Motor Clásico

Descubrimi­entos

POR FRANCISCO CARRIÓN AVIA SIATA 50

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Avia Siata, Opel Olympia, Oldsmobile Delta...

Motor Ibérica era todo un emporio industrial a comienzos de los años 70, pues había fagocitado a muchos de sus competidor­es del sector de la automoción pesada española. Por ejemplo, en 1967 había adquirido Fadisa de Ávila, que venía construyen­do las furgonetas Alfa Romeo bajo licencia, y en 1970 absorbió parte de la antigua empresa Aeronáutic­a Industrial S.A. (Aisa), que desde 1957 fabricaba los conocidos camiones Avia. En 1970 Motor Ibérica también adquirió la empresa carrocera Siata de Tarragona y finalmente, en 1974, se hizo con el control mayoritari­o de Aisa-Avia, por lo que muchos modelos pasaron a ser indistinta­mente Ebro o Avia, un ejemplo temprano de lo que los ingleses llaman «badge engineerin­g» (ingeniería de logotipo).

Todo este conglomera­do industrial fabricaba las simpáticas furgonetas Siata Minivan en la factoría de Montcada i Reixac (antigua Bosuga S.A.) bajo la marca Ebro, pero pronto también comenzó su producción en la fábrica de Áv ila, de donde salían bajo la marca Avia. Justo en 1974 cesaba la producción del Seat 850, cuya plataforma venía siendo utilizada en las Ebro, de manera que comenzó a utilizarse el chasis del Seat 133, lo cual apenas supuso cambios.

El ejemplar de las fotografía­s, matriculad­o en abril de 1976, está fabricado sobre base 133 y ya monta las suspension­es delanteras con muelles helicoidal­es, una modificaci­ón que introdujo Motor Ibérica por aquellas fechas. Se encuentra arrinconad­a en un patio al aire libre, por lo que su estado es realmente def iciente. En el frontal falta la ant iestét ica falsa rejilla de plást ico negro que era tan caracterís­tica de estas raras Av ia-Siata, y que es un elemento que suponemos casi imposible de encontrar. La chapa ha sufrido mucho, quizá demasiado como para pensar en una futura salvación, y ahora mismo se nos antoja como un valioso donante de elementos muy difíciles de encontrar como son los asientos o la luna delantera, auténtico quebradero de cabeza para los aficionado­s a estas pequeñas furgonetas de reparto.

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Difícil futuro. El estado de esta Avia Siata 50 es, tanto exterior como interiomen­te, calamitoso. Al menos conserva todos sus cristales intactos, lo cual la convierte en un valioso donante.

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