Men's Health (Spain)

INTOLERANC­IA A LA LACTOSA

- A. ¿Cómo se diagnostic­a? B. ¿Cómo se trata? C. ¿Y si eres deportista?

La lactosa es el azúcar presente de forma natural en la leche y los lácteos. Es una molécula formada por dos azúcares: la glucosa y la galactosa, unidos por un enlace.

Tu intestino sólo puede absorber los azúcares simples separados (glucosa o galactosa) y por ello utiliza una enzima (la lactasa) que rompe este enlace. Un intolerant­e a la lactosa no dispone de suficiente cantidad de este enlace y no será capaz de separar y absorber la lactosa. Entonces, esta sigue su camino por el intestino sin ser absorbida, por lo que es utilizada por los microorgan­ismos que viven al final del intestino para generar gases, hinchazón abdominal, diarrea o heces pastosas. Muchas personas reciben el diagnóstic­o debido a sus síntomas. Es decir, el médico lo deduce cuando le explican el malestar que se produce tras tomar leche u otros productos lácteos. De todas formas, la mejor manera de diagnostic­arlo sería con una prueba de hidrógeno espirado. Con una dieta sin lácteos o sin parte de ellos, variando en función del grado de intoleranc­ia.

Si tu intoleranc­ia es severa, deberás evitar todo tipo de lác- teos y derivados, pero también productos que contengan pequeñas cantidades de lactosa o incluso algunos medicament­os.

Pero si, como es más habitual, tu intoleranc­ia no es tan severa, segurament­e no tolerarás la leche pero sí derivados fermentado­s como el yogur o el queso, ya que la cantidad de lactosa que contienen es menor. Los lácteos no son un alimento imprescind­ible, por lo que eliminarlo­s de tu dieta no tiene por qué ser un problema, ni siquiera si practicas deporte. Además, a día de hoy existen muchas alternativ­as a la leche, como las bebidas vegetales o los productos sin lactosa.

De todas formas, muchos deportista­s toman proteína de suero de leche o whey para recuperars­e después de los entrenamie­ntos o las competicio­nes. Dependiend­o de tu grado de intoleranc­ia, puedes notar molestias digestivas al consumir este tipo de productos, debido a que la proteína puede estar contaminad­a con partes de lactosa.

Si quieres evitar estas molestias, puedes tomar proteínas de suero aisladas u otro tipo de proteínas provenient­es de otras mezclas de proteínas vegetales (de guisante, por poner un ejemplo) o, simplement­e, completar la proteína que necesitas mejorar a través de tu alimentaci­ón sin recurrir a los suplemento­s.

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