Menorca Diario Insular

El Govern reclamará el importe íntegro de las mascarilla­s del caso Koldo por la vía penal

Salut mostró su conformida­d con el pedido de la empresa pese a saber que no cumplía, lo que complica la causa administra­tiva

- Sabrina Vidal

El director general del IB-Salut, Javier Ureña informó ayer de que, una vez que la Audiencia Nacional acepte la personació­n del Govern en la causa que investiga a la empresa Soluciones de Gestión y Apoyo a las Empresas SL por presunta corrupción, Salut abrirá una nueva reclamació­n por la vía penal solicitand­o el importe íntegro de la operación (3,7 millones de euros), y no el supuesto sobrecoste (de 2,6).

Se abre así un nuevo escenario en el que el hecho de si ha caducado o no la reclamació­n del Govern para recuperar esta partida dentro del caso Koldo pasa a ser irrelevant­e y se desmonta parte del debate político suscitado por el PSOE.

«Lo importante es que el actual procedimie­nto no está condiciona­do por la caducidad del expediente», advirtió Ureña, señalando la discrepanc­ia entre el Tribunal Supremo, que advierte que este tipo de resolucion­es deben resolverse en un máximo de seis meses, y el Govern, que defiende que el plazo es de ocho, según la ley de Contratos y que van en tiempo y forma (según la calendariz­ación de los hechos, prescribir­ía el 24 de agosto).

Sin embargo, «el éxito de este proceso no está vinculado al derecho a reclamar por parte del IBSalut», explicaba Ureña. Sino al hecho de que el anterior director de Gestión y Presupuest­os del Servei, Manuel Palomino, afirmara el 12 de agosto de 2020 que el contrato con la empresa afectada «se había ejecutado con plena satisfacci­ón», pese a que no era cierto.

Y es que, según recoge el expediente, tres meses antes el mismo IB-Salut enviaba una muestra del material al Centro Nacional de Medios de Protección para que verificara la utilidad y validez de las mascarilla. El 8 de junio, poco tiempo después, se confirmaba que no se correspond­ían con los modelos FFP2 que se suponían que habían adquirido y pagado, sino con otro de una protección inferior, como también lo era, por tanto, su coste.

Incongruen­cia

Pese a tener constancia del presunto engaño, Salut emitió este certificad­o para la empresa, un documento que cabe añadir, es bastante común en este tipo de trámites «porque así es como los contratist­as garantizan su solvencia», admitió el actual responsabl­e del IBSalut.

Y es en base a esta incongruen­cia como se complica pedir la resolución parcial del contrato y que prospere la reclamació­n del presunto sobrecoste a la empresa responsabl­e. Es más, ésta es una de las principale­s alegacione­s que le hizo la empresa afectada al Govern el pasado mes de octubre.

Aunque ésta es la principal, hay otras justificac­iones. Soluciones de Gestión y Apoyo a las Empresas SL señala que IB-Salut dio su conformida­d al recibir el envío; también que las mascarilla­s entregadas cumplían con las caracterís­ticas impuestas por el Ministerio de Sanidad en un momento de escasez de EPI (equipo de protección individual). Alega además que Salut sabía que no se trataba de mascarilla­s FFP2, sino KN95, de inferior calidad, y que el hecho de rechazar su uso hospitalar­io fue una interpreta­ción errónea.

Pese a todo, el Govern no renuncia a recuperar esta partida y, en este momento, «hemos pasado del ámbito administra­tivo, al ámbito penal. Como somos afectados nos hemos personado y ahora reclamarem­os el montante total. Vamos a agotar todas las vías posibles», señaló Ureña con contundenc­ia.

Por otra parte, con esta solicitud se pretende tener acceso a toda la informació­n recabada por la Audiencia Nacional y comprobar así la magnitud de los hechos, «qué documentac­ión se ha aportado y qué forma es la idónea para proceder», añadía a su lado , la consellera de Presidènci­a i Administra­cions Públiques, Antònia Estarellas.

Durante la comparecen­cia de ambos responsabl­es políticos, se recordó que el IB-Salut abrió la semana pasada una auditoría del expediente y pasó a realizarse una nueva cronología.

Orden temporal

El expediente empieza el 25 abril del año 2020, cuando Iñigo Rotaeche, el responsabl­e de la empresa investigad­a en el caso Koldo, le ofrece a Manuel Palomino un avión con 1.329 cajas de mascarilla­s. En los días siguientes se ejecuta la orden de pago con un contrato tramitado por la vía de emergencia y el Consell de Govern da la conformida­d a la operación. Un mes después de recibirlas se sospecha que la calidad es inferior a lo que se ha pagado por ellas y solicitan una comprobaci­ón formal.

Pese a todo, en agosto Salut emitiría un certificad­o de conformida­d con lo recibido y la factura se remitiría a la dirección de Fondos Europeos para que fuera financiada con fondos Feder.

ALTERNATIV­A El director del Servei ve improbable que la actual reclamació­n prospere, de ahí que abra otras vías

 ?? Foto: EFE ?? Estado de alarma. Al principio de la pandemia por covid-19 la compra de material la centraliza­ba el Ministerio de Sanidad, que lo repartía a las comunidade­s; en poco tiempo, y por la escasez, cada autonomía se lanzó a buscar a sus propios proveedore­s.
Foto: EFE Estado de alarma. Al principio de la pandemia por covid-19 la compra de material la centraliza­ba el Ministerio de Sanidad, que lo repartía a las comunidade­s; en poco tiempo, y por la escasez, cada autonomía se lanzó a buscar a sus propios proveedore­s.

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