QUICKTEST CROSS JUNIOR
KTM 50 SX. Ideal para empezar.
La pequeña montura que veis en estas páginas marca el primer peldaño dentro de la gama KTM de motocross. Una máquina ideada para facilitar a los más pequeños el mayor disfrute en sus primeros pasos en la conducción off road. Una moto, «ready to be ready to race».
Aunque a simple vista la versión Mini sea la misma que la SX 50 pero con suspensiones rebajadas, en realidad cuenta con tantas variaciones técnicas que casi se podría considerar un modelo independiente. La lista de elementos compartidos la encabezan la carrocería, el asiento, el depósito, el manillar, los mandos, los frenos Formula y también el motor. No obstante, la Mini cuenta con especificaciones motrices diferentes como el escape de diseño propio y un carburador diferente -Dell´Orto de 12 mm-, dotado además con sistema de engrase separado para facilitar también el trabajo a los padres.
La parte ciclo de la SX Mini también difiere de la SX 50 «estándar », empezando por el empleo de un bastidor más pequeño, que consigue rebajar la altura del asiento hasta los 558 milímetros -130 menos que la SX 50-. Ello ha obligado a modificar las suspensiones, empleando un amortiguador WP más corto y una horquilla WP también rebajada y que prescinde del sistema neumático AER por la clásica configuración de cartucho abierto -no regulable-. Con ello se logran unos recorridos de 100/147 milímetros, en comparación con los 205/185 mm de la SX 50. Además, se emplea un basculante más pequeño y unas llantas de diez pulgadas en ambos ejes, calzadas con neumáticos Maxxis. La versión 2019 apenas varía con respecto al modelo 2018 -unidad que nosotros probamos-, salvo los adhesivos, y que se vende actualmente a un precio de 3.495 €.
Las características de la SX 50 Mini la convierten en una «primera moto» ideal para los niños y niñas más pequeños, incluso desde los 4 años de edad, faceta en la que la moto austriaca rivaliza con la Yamaha PW 2T o la Honda CRF50L 4T, frente a las que destaca por su mejor equipamiento y un diseño más moderno, lo cual también se refleja en un precio superior. Los mini Prado encontrarán en la mini KTM buenas virtudes para dar sus primeros pasos en el mundo de las dos ruecas -con tactos-, empezando por una baja estatura que les hará ganar confianza al permitirles llegar con los pies al suelo. Además, el bajo centro de gravedad también es sinónimo de unas reacciones ciclo predecibles y estables, apoyado en unas suspensiones que, pese a no ofrecer muchos posibilidades de ajuste -solo precarga de amortiguador-, sí presumen de una buena respuesta. Igual que los frenos, que si bien en la versión SX 50 se pueden quedar algo justos para chavales ya experimentados, en la Mini encajan mucho mejor con su tacto suave y potencia progresiva, ideal para los que se inician y llegan a acostumbrados a los de las bicis.
El motor también destaca por su bondad y su función didáctica, gracias a su embrague centrífugo de precisa respuesta, que permite a los más pequeños el dominar las lecciones de arrancar y parar sin dificultades. El comportamiento motriz progresivo, lineal y no agresivo, también supone una conveniente ayuda para aprender a gestionar la entrega de potencia ante obstáculos y desniveles. MV