MEWA Turbigo, un ejemplo de servicio sostenible
LMEWA Turbigo es una de las tres instalaciones que la multinacional posee en el país italiano, junto a las de Padua y Roma. Aunque la presencia del grupo, que nació en 1908, se extiende por toda Europa, a la que recientemente se ha sumado Portugal, su mayor desarrollo está en países germanoparlantes. La multinacional tiene, actual y aproximadamente, 174.000 clientes y viste a un millón de trabajadores. Para realizar su servicio, cuenta con una flota de 500 camiones. En 2015 alcanzó una facturación de 612 millones de euros.
En las instalaciones de Turbigo, creadas en 1987, MEWA realiza tanto el suministro, la recogida y el cuidado de los productos textiles, como su mantenimiento y sustitución en el caso de desgaste. La actividad de la empresa se desarrolla en el ámbito de la ropa de trabajo, paños de limpieza, alfombrillas absorbentes, felpudos y rollos de toalla. Además, MEWA ofrece artículos para la protección laboral bajo la marca “World Wide Work by MEWA”.
Con más de 21.000 clientes, la filial facturó el pasado año 38,7 millones de euros. El volumen mensual de lavado de ropa de trabajo es de 120.000 piezas, 7,9 millones de unidades de paños y 1.400 alfombrillas.
Desde hace tres años y dos en España, MEWA ofrece un nuevo servicio, las lavapiezas, que está teniendo un importante desarrollo. Se trata de un sistema que gracias a un detergente preparado y elaborado con manzanas, lo que le confiere ese olor característico de esta fruta, permite lavar y limpiar profundamente cualquier pieza de acero, metal, chatarra... dejándola como nueva. Mewa realiza periódicamente el mantenimiento del sistema para que funcione siempre como el primer día. Hoy, MEWA cuenta con los certificados de Gestión de Calidad según la norma ISO 9001; Gestión ambiental según la norma ISO 1400; y el Sistema RABC certificado de acuerdo a la norma DIN EN 14065.
Valores de peso
MEWA Turbigo aplica uno de los principales valores de la compañía en el cuidado del medio ambiente. Así, sus principales fines son lavar, ahorrando energía y un consumo de agua bajo, por lo que el impacto medioambiental es reducido. Todo ello lo consigue utilizando una técnica propia mediante un procedimiento orgánico.
MEWA ahorra hasta un 50% de agua en relación a los procesos de lavado tradicionales gracias a un know how propio y su sistema de reutilización de agua empleada en el lavado y aclarado. Este ahorro es posible por medio de la llamada técnica en cascada, que filtra, en la última vuelta del aclarado, el agua que todavía es aprovechable. Esta agua, que posteriormente será tratada, podrá ser reutilizada en nuevos procesos de lavado. El proceso de lavado se realiza con detergentes y otros productos de limpieza biodegradables, utilizando para ello cantidades mínimas.
Recuperando en varias etapas el calor de las lavadoras y secadoras mediante intercambiadores de calor, reduce notablemente el consumo de energía necesaria para calentar el agua y las instalaciones de la empresa. De esta manera, MEWA ahorra al año hasta siete millones de litros de gasóleo. A través del aprovechamiento de agentes contaminantes extraídos de los procesos de lavado – principalmente, aceites que se encuentran en los paños de limpieza – MEWA cubre hasta un 80% de la energía que necesita para los túneles de lavado y secado en el tratamiento de los paños de limpieza. Por motivos ecológicos, las calderas de vapor necesarias para ello están equipadas con cámaras de combustión de temperaturas elevadas y depuradores de gases. Los gases nocivos de salida se someten primero a una limpieza a fondo. Este aprovechamiento térmico de aceites usados ahorra energía primaria.
MEWA Turbigo es una de las tres instalaciones que la multinacional posee en el país italiano, junto a las de Padua y Roma. Aunque la presencia del grupo, que nació en 1908, se extiende por toda Europa, a la que recientemente se ha sumado Portugal, su mayor desarrollo está en países germanoparlantes. La multinacional tiene, actual y aproximadamente, 174.000 clientes y viste a un millón de trabajadores. Para realizar su servicio, cuenta con una flota de 500 camiones. En 2015 alcanzó una facturación de 612 millones de euros.
