«Amor y perdón, dos caras de la misma moneda»
El insta a los menorquines a ser tozudos como Pedro: lavar los pies»
«no dejémonos
«Hay dos tipos de sacerdocio: el bautismal y el ministerial. A partir del lavatorio de los pies, quiero transmitir un mensaje: no seamos tozudos como Pedro. Dejémonos lavar los pies. El Señor quiere ser nuestro servidor, está con nosotros para ayudarnos, para que seamos fuertes, para lavarnos los pies; para que quede bien grabada en los cristianos de Menorca, la ley fundamental del cristiano que consiste en el amor, el perdón y el servicio», afirmó el obispo Gerard Villalonga en la homilía del Jueves Santo.
El pastor de la Diócesis de Menorca presidió la celebración en la Catedral con la que empezó el Triduo Pascual, momento central del año litúrgico.
La Iglesia católica dirige el Jueves Santo, llamado «Día del amor fraterno», una mirada a la acción solidaria y social de Caritas Diocesana. Recuerda la última cena de Jesús, conmemora la institución de la Eucaristía en la última cena con el lavatorio de los pies a los doce apóstoles; y la oración de Jesús, lleno de angustia y temor ante su próxima muerte, en el Huerto de Getsemaní.
«Amar y saber perdonar»
El obispo Gerard proclamó que «el Señor quiere quedarse con nosotros a través de la Eucaristía, y nosotros nos convertimos en sagrarios del Señor; lo llevamos con nosotros, hasta el punto que el mismo nos dice que si no comemos su cuerpo y bebemos su sangre, no entraremos en el Reino de los Cielos. Este es el misterio del pan y el vino, del Señor con nosotros, en nosotros, en nuestro interior».
El prelado pidió valorar y tener en cuenta el ejercicio del ministerio sacerdotal, con la dedicación y esfuerzo que supone para todos los presbíteros: «Todos los sacerdotes, desde el ordenado de forma más reciente hasta el Papa, somos ungidos por el Señor para celebrar la Eucaristía, para amar, para perdonar y para servir», manifestó. Al mismo tiempo, reclamó especial atención «para los diáconos que, junto con los sacerdotes, van de un sitio a otro, conocen el nombre de las personas de sus pueblos y desempeñan un servicio pastoral constante».
En la homilía señaló y concluyó Villalonga Hellín que «con la conciencia y la necesidad de ser lavados se reblandecerá nuestro corazón y, como Jesús, no seremos jueces rigurosos, sino personas que aman y saben perdonar».
Según el obispo de Menorca, «amor y perdón no se pueden separar porque son las dos caras de una misma moneda. Por tanto, hay que amar y perdonar de corazón, porque esta es la dimensión con la que seremos medidos. De la misma manera que hayamos amado y perdonado, seremos amados y perdonados, con la misma dimensión. No tengamos miedo de amar y perdonar».
«Processó del silenci» en Maó
Maó acogió en la noche del Jueves Santo la Processó del Silenci, organizada por la Cofradía de La Sang, cuyo hermano mayor es Matías Marino. Es la única procesión que se lleva a cabo en Menorca este día. Dejó de celebrarse en 1874 y se recupera en 2014.
En un ambiente de silencio y recogimiento devoto participaron los cofrades de La Sang, numerosos fieles y representaciones del resto de hermandades de la ciudad y otras poblaciones de la Isla. El obispo Gerard Villalonga presidió la procesión, acompañado por el párroco de Santa María, Joan Miguel Sastre, y el diácono Joan Mercadal.