La reindustrialización europea
Que la industria es clave para el desarrollo económico y social de Europa, es un hecho tan cierto como muchas veces poco reconocido en Europa. Hace unos pocos años parecía que todo esto iba a cambiar cuando la Comisión adoptó su Comunicación “Una industria europea más fuerte para el crecimiento y la recuperación económica” en la que establecía como objetivo lograr que en 2020 la participación de la industria sea un 20% del PIB. Pues bien, lo cierto es que la voluntad sigue ahí pero los hechos son que las políticas adoptadas no parecen tener muy en cuenta esto. Europa es la cuna de la industria manufacturera y ha estado en la primera línea de las revoluciones industriales e innovaciones tecnológicas. La industria da empleo directo a 34 millones de personas en el conjunto de los Estados miembros, a través de cadenas de suministro que comprenden cientos de miles de Pymes y grandes empresas. Ello sin contar los millones de empleos adicionales generados en sectores vinculados. La industria europea tiene una tremenda capacidad de investigación e innovación, reúne en torno a sí una mano de obra cualificada y se ha ganado una reputación global de calidad y sostenibilidad. Esta industria es en buena medida la que dará soporte a lo que estudios hoy en día ya auguran como el 65% de las profesiones del futuro relacionadas con las nuevas tecnologías: robótica avanzada, transporte autónomo, inteligencia artificial, materiales avanzados, aprendizaje automático y colaborativo, biotecnología o genómica,…. Lo que ahora necesita esta industria es el apoyo con determinación de las instituciones europeas y de los Estados miembros para poder ser capaz de crear más empleos y riqueza en Europa. Las alarmas se dispararon cuando entre los años 2000 y 2014 se vio como la participación industrial en el conjunto de la economía caía de un 18,8% a un 15,3%, toda vez que se destruían 3,5 millones de empleos en la industria entre los años 2008 y 2014. Esta realidad, enfrentada a políticas poco resolutivas, pone más aún de relieve el contraste con otros países o bloques econó- micos alrededor del mundo que han puesto a la industria en lo más alto de sus agendas políticas. La estrategia “Make in India” que sitúa a la India como “el próximo destino de producción” o la campaña “Made in China 2025” que busca convertir a China en una potencia manufacturera de primer orden, son ejemplos de ello. El reciente giro de EEUU con la acción “America First” tendrá igualmente un fuerte impacto en este sentido. Retomando el enfoque prioritario que al inicio de su mandato identificase el Presidente de la Comisión Europea, Sr. Juncker, en torno a la reindustrialización de Europa y avanzar hacia una participación de la industria del 20% en el PIB en el año 2020, llega ahora el momento de preparar el próximo Marco Financiero Plurianual. Con tal objetivo es fundamental que la Comisión Europea actúe firmemente y ayude a que la UE siga siendo una potencia industrial global capaz de actuar en un mercado mundial en de competencia leal. Por todo ello, la industria europea precisa que la Comisión Europea: • Reafirme su compromiso de alcanzar el objetivo del 20% del PIB industrial, marcando un horizonte ambicioso y realista; • Adopte un Plan de Acción para afrontar los retos a que están haciendo frente los sectores industriales, ello en el marco de una Comunicación que contemple los pasos concretos que hay que dar y los objetivos intermedios; • Se comprometa a implementar el Plan de Acción de forma precisa y a la realización de informes de progreso regulares. Los Estados miembros y el Parlamento Europeo ya han manifestado claramente su firme apoyo a una estrategia industrial europea a través de Conclusiones del Consejo Europeo que efectúan un llamamiento al fortalecimiento y modernización de la base industrial de la UE (15 de diciembre de 2016) y la Resolución del Parlamento relativa a la necesidad de una política de reindustrialización en Europa (5 de octubre de 2016). Ahora llega el momento de que la Comisión tome las riendas y actúe de forma decidida por ello. La industria, por su parte, está lista para incrementar su cooperación con la Comisión Europea, el Parlamento Europeo y el Consejo de Competitividad para hacer posible la definición e implementación de una estrategia ambiciosa y coordinada de reindustrialización europea que ayude a salvaguardar el liderazgo mundial de los fabricantes europeos y el empleo en Europa. Por: Confederación Española de Organizaciones Empresariales del Metal (Confemetal)