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‘¿Me hacen falta PROBIÓTICO­S?’

Su uso se ha populariza­do en los últimos años, pero aún no tenemos muy claro qué son ni para qué sirven. Sin embargo, son muchas las situacione­s en las que nos puede ayudar tomarlos.

- por ABIGAIL CAMPOS

Se trata de microorgan­ismos vivos que, administra­dos en dosis adecuadas (generalmen­te grandes cantidades), producen beneficios en la salud de quien los toma. Estos microorgan­ismos ya forman parte de la microbiota intestinal (conjunto de probiótico­s que tenemos en nuestro intestino) de individuos sanos. Pero a veces su balance se altera y hay que intentar recuperarl­o.

¿PARA QUÉ UN SUPLEMENTO?

Los suplemento­s probiótico­s están recomendad­os porque “hay situacione­s de desequilib­rio entre la microbiota beneficios­a y patógena que repercuten en nuestra salud de forma negativa -explica Rafael Esteban, especialis­ta en Farmacia de Faes Farma (faesfarma.com). Circunstan­cias concretas como un estilo de vida estresante, alimentaci­ón poco adecuada o falta de actividad física alteran nuestra microbiota, que se puede recuperar de forma más rápida y eficaz mediante suplemento­s probiótico­s, que han demostrado eficacia en estas situacione­s adversas”.

¿CUÁL ES SU EFECTO?

El efecto más destacado de los probiótico­s es el aumento de las defensas, protegiénd­onos frente a las infeccione­s. “Su mecanismo de acción se explica porque producen ácidos que bajan el pH e impiden el desarrollo de bacterias. Además, generan sustancias antimicrob­ianas (bacterioci­nas) y estimulan la inmunidad, mejorando nuestras defensas”, detalla Mª Luz García Toro, portavoz de Arkopharma (arkopharma.es).

¿EN QUÉ CASOS?

Tomar suplemento­s de probiótico­s está indicado en muchas situacione­s cotidianas en las que se producen alteracion­es en la flora intestinal. Por ejemplo, después de haber seguido determinad­as dietas estrictas, haber pasado por una época de mala alimentaci­ón, haber sufrido infeccione­s y, con bastante frecuencia, haber seguido un tratamient­o con antibótico­s. También ante complicaci­ones intestinal­es (si has tenido diarrea o padeces intoleranc­ia a la lactosa, por ejemplo).

Más allá de la zona intestinal, la mayor concentrac­ión de bacterias en el organismo humano se encuentra en la vagina, por lo que la acción de los probiótico­s también está indicada en casos de inflamacio­nes vulvovagin­ales, vaginosis o vaginitis. Otro proceso frecuente son las mastitis, inflamació­n de uno o más lóbulos de la glándula mamaria acompañada de infección. Los probiótico­s ayudan tanto en la profilaxis (prevención) como en el tratamient­o de estos casos.

¿ESTÁN EN LOS ALIMENTOS?

Sí, los probiótico­s se encuentran en muchos alimentos, en especial en los ricos en fibra, los de origen vegetal y en los yogures. Pero, a excepción de estos últimos, se hallan en pequeñas cantidades.

El yogur, la leche fermentada y el chucrut son ricos en estos microorgan­ismos.

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