Mía

‘Ha empezado a tocarse’ Cómo actuar

Desde que son muy pequeños, los niños comienzan a explorar su cuerpo, un acto normal que sin embargo todavía preocupa a algunos padres.

- por MACARENA ORTE

La frecuencia con que un niño o niña se masturba puede variar desde varias veces al día (cuando descubre el placer) hasta una vez a la semana.

Algo natural

La masturbaci­ón infantil es un fenómeno habitual del que los padres hablan poco con el pediatra. Sin embargo, “es una práctica que hay que tomarla como algo natural en nuestros hijos”, explica el doctor Javier Cerero, pediatra y experto de Doctoralia. Puede empezar a edades muy tempranas, tan pronto como los diez o doce meses, cuando un bebé sentado a horcajadas se frota.

Debes tratarla de la misma forma que lo harías con cualquier otro comportami­ento que tu hijo en un principio hacía en público y que le enseñaste que se debía hacer en privado porque forma parte de su intimidad (como cambiarse de ropa o expulsar un gas).

Falsos mitos

Su práctica no va a ocasionar que el pequeño sea un promiscuo, que despierte prematuram­ente al deseo sexual o que tenga dificultad­es en la identidad de género (masculino o femenino).

Los padres deben tener claro que la masturbaci­ón en preescolar­es es un acto normal, que casi todos los pequeños más tarde o más temprano lo practicará­n, y que una vez que descubren el placer que le ocasiona no hay que esperar que dejen de hacerlo de forma inmediata.

Acepta que tu hijo se toque como parte de su desarrollo evolutivo, como una conducta que aprendió y que le gusta.

Controla el lugar donde lo hace, permítele que la practique en su habitación o en el baño, y explícale que eso es un acto privado y que no lo debe realizar ante otras personas.

No te conviertas en su espía, ya que los pequeños se dan cuenta de ello.

Tampoco trates de eliminar la masturbaci­ón aplicando castigos físicos ni reprimenda­s, ya que solo conseguirá­s que la conducta se fije en el tiempo.

Comparte la informació­n con el tutor del niño y trata que el enfoque sea el mismo que el que le dais casa.

Intenta jugar más con él y ofrécele más muestras de cariño. Muchas veces los pequeños se tocan porque están aburridos o insatisfec­hos por algún motivo.

Si sientes que no puedes manejar la situación, que te provoca un alto grado de ansiedad y preocupaci­ón o si sospechas que la conducta se aparta de la normalidad, no dudes en consultar con tu pediatra o con un psicólogo infantil.

Cuándo alarmarse

No se le debería dar mayor importanci­a, pues suele ser intermiten­te. Hay que preocupars­e cuando se convierte en una conducta adictiva, compulsiva y cuando socialment­e cause alarma. Cuando la masturbaci­ón se presenta en una frecuencia alta, en cualquier lugar y momento, y sobre todo si lleva consigo escenas explícitas de sexo e involucra a otros niños, podría esconder un problema más serio tanto emocional del pequeño como de abuso sexual por parte de un adulto o niño mayor que él.

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