Moto Verde

OTRA REALIDAD…

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…Es posible con la Free 250 pero también con la 350. Con la llegada de la nueva hermana parece que ahora ésta es como la versión trail «light» frente a la trial 2T. No es del todo así pero está claro que por su mayor peso la 4T responde más estable a la par que menos espontánea. No sólo por el peso, también por la respuesta del motor. Los pros y los contras de uno y otro tipo de propulsore­s se sienten en la Free. La 4T es más silenciosa -sensaciona­l, gracias a sus dos silenciado­resy más burguesa en el uso, pues, por ejemplo, no tenemos que hacer mezcla para la gasolina o no hay que preocupars­e de abrir el grifo de gasolina-.

La 350 rinde más potencia -27,5 CV- y más par -2,8 mkg-, parece tener más aceleració­n y un extra de tracción, dejándose sentir más sólida en los espacios que no son de trial, sobre todo en sendas y en veredas, así como en caminos revirados. Una opción más rutera, que no renuncia a las trialeras, con la que, igualmente, nos liberamos del estrés, de las tristezas. Los comentario­s de la parte ciclo, el cambio, los frenos, la suspensión… de la 250 son extrapolab­les a la 4T.

¿Para quién es la Freeride? Gran obsesión la de KTM por transmitir el concepto de la moto y definir el cliente al que va destinado. Para los que ya han hecho o hacen enduro, tienen o han tenido moto, la Free es una sensaciona­l moto para aparcar la enduro en esas jornadas dedicadas sólo a los escalones y los recorridos tortuosos para flirtear en zonas extremas en vez de usar una trial adaptada a la excursión con depósito algo más grande y asiento alto. También puede ser la primera y única moto entre los que no quieren ni la potencia ni la envergadur­a/peso de una enduro convencion­al que no dominan. La Free busca al inexperto, piloto de asfalto que debuta en el campo, a la chica campera que monta tranquila, al endurero veterano que ya no quiere complicaci­ones o lleva tiempo sin montar, y a quien ha perdido confianza con una enduro normal.

Lo comentamos el año pasado y nos repetimos: seguimos añorando un guiño al uso «dual» y urbano, aunque sea en opción, en forma de una llave de contacto, unos estribos para el pasajero… -en el catálogo Power Parts hay accesorios menos útiles y necesarios para la Free que éstos, como piezas de aluminio de color naranja-. Serían agradecido­s por los que la destinaría­n a más cosas que al campo y que podrían llevar pasajero -ayudaría a muchos a justificar su compra-.

En cuanto al precio, la 250 2T cuesta 6.249 euros pero seguro que si peleáis con el concesiona­rio igual os ayuda a romper esa barrera psicológic­a del «millón de pesetas». La 350 4T cuesta casi siete mil euros. ¿Caras? Para su tipo de moto y segmento tienen un coste alto. Pero no son motos juguete que se desmontan en el primer salto y su estructura está diseñada ex profeso para ellas lo que aumenta su coste de producción. Es un capricho, caro, pero muy divertido y efectivo.

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