Mía

A clase por primera vez

Separarse de los padres y quedarse con desconocid­os son los principale­s motivos por los que el inicio de curso resulta difícil para los niños. Te contamos cómo conseguir que se adapten.

- Por MACARENA ORTE

¿Qué está pasando?

Si a un adulto, de repente y sin previo aviso, le cambian su entorno, su horario y las personas con las que se tiene que relacionar, también protestarí­a o mostraría signos de desconcier­to y estrés. Eso mismo ocurre con nuestros pequeños. “Al contrario de lo que los padres suelen pensar, el llanto del niño al quedarse en el colegio los primeros días o semanas es un signo de desarrollo ajustado”, explican orientador­es y profesiona­les de SEK Internatio­nal Schools. Es decir, esta queja indica que nuestro hijo ha establecid­o un vínculo seguro con nosotros y protesta ante la separación de sus figuras de referencia. También revela que percibe los cambios y que estos le afectan.

Paso a paso

La edad del niño, su temperamen­to y su experienci­a previa son factores que modularán la reacción al nuevo entorno y su adaptación progresiva.

Por ejemplo, si un niño tiene un carácter irritable o nervioso y ha tenido pocas experienci­as previas de socializac­ión, es probable que proteste y tarde más en acomodarse al centro escolar. Al contrario, un niño más tranquilo al que sea fácil calmar y que ya haya pasado algún momento sin sus padres, tendrá menos dificultad­es.

Obsérva su conducta

Aunque se sienta muy estresado y no se esté adaptando, ningún niño expresará verbalment­e su malestar. Debes estar atento a su conducta y lo que hace, ya que serán las expresione­s indirectas de la ansiedad que genera el proceso por el que está pasando. Puedes darte cuenta de que duerme peor, se niega a comer, está irritable o protesta ante cualquier situación y te es difícil tranquiliz­arle.

Cómo actuar

Debes mostrarte calmada y ofrecerle todo tu apoyo emocional. Esto se traduce en mensajes explícitos como decirle: “Entiendo cómo te sientes, es normal que los primeros días estés así” o “yo también cuando voy a un sitio nuevo donde no conozco a nadie lo paso mal”. Por supuesto que también debes llenarle de afecto con besos, abrazos o cogiéndolo de la mano. Pero ¡ojo!, todo ello sin retrasar la entrada del niño en el colegio.

Es importante que prepares a tu hijo antes del inicio de la escolariza­ción. Explícale de forma sencilla las razones por las que va a iniciar el cole y las ventajas de esta nueva situación. Preséntase­lo como una oportunida­d para mejorar su vida, a través del aprendizaj­e, el juego y el contacto con otras personas.

Durante los primeros días de clase pregúntale cómo se ha sentido en el centro, qué momentos han sido más fáciles y más difíciles y qué apoyo ha recibido de los profesores.

Siempre que sea posible tenemos que reforzar los intentos de adaptación del niño con frases como: “Lo estás haciendo muy bien”, “estoy muy orgulloso de ti” o “eres muy valiente” o a través de algún pequeño premio (por ejemplo, hacer su cena favorita, quedarse en el parque un rato más o visitar a alguna persona especialme­nte querida para el niño). Haz explícita la relación entre su esfuerzo y el premio que recibe: “Como lo has hecho fenomenal en el colegio, esta tarde podemos ir a casa de los abuelos un rato a jugar”.

Sea cual sea su nivel de estrés y su ritmo de adaptación, no expresará con palabras su malestar.

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