas, condimentos, comidas congeladas y carnes frías.
las grasas trans se utilizan para mejorar y prolongar la vida útil de los alimentos. se encuentran entre las sustancias más peligrosas para la salud que se pueden consumir de forma regular, ya que están presentes en muchos de los productos que ingerimos diariamente.
4. Grasas trans
Las grasas trans se utilizan para mejorar y prolongar la vida útil de los alimentos y se encuentra entre las sustancias más peligrosas para la salud que se pueden consumir de forma regular, ya que están presenten en muchos productos.
Se encuentran en alimentos fritos rápidos y algunos alimentos procesados a base de margarina o aceites vegetales parcialmente hidrogenados. Numerosos estudios demuestran que las grasas trans aumentan los niveles de colesterol LDL, mientras que disminuye el colesterol HDL (“colesterol bueno”). También incrementan el riesgo de ataques cardíacos, enfermedades del corazón y accidentes cerebrovasculares, y contribuyen al aumento de la inflamación, la diabetes y otros problemas de salud. Se encuentran en: margarina, patatas fritas y galletas, productos de panadería, y comidas rápidas.
5. Colorantes alimentarios
Los estudios demuestran que los colorantes artificiales que se encuentran en refrescos, zumos de frutas y aderezos para ensaladas, pueden contribuir a la aparición de problemas en el comportamiento de los niños y dar lugar a una reducción significativa en el cociente intelectual.
Los estudios en animales han vinculado otros colorantes de alimentos para el cáncer. Cuidado con estos: Azul # 1 y # 2 Blue (E133) –prohibidos en Noruega, Finlandia y Francia–. Tambiéb pueden causar daño en los cromosomas los que se encuentran en dulces, cereales, refrescos, bebidas deportivas y alimentos para mascotas, colorante rojo # 3 (también rojo # 40) (E124) –prohibido en 1990, después de 8 años de debate por el uso en muchos alimentos y productos cosméticos.
Se encuentran en: cócteles de frutas, helados, dulces, productos de panadería, queso americano, bebidas gaseosas, limonada... Amarillo # 6 (E110) y amarillo tartrazina (E102) – prohibidos en Noruega y Suecia.
Aumenta el riesgo de presentar daños en el riñón y tumores de la glándula suprarrenal en animales de laboratorio. También puede causar daño cromosómico.
6. Sulfito de sodio (E221)
Conservante utilizado en la elaboración del vino y otros alimentos procesados. Según la FDA, aproximadamente uno de cada 100 personas es sensible a los sulfitos en los alimentos. Estas pueden experimentar dolores de cabeza, problemas respiratorios y erupciones cutáneas. En los casos graves, los sulfitos pueden causar la muerte por el cierre de las vías respiratorias por completo, dando lugar a un paro cardíaco. Se encuentra en: el vino y frutos secos.
7. El nitrato de sodio / nitrito de sodio
Se usa como conservante, colorante y saborizante en tocino, jamón, perritos calientes, embutidos, pescado ahumado y otras carnes procesadas.
Este ingrediente, que suena inofensivo, es altamente cancerígeno en el sistema digestivo. Allí, se forma una variedad de compuestos de nitrosamina que entra en el torrente sanguíneo y causa daños en los órganos internos: el hígado y el páncreas en particular.
El nitrito de sodio es considerado como un ingrediente tóxico, por lo que el USDA trató de prohibir este aditivo en la década de 1970, pero fue vetado por los fabricantes de alimentos que se quejaron de que no tenía otra alternativa para la conservación de los productos envasados en carne.
Los estudios demuestran que los Colorantes artificiales, que se encuentran en refrescos, zumos de frutas y aderezos para ensaladas, pueden contribuir a la aparición de problemas en el comportamiento de los niños, y dar lugar a una reducción significativa de su cociente intelectual.
Se encuentra en: salchichas, tocino, jamón, fiambres, embutidos, carne en conserva, pescado ahumado o cualquier otro tipo de carne procesada. 8. BHA y BHT (E320)
Butilhidroxianisol (BHA) y hydrozyttoluene butilado (BHT) son conservantes que se encuentran en los cereales, chicles, papatas fritas, y aceites vegetales.
Estos conservantes mantienen los alimentos con un buen color, y previenen la aparición del sabor rancio.causan efectos del sistema neurológico del cerebro, alteran el comportamiento y pueden provocar cáncer.
Se encuentran en: cereales, salchichas congeladas, arroz enriquecido, manteca de cerdo, manteca, dulces, gelatinas...
9. Dióxido de azufre (E220)
Los aditivos a base de azufre son tóxicos, y Estados Unidos, la Administración Federal de Drogas ha prohibido su uso en frutas y verduras crudas.
Las reacciones adversas que pueden causar incluyen: asma, hipotensión (presión arterial baja), sensación de hormigueo o shock anafiláctico. También destruyen las vitaminas B1 y E.
Se encuentran en: cerveza, refrescos, frutas secas, jugos, licores, vino, vinagre, y productos de patata.
10. Bromato de potasio
Este aditivo se utiliza para aumentar el volumen de pan y bollos, y se sabe que causa cáncer en animales.
En definitiva, ahora más que nunca es necesario leer las etiquetas de todo aquello que se consume.
alimentos adictivos
Miembros de la Universidad de Michigan (Estados Unidos) aseguran, tras un estudio, que hay alimentos tan adictivos como cualquier opiáceo u droga. Así hay una lista de alimentos adictivos que, sin dudas, le va a sorprender.
1. Queso: para muchas personas comer un trozo de queso es un placer y despierta deseos irrefrenables. Ello es debido a que contiene una sustancia llamada casomorfina, similar a las endorfinas, presente igualmente en la leche materna, y que tiene como consecuencia el generar una gran sensación de bienestar. Es adictiva, pero diez veces inferior a la morfina.
2. Pizza: la pizza contiene azúcares refinados, harinas, grasas... Todo ello potencia su sabor y su textura. Las grasas saturadas y carbohidratos provocan dependencia, además se le añade el queso y el tomate... Todo ello provoca un efecto calmante en el cerebro.
3. Chocolate: contiene una sustancia que se llama encefalina, su efecto en el cerebro es similar al opio y la morfina generando adicción. Los experimentos en ratas de laboratorio confirmaron el extremo adictivo del chocolate.
4. Patatas fritas de bolsa: muchos snacks y patatas fritas de bolsa contienen glutamato mo-