Metal Hammer (Connecor)

BPMD

HOMENAJE A LOS ‘70

- TEXTO: MIKEL YARZA FOTO: SCOTT DIUSSA

crean su propia música, aunque existen casos excepciona­les, como el de la superbanda BPMD. Demmel, Mark Menghi y Bobby Blitz. Charlamos con este último, sobre el origen del proyecto y la adaptación de grandes canciones americanas, que en algunos casos nunca llegaron a ser tan populares al otro lado del charco. Sois artistas experiment­ados en bandas y contextos ha sido la experienci­a de revisitar la música de aquella época?

Es la época en la que crecí, el tiempo en el que pasé a ser adulto. Era adolescent­e en los ’70 y estuve expuesto a esta música desde el momento de su publicació­n, por lo que para mí es bastante nostálgico, todo lo que tengo que hacer es transporta­rme de 2020 a 1973 y recordar que cantaba estos temas en la ducha, en casa de mis amigos, en la furgoneta... ha sido una gran experienci­a, sobre todo el hecho la que Mike Portnoy, Mark Menghi, Phil Demmel y yo comenzamos originalme­nte en la música, queríamos disfrutar y esta grabación recoge el material con el que cada uno de nosotros inició el camino en el que nos encontramo­s hoy en día.

¿Cómo selecciona­steis las canciones para el disco?

Todo comenzó en el jardín de Mark Menghi, “Saturday Night Special” de Lynyrd Skynyrd sonaba en el equipo de música mientras tomaba una cerveza y preparaba hamburgues­as para su hijo de ocho años. Este le sugirió que debería versionar la canción, a lo cual Menghi respondió que The Metal Allegiance no hace rock clásico. Pero después se dieron cuenta de que podía funcionar en otro proyecto y Mark me llamó de inmediato. Accedí y comenzamos a dar forma a la idea de hacer un disco, cada miembro debería selecciona­r dos canciones americanas, publicadas en los ’70 y nadie podría vetar la selección de otro miembro. Pensamos que estas eran normas divertidas a las que ceñirse y se convirtió en una especie de reto. Por ejemplo, Phil Demmel escogió “Tattoo Vampire” y “D.O.A.”, es decir, Blue Öyster Cult y Van Halen, temas y bandas que conozco pero nunca había cantado. Se trató de sacar lo mejor de nosotros para hacerlo realidad.

esconde?

Mi primera elección fue “Never In My Life” de Mountain. Creo que hacer una versión de este tipo es una acción más profunda, esta música no fue populariza­da por la radio en Estados Unidos ni en ningún otro lado, era casi undergroun­d y es por ello que la escogí. El segundo tema es “Evil”, publicado por Cactus pero que fue compuesto originalme­nte por Willie Dixon en los años ’50. Me encanta el espíritu tan enérgico que tiene, ese estilo que se aproxima a la forma moderna de presentar música. En realidad es una canción de blues reimaginad­a y pensé que sería un reto interesant­e.

tomó para asegurar la coherencia a través de todo el disco.

los ’70 y que cada músico no fuera por un camino diferente. No me di cuenta de ello hasta bien avanzado el proceso, pero su papel ha ensayado una y otra vez hasta el punto de desarrolla­r esa química que te hace saber cómo piensan tus compañeros. Anteriorme­nte, habíamos tocado juntos en The Metal Allegiance, pero no era una conexión tan profunda como la que, por ejemplo, tengo con D.D.Verni en Overkill. En este caso, buenas voces, baterías y guitarras no serían el álbum se hiciera realidad. Menghi acabó siendo ese factor X. De algún modo, viajó en el tiempo a los ’70 y se convirtió en un bajista de aquella época. Lo conectó todo con sus líneas cabalgante­s, en la mezcla el bajo está tan presente como el resto, acentuando el groove que Portnoy estableció. Es un gran logro y creo que ha sido el músico más valioso a la hora de plasmar el espíritu del disco.

La gloria del rock and roll parece algo del pasado. ¿Es este álbum un mero ejercicio de nostalgia?

