El PNV, ante las urnas más inciertas desde la escisión de 1986
Tras el fracaso en las municipales y generales la formación opta por un relevo generacional que encabeza Imanol Pradales
El PNV, que ha ganado en votos todos los comicios vascos celebrados hasta ahora, afronta el 21 de abril las elecciones en las que más se cuestiona su victoria desde 1986, cuando el partido se partió por la mitad con la escisión de Eusko Alkartasuna liderada por el exlehendakari Carlos Garaikoetxea. Ahora es el alza continuada de EH Bildu desde que terminó el terrorismo de ETA, y optó por una política institucional con una imagen moderada y más de izquierdas que independentista, la que cuestiona la victoria del PNV.
La formación presidida por Andoni Ortuzar llega a esta campaña con dos fracasos en las municipales de mayo y las generales de julio, aunque fue primera fuerza en los comicios locales y empató a cinco diputados con PSE-EE y Bildu en las generales.
En las municipales perdió votos y concejales, se quedó sin el Ayuntamiento de Vitoria y mantuvo la Diputación de Gipuzkoa junto al PSE-EE gracias al apoyo del PP, que impidió que Maddalen Iriarte (Bildu) fuera diputada tras ser la más votada. Mes y medio después, se dejó la victoria en Euskadi, un escaño y 8 puntos porcentuales de voto en las generales, donde EH Bildu se quedó a 1 décima en porcentaje de voto.
Alarma
Este resultado desató la alarma en el PNV, que optó por la drástica solución de prescindir como candidato del lehendakari, Iñigo Urkullu, y optar por un relevo generacional total aunque fuera el político más conocido y mejor valorado del País Vasco. Además ese relevo se lleva por delante a casi todos los consejeros nacionalistas del Gobierno Vasco, ya que solo Nerea Melgosa figura en las listas el Parlamento vasco y se confirmó el adiós a la política de Josu Erkoreka y Pedro Azpiazu.
El PNV entiende que el partido ha perdido conexión con la sociedad vasca actual y ha optado por un relevo generacional, que se encarna en el candidato a lehendakari, el hasta ahora diputado foral vizcaíno de Infraestructuras, Imanol Pradales.
Campaña
Al no concurrir Urkullu ni sus consejeros, el PNV y Pradales obvian la defensa de la gestión realizada en el Gobierno Vasco, acosado por las críticas de la oposición y la movilización sindical y social, y se centran en dar a conocer al candidato y realizar propuestas de futuro.
Con todas las encuestas auguran una diferencia mínima entre PNV y Bildu, los «jeltzales» tratarán de polarizar la campaña con la coalición abertzale destacando la estabilidad y tranquilidad que proporcionan sus gobiernos frente a la «incertidumbre» de un posible ejecutivo de EH Bildu.
En cuanto a los pactos, tanto el PNV como el PSE-EE prefieren reeditar su coalición y han descartado un Ejecutivo con EH Bildu. Por eso, el verdadero fracaso para el PNV no sería perder la primera posición electoral, sino no poder retener el Gobierno Vasco con los socialistas.