Oportunidades de potenciar un adecuado desarrollo del autoconsumo eléctrico
El componente energético es, sin duda, una de las principales bases de la competitividad de nuestra industria y los elevados precios a los que tiene que hacer frente el consumidor industrial en nuestro país hacen que se sitúa en una seria desventaja competitiva en un entorno económico abierto y global. El este contexto, el consumidor industrial de hoy tiene un papel relevante que jugar, profundizando en la implementación de medidas de ahorro y eficiencia energética y avanzando en una mayor implicación como usuario en la gestión energética de sus instalaciones. El adecuado desarrollo del autoconsumo constituye una oportunidad real de desarrollo e incremento de competitividad del Sector industrial. La aplicación del autoconsumo en el sector industrial, y más concretamente en la pyme, es no sólo muy beneficioso y necesario, sino que además contribuirá a reducir de una manera importante los costes del sistema y proporcionaría ingresos al Estado. El pasado otoño se aprobaba la nueva regulación del autoconsumo eléctrico, mediante un Real Decreto que establece la capacidad y condiciones en que las industrias pueden producir y consumir su propia electricidad, manteniendo una conexión a la red para complementar el el suministro cuando así le precisen y verter, en su caso, los excedentes que tuvieren en la red. Pues bien, el Real Decreto 900/2015, de 9 de octubre, por el que se regulan las condiciones administrativas, técnicas y económicas de las modalidades de suministro de energía eléctrica con autoconsumo y de producción con autoconsumo, muestra limitaciones al desarrollo del autoconsumo que a nuestro juicio deben ser corregidas. En concreto, entendemos que el nuevo gobierno que salga de las urnas debería considerar la modificación de una serie de cuestiones básicas del citado Real Decreto que a continuación se detallan: *Cargos de aplicación: Los cargos de aplicación a un consumidor acogido a una modalidad de suministro a partir de autoconsumo deben estar relacionados con la energía que se intercambia con la red eléctrica, no con la energía autoconsumida por su instalación eléctrica dado que no repercute ni se apoya en la red eléctrica. *Disposición de equipos de medida: Se ha de analizar la disposición actual de equipos de medida y evitar la exigencia de hasta tres contadores de medida. *Acumulación eléctrica: La decisión de penalizar la acumulación no está encaminada a reducir costes energéticos a la pequeña y mediana empresa. No poner trabas a la integración de sistemas de acumulación permitiría a nuestras empresas flexibilidad para aprovechar sus excedentes y, de este modo, posicionar, aún más si cabe, al sector industrial de nuestro país como una referencia en el campo de la gestión energética. Otros países fomentan las tecnologías que aún no son consideradas como maduras para facilitarles su integración en el mercado. *Seguridad jurídica: Los cambios de retribución y legislación retroactivos crean demasiada incertidumbre a la hora de hacer inversiones. La regulación en materia energética se ha de desligar de los cambios retroactivos para tratar de impulsar nuevamente este Sector, dados los beneficios que aporta, entre otros, al tejido industrial. En definitiva, bajo esta nueva modalidad de Autoconsumo que proponemos se potenciaría el avance hacia un sistema energética bajo en carbono, con una mayor implicación de los usuarios (tanto particulares como empresas) en la gestión energética de sus instalaciones.