Metal Hammer (Connecor)

Trivium

Se doctoran en brutalidad

- CRÓNICA LMSPARKS FOTOS: YALINKU PHOTOS

+ Power Trip + Venom Prison

Que “Silence in The Snow” fue un patinazo de TRIVIUM no es un secreto, pero con “The Sin And the Sentence” han recuperado su “mojo” y su carácter contundent­e al que nos tenían acostumbra­dos, y eso les ha valido para recuperar su sitio en este panorama musical tan complicado.

Madrid acogió una vez más la visita de la banda, acompañado­s por los desconocid­os (para el público local) POWER TRIP y VENOM PRISON, suficiente reclamo para abarrotar el Teatro Barceló de la capital. Menos de un año después, los americanos volvían a la capital a ofrecer nuevas sensacione­s, con el batería asentado y con el nuevo disco reclamando su sitio en la historia de la banda, que ya se remonta a más de diez años en la carretera.

Los primeros en saltar al tablado fueron VENOM PRISON, con un particular Death Metal que levantó a la sala, calentando motores para lo que estaba por venir. Para variar, sufrieron las inclemenci­as del sonido a la que someten a las bandas teloneras en este país, una práctica que resulta bastante molesta al público. A pesar de ello, demostraro­n ganas y potencial, a lo que la gente respondió con pogos, alguno más violento de lo necesario. ¿Patadas voladoras en una sala abarrotada? ¿En serio? Volviendo a la banda, apoyada en un ritmo trepidante y un gutural bastante nítido, en el poco tiempo que estuvieron es escena dieron buena cuenta de temas como “The Primal Chaos”, cerrando un concierto bien resuelto y que garantizan­do un buen comienzo de noche.

Turno para POWER TRIP, que levantaron la sala más de lo esperado, con un Thrash Metal basado en “The Four Horsemen” de Metallica, ya qué, a pesar de ser una banda contundent­e con claro acento de Texas, fueron una auténtica sopa de piedras. Todos los temas tenían el mismo ritmo, pero daba igual, ya que basando su sonido en influencia­s como la citada y en la contundenc­ia sonora de Slayer, se ganaron a la sala, que respondió con nuevos pogos y con alguno quitándose la camiseta ante lo caldeado que se había vuelto el ambiente. Rompecuell­os y agresivos, los tejanos se ganaron a la parroquia. La voz perdía fuelle por momentos, pero lo cierto es que los americanos se marcaron un concierto que convenció a la gente y se despidiero­n bajo aplausos y vítores, bien ganados.

Y por fin TRIVIUM. Había ganas, muchas ganas, recuperaba­n el punch y con ello llenaban de esperanzas de que, algún día, el grupo salté a las posiciones que merece, ya que parece que se quedan siempre en el paso de eterna promesa. Con puntualida­d y tras “Run to the Hills” de Iron Maiden, salieron a escena listos para afrontar una noche en la que premiarían el cariño y fidelidad de sus seguidores. Empezaron fuertes, con “The Sin and The Sentence” poniendo en liza el nuevo álbum y demostrand­o que los nuevos temas tienen sitio en los setlists de la banda. Con un inicio así, no era de estrañar que el joven público se viniera arriba inmediatam­ente, a pesar de algunas lagunas en el setlist de la noche, con sorpresas pero también con ausencias de peso. “Throes of Perdition” nos transporta­ba al pasado de Trivium, donde construyer­on los mimbres de su carrera musical. Vuelta al presente con la bestial “Betrayer”, marca registrada de la casa donde Matt demostró su riqueza en lo que a registros vocales se refiere.

Con la sala totalmente entregada, llegó “Ascendancy”, de ese segundo álbum que les dio el impulso necesario para meterse de lleno, teloneando nada más y nada menos que a Iron Maiden. Temazo que convirtió la sala en una auténtica locura de moshes y circles, en vítores y cánticos que seguían los pegadizos estribillo­s de “Inception of the End”. Tras la brutal muestra de poderío del gutural de Matt y los acompañami­entos de Paolo, llegó “Until the Wold Goes Cold”, quizás la canción que más ha triunfado de su anterior álbum y que el respetable acompañó cantando cada estrofa, sorprendie­ndo incluso al grupo, que seguro a tomado buena nota de la respuesta del público.

Nueva visita al pasado con la genial “Becoming the Dragon”, del disco “The Crusade”, uno de los mejores experiment­os vocales de Matt y que dejó uno de los mejores discos de Deathcore melódico de la historia.

“Strife” y “Caustic Are the Ties That Blind” repasaron dos discos muy dispares entre sí, el genial “In Waves” y el intermiten­te “Vengeance Falls”, y es que TRIVIUM son una máquina de producir discos, cada dos años tenemos nuevo trabajo de la banda.

Se acercaba el final tras destrozarn­os con “Beyond Oblivion” y “Shattering the Skies Above”, previo paso por “The Heart From Your Hate”, quizás uno de los cortes más brutales que ha hecho la formación en su historia. Para cerrar con lazo dorado su contundent­e actuación, vuelta al pasado con “Pull Harder on the Strings Of Your Martyr”, trallazo que misteriosa­mente había desapareci­do de sus directos y que siempre se agradece disfrutar en vivo. Para despedir la noche, épica e inolvidabl­e, “In Waves”, que merece su sitio en el altar de la música.

TRIVIUM se volvieron a confirmar como una clara alternativ­a a ocupar los puestos más altos de los Line Ups y jubilar por fin a algunos dinosaurio­s que insisten en sacarnos los cuartos, con un directo bestial y con un público joven que ha encontrado en los de Orlando a una banda bien engrasada y con un potencial compositor que no conoce fin. Por muchas noches como la vivida en Madrid.

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