La industria del reciclaje de chatarras acusa los efectos de la pandemia del coronavirus
La industria del reciclaje de chatarras está siendo una de las que se está viendo afectada por los efectos de la situación creada por la pandemia del COVID-19, según datos del Bureau of International Recycling. Uno de estos efectos está siendo en los viajes de trabajo, ya que en Europa y Norteamérica, dado por caso, se está evitando todo viaje innecesario y muchos empresarios y profesionales del sector se han comprometido con su responsabilidad ante los consejos oficiales trabajando, sobre todo, desde sus casas.
En la propia actividad, aunque tengamos en cuenta que el negocio de la chatarra ferrosa sigue siendo estable, las nuevas medidas de cuarentena para las tripulaciones de los buques pueden comenzar a retrasar algunos envíos. En la costa occidental de los Estados Unidos están llegando más buques portacontenedores para recoger contenedores vacíos y devolverlos a Asia, por lo que se prevé una mayor actividad en los puertos de los Estados Unidos en las próximas semanas con los contenedores que regresan de China. La actividad en el puerto de Los Ángeles -el más grande de los Estados Unidos- ha sido muy lenta en las últimas tres semanas y sus horas de operación se han reducido.
En cuanto a la chatarra no ferrosa, la situación ha cambiado muy rápidamente en las últimas semanas. Mientras que China se está recuperando gradualmente, muchos países europeos y estados de EE.UU. están declarando cierres. Dado el colapso de los mercados bursátiles del mundo, el impacto en los mercados de no ferrosos ha sido muy evidente: tanto el cobre como el aluminio han perdido más del 10% de su valor en un período de solo 30 días y el comercio ha estado muy parado.
La actividad comercial también ha disminuido en el sector del acero inoxidable. Hasta la fecha, las empresas de chatarra parecen estar operando casi con normalidad, aunque los proveedores han dejado de hacer negocios con particulares. Aunque las consecuencias exactas de la pandemia son difíciles de predecir, el impacto económico es seguro que será enorme.
Los principales cambios que se han producido hasta la fecha en las empresas de chatarra electrónica son el cambio a gran escala hacia el trabajo a distancia. Sin embargo, se prevé una desaceleración de la actividad comercial en un futuro próximo, especialmente si no se contiene la propagación del virus y se mantienen las restricciones actuales durante un período prolongado.
La industria del reciclaje de chatarras está siendo una de las que se está viendo afectada por los efectos de la situación creada por la pandemia del COVID-19, según datos del Bureau of International Recycling. Uno de estos efectos está siendo en los viajes de trabajo, ya que en Europa y Norteamérica, dado por caso, se está evitando todo viaje innecesario y muchos empresarios y profesionales del sector se han comprometido con su responsabilidad ante los consejos oficiales trabajando, sobre todo, desde sus casas.
En la propia actividad, aunque tengamos en cuenta que el negocio de la chatarra ferrosa sigue siendo estable, las nuevas medidas de cuarentena para las tripulaciones de los buques pueden comenzar a retrasar algunos envíos. En la costa occidental de los Estados Unidos están llegando más buques portacontenedores para recoger contenedores vacíos y devolverlos a Asia, por lo que se prevé una mayor actividad en los puertos de los Estados Unidos en las próximas semanas con los contenedores que regresan de China. La actividad en el puerto de Los Ángeles -el más grande de los Estados Unidos- ha sido muy lenta en las últimas tres semanas y sus horas de operación se han reducido.
En cuanto a la chatarra no ferrosa, la situación ha cambiado muy rápidamente en las últimas semanas. Mientras que China se está recuperando gradualmente, muchos países europeos y estados de EE.UU. están declarando cierres. Dado el colapso de los mercados bursátiles del mundo, el impacto en los mercados de no ferrosos ha sido muy evidente: tanto el cobre como el aluminio han perdido más del 10% de su valor en un período de solo 30 días y el comercio ha estado muy parado.
La actividad comercial también ha disminuido en el sector del acero inoxidable. Hasta la fecha, las empresas de chatarra parecen estar operando casi con normalidad, aunque los proveedores han dejado de hacer negocios con particulares. Aunque las consecuencias exactas de la pandemia son difíciles de predecir, el impacto económico es seguro que será enorme.
Los principales cambios que se han producido hasta la fecha en las empresas de chatarra electrónica son el cambio a gran escala hacia el trabajo a distancia. Sin embargo, se prevé una desaceleración de la actividad comercial en un futuro próximo, especialmente si no se contiene la propagación del virus y se mantienen las restricciones actuales durante un período prolongado.