LA EDAD DE ORO
Entre mayo de 1968 y agosto de 2007, llegaron las primeras 300 victorias españolas. Desde ese día hasta el pasado domingo, sumamos 301 triunfos más
Son cifras redondas: cincuenta títulos en cincuenta temporadas. El primero, como bien sabéis, lo logró en 1969 nuestro añorado Ángel Nieto, zamorano de nacimiento pero madrileño de adopción, y ha sido precisamente el madrileño Jorge Martín quien ha redondeado la cifra consiguiendo la 50 ª corona del motociclismo español, y la victoria 600, que se han convertido en 601 con el triunfo de Marc Márquez. Mejor imposible, aunque tenemos nuestro talón de Aquiles particular en Moto2, que en los últimos tiempos parece que se les hace bola a nuestros pilotos…
El promedio de éxitos españoles no puede ser más constante, salimos a un título por temporada desde que Nieto se trajo la primera corona desde Yugoslavia. Sólo nos supera Italia, pero no hay que olvidar que nos llevan 20 años de ventaja. En valores absolutos, los transalpinos dominan la estadística, pero resulta indiscutible que el motociclismo español es la primera potencia mundial de la actualidad. A falta de una sola carrera, el próximo Gran Premio de la Comunidad Valenciana, sumamos 22 triunfos por los 20 que tiene Italia, y nuestros pilotos tienen la oportunidad de mantener la hegemonía en el Mundial de MotoGP, que dominan en su conjunto desde 2003.
En estos últimos quince años, la temporada 2008 ha sido la única excepción: ese año no conseguimos ningún título e Italia nos superó en número de victorias. Es el único “pero” a esta brillante etapa, la mejor de toda nuestra historia motociclista, que indudablemente corresponde con lo que podemos llamar la Edad de Oro del motociclismo español.
¿ Cuál es el secreto de semejante éxito? No cabe duda que la política de promoción puesta en marcha a fi nales de los años noventa. En ese periodo el motociclismo español pasó por el peor momento, sin títulos entre 1990 y 1998, y con contados triunfos. Incluso en algunos años ( 1991 y 1993) sin victorias. Pero la puesta en marcha de la Copa Aprilia, el CEV y la Movistar Activa Joven Cup creó los cimientos del motociclismo contemporáneo, una base sobre la que se asienta el éxito presente y futuro de nuestro deporte.
La larga travesía del desierto que marcó los años noventa culminó con el título de Alex Crivillé en 500 en 1999, y supuso el inicio de una nueva etapa. En esos años llegaron al Mundial los pilotos de la primera generación del CEV y las copas, y en 2003, el primer título mundial de este grupo, de la mano de Dani Pedrosa, algo que consiguió hace poco más de quince años.
Nos hemos acostumbrado tanto a las victorias de los nuestros que casi se pasa por alto el signifi cado de estos éxitos y no se les concede el valor que tienen. Conviene ponerlos en perspectiva histórica. Los datos son incomparables: entre mayo de 1968 y agosto de 2007, treinta temporadas, se consiguieron las primeras 300 victorias españolas en el Mundial. Desde ese día y hasta el pasado domingo, han sumado 301 triunfos más, en menos de doce campañas. Y desde que Pedrosa se coronó por primera vez en 2003, hace quince años, se han conseguido la mitad de los títulos que adornan el motociclismo español, nada menos que 25 de las cincuenta coronas mundiales.
Nadie ha logrado tanto en tan poco tiempo, ni siquiera Italia, y sólo Gran Bretaña, en el periodo 1949- 1964, cuando el campeonato llegó a tener hasta seis categorías en liza, el doble que hoy, consiguió una cifra superior, aunque el promedio de títulos conseguidos por el motociclismo español frente a los campeonatos disputados, 25 de 45 ( 55,5 por ciento), es un registro que ningún otro país ha alcanzado. Por eso, insisto, hay que valorar más lo que tenemos, porque estamos disfrutando de una etapa única, inigualable.