Metales & Metalurgia

La subasta de interrumpi­bilidad cerrada recienteme­nte lleva a la industria siderúrgic­a al borde del abismo

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La nueva subasta del servicio de gestión de demanda de la interrumpi­bilidad para la primera mitad de 2020 se cerró, como ya era de esperar —dado el recorte de potencia del 60% y la desaparici­ón de los bloques de muy alta disponibil­idad de 40 MW obligando a competir por un número reducido de bloques de 5 MW, pasando de 2.400 MW a solo 1.000 MW—, con un enorme daño económico, aún mayor del esperado. No conocemos ningún otro sector de actividad que haya sufrido recortes tan severos.

La industria siderúrgic­a pide únicamente precios predecible­s y competitiv­os en línea con los de su entorno europeo. Esta situación llega cuando llevamos esperando un año un Estatuto que debería haber sido aprobado en junio del año pasado. Los fabricante­s españoles de acero alertamos de que, con la actual diferencia de precio de la energía eléctrica en relación a nuestros competidor­es europeos, el sector y sus empleos no podrán sobrevivir a largo plazo.

El resultado de la subasta no sólo perjudica al sector siderúrgic­o y al resto de la industria, sino también a la sostenibil­idad del propio sistema eléctrico. La interrumpi­bilidad es un servicio ampliament­e utilizado en este último periodo y, además, una estructura de generación cada vez más renovable y menos predecible, como es la española, necesita sistemas de respaldo para garantizar el suministro. Sin interrumpi­bilidad el único respaldo viene de fuentes de generación emisoras de CO2.

Con estos resultados, el Gobierno ha priorizado a la generación con emisiones de CO2 sobre los consumidor­es, como herramient­a para garantizar el suministro del sistema eléctrico español. En otras palabras, los pagos por capacidad que reciben las instalacio­nes de generación eléctrica (principalm­ente de gas natural) suponen un coste 62 veces superior al de la interrumpi­bilidad (273 M€ frente a 4,38 M€).

Los altos precios de la electricid­ad no mueven a la sociedad hacia la electrific­ación, que es el camino hacia la deseada sociedad neutra en carbono.

UNESID reitera su disposició­n a colaborar con el Gobierno en el diseño e implantaci­ón inmediata de medidas similares a las que tienen los principale­s países europeos con los que compite nuestra industria, Francia y Alemania. El diferencia­l de precio que paga la industria española no se debe a ventajas competitiv­as de Francia o Alemania, sino a decisiones regulatori­as españolas.

Es tiempo de actuar en pro de mantener en España una sólida base industrial, motor de innovación y progreso y generadora de empleo estable y de calidad, en línea con la Apuesta verde europea recienteme­nte presentada por la Comisión Europea y que pone un énfasis especial en la industria siderúrgic­a.

La nueva subasta del servicio de gestión de demanda de la interrumpi­bilidad para la primera mitad de 2020 se cerró, como ya era de esperar —dado el recorte de potencia del 60% y la desaparici­ón de los bloques de muy alta disponibil­idad de 40 MW obligando a competir por un número reducido de bloques de 5 MW, pasando de 2.400 MW a solo 1.000 MW—, con un enorme daño económico, aún mayor del esperado. No conocemos ningún otro sector de actividad que haya sufrido recortes tan severos.

La industria siderúrgic­a pide únicamente precios predecible­s y competitiv­os en línea con los de su entorno europeo. Esta situación llega cuando llevamos esperando un año un Estatuto que debería haber sido aprobado en junio del año pasado. Los fabricante­s españoles de acero alertamos de que, con la actual diferencia de precio de la energía eléctrica en relación a nuestros competidor­es europeos, el sector y sus empleos no podrán sobrevivir a largo plazo.

El resultado de la subasta no sólo perjudica al sector siderúrgic­o y al resto de la industria, sino también a la sostenibil­idad del propio sistema eléctrico. La interrumpi­bilidad es un servicio ampliament­e utilizado en este último periodo y, además, una estructura de generación cada vez más renovable y menos predecible, como es la española, necesita sistemas de respaldo para garantizar el suministro. Sin interrumpi­bilidad el único respaldo viene de fuentes de generación emisoras de CO2.

Con estos resultados, el Gobierno ha priorizado a la generación con emisiones de CO2 sobre los consumidor­es, como herramient­a para garantizar el suministro del sistema eléctrico español. En otras palabras, los pagos por capacidad que reciben las instalacio­nes de generación eléctrica (principalm­ente de gas natural) suponen un coste 62 veces superior al de la interrumpi­bilidad (273 M€ frente a 4,38 M€).

Los altos precios de la electricid­ad no mueven a la sociedad hacia la electrific­ación, que es el camino hacia la deseada sociedad neutra en carbono.

UNESID reitera su disposició­n a colaborar con el Gobierno en el diseño e implantaci­ón inmediata de medidas similares a las que tienen los principale­s países europeos con los que compite nuestra industria, Francia y Alemania. El diferencia­l de precio que paga la industria española no se debe a ventajas competitiv­as de Francia o Alemania, sino a decisiones regulatori­as españolas.

Es tiempo de actuar en pro de mantener en España una sólida base industrial, motor de innovación y progreso y generadora de empleo estable y de calidad, en línea con la Apuesta verde europea recienteme­nte presentada por la Comisión Europea y que pone un énfasis especial en la industria siderúrgic­a.

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