DE DÓNDE SALIÓ EL DINERO
Tras la guerra, la familia Porsche no comenzó desde cero. Parte de la fortuna estaba perdida o no disponible, pero tenían recursos suficientes para comenzar la actividad con una plantilla de unas 150 personas. No obstante, el desarrollo de Porsche fue posible por tres entradas de capital sucesivas: las de Piero Dusio, Rupprecht von Senger y Volkswagen. Dusio era el industrial italiano que creó Cisitalia. En diciembre de 1946, gracias a la intermediación de Carlo Abarth y Rudolf Hruska, contrató a la recién creada empresa de ingeniería Porsche Konstruktionen. La idea era desarrollar varios proyectos: una bomba de agua, un tractor, un deportivo de motor central (tipo 370) y un coche de gran premio (tipo 360). La familia gastó parte del dinero de Dusio en sacar de la cárcel a Ferdinand Porsche y a Anton Piëch, marido de su hija Louise, detenidos por las autoridades francesas por colaboradores del régimen nazi y finalmente exonerados de los cargos.
Rupprecht von Senger era un delineante suizo con la ilusión de fabricar su propio coche. A través de un amigo común, estableció contacto con Porsche en 1946, interesado en poner en marcha un proyecto que Karl Rabe catalogó como el tipo 352: un deportivo de cuatro asientos con motor de inyección. Erwin Komenda inició el tipo 356 un año después y Senger prefirió financiarlo en lugar de su idea del coche con inyección. Todavía es objeto de debate cómo un delineante tenía tales recursos, hay quien sostiene que no los tenía y por eso acabó abandonando el proyecto. También hay quien sugiere, como Michel Thiriar, que Senger realmente fue un hombre de paja, utilizado para recuperar unos fondos que la familia Porsche tenía secretamente en Suiza.
El principal impulso para Porsche fue un contrato que firmaron, en septiembre de 1948, Ferry Porsche y el director general de Volkswagen, Heinrich Nordhoff. En virtud de este acuerdo, Porsche Konstruktionen se comprometía a no diseñar un competidor del Volkswagen y ejercería de consultora técnica para Volkswagen. A cambio, tendría en exclusiva la importación del Escarabajo en Austria, se aseguraba el suministro de piezas para la fabricación del 356 y recibiría una prima de cinco marcos por cada Volkswagen fabricado hasta 1954.