Metal Hammer (Connecor)

DISCOS

PRIMAL FEAR, PEARL JAM, CROSSFAITH, BEYOND THE BLACK, GRAVE DIGGER, WARBRINGER, ASKING ALEXANDRIA, BLOODBOUND, BLEED FROM WITHIN....

- NUCLEAR BLAST records satur romero

Escuchar un nuevo disco de Primal Fear viene a ser como ir a cenar a tu restaurant­e favorito. Es muy difícil que se tuerzan las cosas y no puedas disfrutar de una agradable velada porque conoces el local, el menú y el ambiente. Por eso es tu restaurant­e favorito, al igual que escuchar un nuevo álbum de Primal Fear es una experienci­a confortabl­e de antemano. Desde su debut homónimo hace ya más de dos décadas, pocos trabajos han publicado los germanos sin convencer ni satisfacer a su base de seguidores con esa personal mezcla de power metal y Judas Priest.

A pesar de los coqueteos con el hard rock en “Seven Seals” o “New metal y ya poseen en su carrera varios trabajos que si se hubieran publicado en los ’80 como “Jaws Of Death” o “Nuclear Fire” serían considerad­os clásicos indiscutib­le del género. No va con Primal Fear la autocompas­ión por no haber llegado más lejos que otras bandas de su estilo que quizás lo merecían menos.Asistan los seguidores que sean a sus conciertos u ocupen puestos menores en según qué festivales, lo suyo es el trabajo duro y constante, y cada dos años sacan otro trabajo para engrosar una carrera con pocos altibajos. Con sus dos últimos discos ‘Rulebreake­r’ y ‘Apocalypse’ seguían demostrand­o los teutones que su capacidad de producir himnos sigue intacta como el primer día, y es algo que se extiende en esta nueva entrega.

‘Metal Commando’ es un álbum que muestra a una banda hambrienta por tocar su nuevo material ante el mundo a las primeras de cambio. No parece que arrastren una experienci­a de bastantes años y en sus canciones se respira esa vitalidad adolescent­e de una primera vez. Con la siempre solvente producción del propio bajista Mat Sinner, las mezclas y masterizac­ión de Jacob Hansen y el regreso a su primera casa (Nuclear Blast) ‘Metal Commando’ comienza con un vendaval llamado “I Am Alive”. Un single en potencia que destaca por sus vertiginos­os riffs en un ejercicio de power/speed metal de los que son dueños y señores. Como en sus últimas entregas, Ralf Scheepers sigue trabajando con más ahínco el rango medio de su voz y deja de lado los agudos estratosfé­ricos, aunque cuando el estribillo lo necesita como en este caso, no esconde su fuerza ni sus alaridos “rompecrist­ales”.

El tridente de guitarras formado porTom Naumann,Alex Beyrodt y Magnus Karlsson ilumina en todas las canciones muchos trayectos con sus melodías dobladas, pero si su trabajo se reduce a recrudecer riffs para sonar descaradam­ente al estilo Judas Priest como en “Along Came The Devil” lo hacen con una enorme contundenc­ia. Sin duda se lucen más en “Halo”, puro power metal en el que Scheepers por su forma de cantar traslada a sus primeros años en Gamma Ray. Cuando Primal Fear ahondan en este terreno lo hacen con una credibilid­ad de la que muy pocos pueden presumir. En “Hear Me Calling” bajan el pie del acelerador e inundan el aire con unas melodías ochenteras en las que logran transmitir más sentimient­os que cuando pulsan el botón del control remoto. Es una de las joyas escondidas de este trabajo que gana enteros con cada escucha.

Vuelven a la estela de sus reconocido­s maestros con “The Lost en primera línea unas melodías de guitarras que ganan el mismo protagonis­mo que esos agudos marca Rob Halford que suelta su vocalista. “My Name Is Fear” es rápida y metálica como ninguna y recuerda a la frescura de sus primeros discos con un excelente trabajo a los bombos de su nuevo batería Michael Ehré. Otro de los cortes que podría tomar el papel de himno en un futuro inmediato.

La sorpresa viene de la mano de la balada ‘I Will Be Gone’. Nunca ha destacado Scheepers por poseer una voz cálida y sentimenta­l, pero en esta interpreta­ción pone al descubiert­o su antítesis con honores. Las acústicas arropan una de las mejores baladas que la banda haya grabado en su longeva carrera, y solo por ello hay que alabar las ganas esperadas son “Raise Your Fists” y “Howl Of The Banshee”, que si bien no poseen ninguna anomalía distintiva a destacar, cumplen con creces su cometido bajo los patrones de rapidez y melodía. “Afterlife” es mucho más cruda, con un estribillo rompedor y con una base rítmica dura como el cemento. De esas que provocan que alguna parte del cuerpo se mueva al son de la música de forma automática.

En todo este trabajo, Primal Fear usan sus armas conocidas pero el más de trece minutos en el que la banda alemana se sale de las normas y exploran territorio­s desconocid­os. La fuerza de las melodías de las guitarras, la variedad vocal de Scheepers y los juegos de claroscuro­s que deja más que satisfecho a sus nuevos y antiguos seguidores. Que veintitant­os años después continúen publicando discos con esta panorama heavy metal. Cualquier tema de ‘Metal Commando’ es capaz de alegrarte el día.Tanto como cenar en tu restaurant­e favorito.

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