En las instalaciones de Turbigo, creadas en 1987, MEWA realiza tanto el suministro, la recogida y el cuidado de los productos textiles, como su mantenimiento y sustitución en el caso de desgaste. La actividad de la empresa se desarrolla en el ámbito de la ropa de trabajo, paños de limpieza, alfombrillas absorbentes, felpudos y rollos de toalla. Además, MEWA ofrece artículos para la protección laboral bajo la marca “World Wide Work by MEWA”.
Con más de 21.000 clientes, la filial facturó el pasado año 38,7 millones de euros. El volumen mensual de lavado de ropa de trabajo es de 120.000 piezas, 7,9 millones de unidades de paños y 1.400 alfombrillas.
Desde hace tres años y dos en España, MEWA ofrece un nuevo servicio, las lavapiezas, que está teniendo un importante desarrollo. Se trata de un sistema que gracias a un detergente preparado y elaborado con manzanas, lo que le confiere ese olor característico de esta fruta, permite lavar y limpiar profundamente cualquier pieza de acero, metal, chatarra... dejándola como nueva. Mewa realiza periódicamente el mantenimiento del sistema para que funcione siempre como el primer día.
Hoy, MEWA cuenta con los certificados de Gestión de Calidad según la norma ISO 9001; Gestión ambiental según la norma ISO 1400; y el Sistema RABC certificado de acuerdo a la norma DIN EN 14065.
Valores de peso
MEWA Turbigo aplica uno de los principales valores de la compañía en el cuidado del medio ambiente. Así, sus principales fines son lavar, ahorrando energía y un consumo de agua bajo, por lo que el impacto medioambiental es reducido. Todo ello lo consigue utilizando una técnica propia mediante un procedimiento orgánico.
MEWA ahorra hasta un 50% de agua en relación a los procesos de lavado tradicionales gracias a un know how propio y su sistema de reutilización de agua empleada en el lavado y aclarado. Este ahorro es posible por medio de la llamada técnica en cascada, que filtra, en la última vuelta del aclarado, el agua que todavía es aprovechable. Esta agua, que posteriormente será tratada, podrá ser reutilizada en nuevos procesos de lavado. El proceso de lavado se realiza con detergentes y otros productos de limpieza biodegradables, utilizando para ello cantidades mínimas.
Recuperando en varias etapas el calor de las lavadoras y secadoras mediante intercambiadores de calor, reduce notablemente el consumo de energía necesaria para calentar el agua y las instalaciones de la empresa. De esta manera, MEWA ahorra al año hasta siete millones de litros de gasóleo. A través del aprovechamiento de agentes contaminantes extraídos de los procesos de lavado – principalmente, aceites que se encuentran en los paños de limpieza – MEWA cubre hasta un 80% de la energía que necesita para los túneles de lavado y secado en el tratamiento de los paños de limpieza. Por motivos ecológicos, las calderas de vapor necesarias para ello están equipadas con cámaras de combustión de temperaturas elevadas y depuradores de gases. Los gases nocivos de salida se someten primero a una limpieza a fondo. Este aprovechamiento térmico de aceites usados ahorra energía primaria.
En el tratamiento de aguas residuales MEWA alcanza un 99,8%, ofreciendo así una mayor limpieza que la solicitada por los requisitos municipales. Ya en 1975 se instaló la primera planta de tratamiento de aguas residuales concebida por MEWA. Se desarrolló, de forma rápida e intensiva, el conocimiento técnico interno: la mayoría de las instalaciones de proceso y destinadas a la protección del medio ambiente existentes en las lavanderías, como túneles de lavado, secadoras, cadenas de control de calidad, instalaciones para aguas residuales y combustión de aceites utilizados, son de desarrollo propio o instalaciones de constructores conocidos mejoradas con el conocimiento de MEWA.