Motor Clásico

«En el equipo Lancia, Fiorio era un capo, era el jefe, daba órdenes»

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Dario Cerrato ganó el campeonato de Europa con un Grupo N.

Pero la superiorid­ad del Delta HF 4WD quedó aún más clara la temporada siguiente. El Delta Integrale no estuvo listo para los dos primeros rallyes y Lancia tuvo que correr con un HF 4WD menos potente que en la temporada anterior. Por imposición del reglamento, tenía que ser más parecido al de serie y con el turbo, el intercoole­r y las entradas de aire más pequeñas, la potencia bajó de unos 260 CV a unos 230. Y, aun así, Bruno Saby venció en Montecarlo y Alén en Suecia.

Para el siguiente rallye, Portugal, ya estuvo listo el HF Integrale y ganó todos los de la temporada salvo Córcega, que volvió a ser para un tracción trasera (el Sierra RS Cosworth de Auriol-Occelli). Con relación al HF Turbo, Abarth consiguió aumentar la potencia (hasta 290 CV en los rallyes de asfalto), ensanchar las vías y, por un cambio en el reglamento, utilizar neumáticos más grandes, todo ello sin que el peso fuera mayor (como sí ocurría en las versiones de serie). También a diferencia de los coches de serie, podía utilizar diferencia­les centrales con distinta distribuci­ón de fuerza, adaptada a cada rally. Otras diferencia­s notables con el coche de serie eran la suspensión, con doble muelle y amortiguad­or en el eje trasero, o los frenos, con discos perforados y pinzas de Porsche.

El HF Integrale fue el coche con el que participó el equipo Lancia también en casi toda la temporada 1989. Ganó los cinco primeros rallyes que corrió, incluido

EL S4 LLEGÓ AL MUNDIAL SIN ESTAR DEL TODO DESARROLLA­DO Y, AUN ASÍ, ERA MUY RÁPIDO

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