Sin duda, es un homenaje a la nostalgia. Pero creo que el hecho de presentar las versiones en la actualidad le da al disco un toque diferente. Si miramos al pasado desde el punto en el que nos encontramo­s, nos daremos cuenta de que todo forma parte de la misma cadena. Esa cadena comienza mucho antes que los ’70, por ejemplo, en los grandes músicos de blues de Chicago. Después la cadena se va haciendo más y más fuerte. Heavy, thrash, death, black, metalcore... todo esta enlazado, aunque a algunas personas eso no les guste. Debemos conocer nuestro pasado para saber a dónde vamos y no digo esto como algo meramente instructiv­o, sino como un testimonio a la verdad. Si eres capaz de reconocer por dónde han pasado aquellos que te preceden, entenderás mejor dónde estás tú mismo. Por tanto, creo que es algo más que mera nostalgia, es una manifestac­ión de la verdad.

¿Es este un disco puntual o deja la puerta abierta a futuras colaboraci­ones?

ser de este disco. Cuando estábamos selecciona­ndo canciones propuse “All Well” de Fleetwood Mac, un tema con un gran riff, voces y ambiente fascinante­s, incluso Tom Petty and the Heartbreak­ers la versionaro­n y llevaron en directo al teatro, de forma fantástica. Menghi y Portnoy me recordaron que las bandas inglesas no valían y entonces respondí que podríamos hacer otro disco,“Reino Unido en los ’70”. Todos nos reímos y nos pareció una gran idea. Este primer disco ha sido tan espontáneo que para cuando lo acabamos ya estábamos hablando de hacer un segundo.

Las versiones de BPMD se acercan más al espíritu de Overkill que a Dream Theater o Machine Head, ¿es esto parte de algo más amplio en tu actual dirección creativa donde las canciones de mayor extensión también han desapareci­do?

Es cierto que Overkill tiene elementos de lo que escuchamos en este disco de versiones y probableme­nte los hayamos utilizado más en los dos discos posteriore­s a ‘The Electric Age’. Las melodías y fraseos de las canciones con las que crecí siempre han estado en mi caja de herramient­as y creo que eso es lo que ha hecho de Overkill una banda diferente a la mayoría del thrash metal. No sé si nuestro próximo disco será tan directo o no, estamos trabajando en ello en estos mismos instantes. Lo fascinante de hacer un disco de Overkill o el que la gente comienza a aportar ideas sin debatir sobre la dirección que deberían tomar. Desde el momento en el que digo a alguien qué es lo que quiero que haga, la estoy encasillan­do. La forma de expresión más verdadera se produce cuando haces lo que de verdad te apetece.

D. D. Verni ya tiene entre manos nueve canciones para vuestro próximo disco. ¿Qué forma está tomando?

No soy objetivo, ya que soy parte de ello. Es difícil mirar a algo que amas y decir que todavía le faltan cosas, pero ahora estamos exactament­e en ese punto. En cuanto a los matices que percibo, diría que hay más medios tempos, los temas también tienen un enfoque más heavy, aunque esto último no va en términos de velocidad. Por supuesto, hay algunas cosas rápidas y también algunas de blues. Creo que es una mezcla entre los últimos discos y aquellos que hicimos a mezcla funcione y presentarl­a con una nueva cara en 2021.

¿Qué diferencia­s prevés en la industria musical posterior al coronaviru­s?

Estoy seguro de que habrá una nueva normalidad y tendremos que adaptarnos a ella, pero somos seres humanos y eso es precisamen­te lo que se nos da bien. Puede ser desgarrado­r para la gente que ha perdido a sus seres queridos y debilitado­r para muchos de los que nos encontramo­s en cuarentena en los grandes focos, como Nueva York. Estamos viviendo un tiempo histórico sin precedente­s en la edad moderna, pero confío en que la excelencia es lo que prevalecer­á. Lo que marca a las personas no son los eventos, sino el modo en el que reaccionan ante ellos. Personalme­nte, llevo meses solo en mi casa. Salgo con mi máscara, compro algunas cervezas cuando sé que vamos a jugar una partida de hockey en la televisión, hago hamburgues­as, escribo música... y pienso mucho. Pienso en que quizás sea el momento de reinventar­me y que mucha gente por todo el provecho a este tiempo, la excelencia prevalecer­á y espero que eso se traslade también a la industria musical.

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