EL MINISTERIO DEL AUTO
En la subasta de la casa italiana Bolaffi ha ocurrido un hecho curioso, del que realmente desconocemos si existe un precedente en el país transalpino: a escasas horas de la subasta, el «Ministero Dei Beni Culturali» —sobra la traducción—, abría siete procedimientos por los que se impedía la venta de siete de los coches del catálogo, cuyo valor estimado sumaba en conjunto hasta un millón y medio de euros. Filippo Bolaffi, administrador de la casa de subastas, acudía perplejo y sin demasiadas posibilidades de revertir la situación a la pérdida de una gran parte de su potencial negocio, y según ha explicado en los medios italianos, no está totalmente de acuerdo con la decisión ministerial, por decirlo de un modo suave. Según Bolaffi, uno de los coches tenía una carrocería Suiza, y el otro estaba matriculado en Inglaterra, por lo que la decisión carecería de sentido. Sin embargo, el primero es un Alfa Romeo 6C de 1930 carrozado por Gangloff, y el segundo un imponente Isotta Fraschini 8A Limusina Sala del mismo año, por lo que quizá sí que podrían considerarse perfectamente como patrimonio italiano. Probablemente las autoridades se hayan excedido en estos casos concretos, pues tampoco se trata de unidades únicas ni de especial valor histórico, aunque nadie duda de que son dos piezas de categoría. El asunto ha sentado un peligroso precedente, pues ¿ningún vendedor italiano va a poder ahora ofrecer un Alfa Romeo 6C o un Isotta Fraschini? Por supuesto es una pregunta que carece de sentido, y entendemos que el exceso de celo del ministerio italiano pronto encontrará oposición fundada. Y sin embargo, sentimos algo de envidia, por decirlo de alguna manera. Aquí en España seguimos asistiendo al goteo incesante de unidades con valor histórico real e irreemplazable que han terminado en manos extranjeras. Varios Pegaso Z102 han abandonado el país recientemente, o el único Nardi 750 conservado de los fabricados en Zaragoza, que acaba de partir… ¡hacia Grecia! Alguna rara operación de salvamento se ha dado en España, como cuando la DGT se hizo en el último momento con el estupendo Hispano-Suiza del marqués de Zayas que ahora podemos ver en el Museo de la Automoción de Salamanca. O sin salir de este mismo museo, la reciente adquisición por parte del Ayuntamiento de Salamanca de un Pegaso Z102 Serra y un Mercedes-Benz 320 que de no haber sido por esta operación muy probablemente ya habrían tomado las de Villadiego. Casos positivos, pero en definitiva casos aislados.