¡¡Y van 26!!
Ripollet Rock 18
26 ediciones convierten el Ripollet Rock en uno de los eventos gratuitos más veteranos y más importantes de la península, y lo mejor de todo a nivel organizativo siguen superándose año tras año.
Este año la Associació Ripollet Rock lograron que el público se sintiera más a gusto que nunca, más barras y mejor atendidas, mas merchandising, más puestos de camisetas, discos y abalorios variados, comida para todos los gustos y no demasiadas colas de espera en ningún sitio. Ahora sí que sí. Otro tema fue la asistencia, flojeo respecto al año anterior, lo cierto es que este año se quedó bastante atrás, el cartel a priori no era tan atractivo como el del 2017, también es verdad que fue su 25 aniversario y entonces se celebró una fiesta por todo lo alto.
Lamentablemente y debido a un problema con el equipo de iluminación y ajeno a la organización, la primera actuación comenzó un poco más tarde de lo previsto, casi a las 22:20h.
WE EXIST EVEN DEAD
Como siempre, la banda local fue la encargada de abrir el festival, su metalcore agresivo lleno de rabia y fuerza pronto hizo mella en el público más joven que se lo pasó en grande. WEED, como se hacen llamar, arrancaron moshpits, saltos y derroche de energía a raudales… Su estilo, con riffs pesados y contundentes encaja perfectamente en los estándares del estilo, desgranaron algunos temas de su más reciente trabajo “Eventide”. La puesta en escena era austera, pero ¿para qué más?, las tarimas hicieron de trampolín y saltando de un lado a otro llenaron todo el escenario.
Lástima que no disfrutaron del mejor sonido, pero de sobras demostraron que tienen talento y tablas para elevar a su público al éxtasis a lo largo y ancho de esos cuarenta minutos de actuación de los que disfrutaron. El cierre con el tema “Unlimited” puso el broche de oro a una gran actuación.
HARD BUDS
Tras un intermedio de apenas 15 minutos saltaron a escena los gerundenses Hard Buds. Fueron la banda más alejada estilísticamente de la tónica general, mas orientada al metal, pero aprovecharon la ocasión para dar a conocer su último álbum “Thunderstorm” (2016). El clima se unió la fiesta y haciendo honor al título del disco nos regaló, allá a lo lejos, su espectáculo de truenos y relámpagos. Por suerte la lluvia finalmente no hizo aparición.
Para algunos fueron de lo mejor de la noche. Ellos disfrutaron e hicieron disfrutar al público. Abrieron con la fantástica “Are you Ready” y en sus apenas 40 minutos fueron de menos a más tuvieron tiempo hasta de versionar el “Runnin’ Wild” de Airbourne. Hicieron una gran actuación que hubiera podido ser inmensa si hubiera sido con la cercanía y el calor de una sala. Cerraron con “Wake Up” y la tremenda “Fireballs” y consiguieron que finalmente el show se nos hiciera corto.
CRAZY LIXX
Poco después de la media noche saltaron a escena los suecos Crazy Lixx, nos trajeron desde su Malmö natal ese hard rock atrevido y sin tapujos del que fueron abanderados en su día bandas como Mötley Crüe, Faster Pussycat o L.A Guns. Forman parte de lo que se ha dado en llamar la New Wave Of Swedish Sleazy Metal junto con bandas del calibre de Babylon Bombs, Crashdiet o Billion Dollar Babies.
Arrancaron como en su último álbum Ruff Justice (2017) con el tema “Wild Child”. No dieron respiro al público desde el minuto 0 convirtiéndose en la que ¡¡SI!! fue para para la gran mayoría la banda triunfadora del festival. Continuaron con “XIII”, el famoso tema que ha sido parte del videojuego dedicado a la película clásica de culto “Viernes 13” con Danny Rexxon cantando caracterizado de Jason, mascara y todo. Su actitud macarra y buen hacer en el escenario estaban poniendo al público muy arriba, pero cuando bajaron demasiado el ritmo con la balada “Children Of The Cross”, suerte que fue momentáneo y volvieron a dar caña a partir de su siguiente hit “Lock Up Yor Daughter” Entre canción y canción dejaron entrever que ya están en plena grabación de lo que será su próximo álbum de estudio que posiblemente verá la luz ya en 2019. Acabaron un estupendo show uno de sus mejores trallazos y de los mas celebrados de toda la noche “21 Till I Die”, fin de fiesta por todo lo alto, no hubo bises, aunque el público lo pidió. Sin duda, los triunfadores de Ripollet Rock 2018. Ya nos sólo por su actuación, sino por su carácter y buen rollo desplegado durante toda la actuación.
ROYAL HUNT
Tras un pequeño retraso técnico, al filo de la una y media llegó el momento para los cabezas de cartel de este año, los daneses Royal Hunt. Arrancaron con su éxito “Last Goodbye” perteneciente al álbum de debut en la banda del cantante DC Cooper “Moving Target” (1995). Quitando la presencia en primera fila de los fans más acérrimos de la banda la repuesta del público no fue tan cálida como cabía esperar, Cooper se esforzaba desde las tablas para mover a un público anodino que parecía haberse vaciado de energía en la actuación de los Lixx. Presentaron algunos temas de su nuevo álbum como “A Millions Ways to Die” “Half past Loniless” o “The Last Soul Alive”, aunque los mayores vítores se lo llevaron clásicos como “Until The Day”, “Message To God” o la final “A Life To Die For”. Volvieron al backstage para retornar al escenario poco después con un bis de otro tema nuevo “Fistfull Of Mysery” que además es el single. Cooper aprovechó el momento para lucir una camiseta del festival. Una gran banda que no acabó de conectar con la gente, a pesar del buen hacer de Anderson y los suyos, que se dejaron la piel sobre el escenario.
SERENITY
Cerca de las tres y media de la madrugada comenzó la última actuación de esta edición a cargo de los austriacos Serenity y su metal mas progresivo. El público ya se había reducido a un poco menos de la mitad, cosa que no amedrentó a la banda. Sacaron sus mejores armas y ofrecieron un espectáculo digno de un cabeza de cartel.
Abrieron con “United “, de su último trabajo “Lionheart”, desde el inicio Neuhauser demostró que es un frontman como la copa de un pino, supo meterse en el bolsillo a la audiencia que allí quedaba y él y los suyos ofrecieron un concierto memorable. A destacar el buen sonido en este tramo final del festival que vino mejorando progresivamente desde la actuación de Crazy Lixx. Espectacular fue el momento cuando el propio Georg Neuhauser bajó de las tablas para cantar al borde de la valla y acabar llevado en volandas sobre el público. Una gran banda y buenísimo concierto, lastima la hora tan tardía.