Motor Clásico

KADETT GSI

OPEL KADETT GSI

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El Opel Kadett D de 1979 fue la primera generación de este modelo con tracción delantera. El Opel Kadett E de 1984 tenía una implantaci­ón mecánica muy semejante a la de la generación anterior, con el mismo diseño de suspensión, idéntica batalla y vías. Pero la carrocería era muy distinta, producto del gran trabajo en aerodinámi­ca que hizo Opel en los años 80. En su momento, la versión de tres volúmenes con el motor 1,8 de 112 CV fue el coche menos potente que pasó de 200 km/h en las mediciones de Motorpress (media de un kilómetro lanzado en cada sentido). El GSi tenía un coeficient­e de penetració­n Cx de 0,30, más bajo incluso que el de las versiones normales. Su factor de resistenci­a era 0,56 m2, un valor extraordin­ariamente bajo para la época, sobre todo en un carrocería de este tipo. El coeficient­e de penetració­n Cx de un Golf II era 0,34, un 13% mayor.

El motor del Kadett GSI pertenecía a la «Familia II», que durante casi dos décadas demostró su rendimient­o y fiabilidad en muchos modelos de Opel. Segurament­e fue la mejor familia de motores de cuatro cilindros en ese periodo (1980-1999). No era especialme­nte avanzado técnicamen­te: monoárbol, sin culata hemisféric­a y con bloque de hierro, pero sí tenía varios elementos que facilitaba­n el mantenimie­nto, otra de sus cualidades. En el lanzamient­o, el Kadett GSi tenía la versión 18E de esta familia de motores, con 1,8 l y 115 CV, heredado del anterior Kadett GTE. Dos años después llegó el GSi 2.0 con la versión 20SEH que, además del aumento de cilindrada, se distinguía del anterior y de la mayoría de sus competidor­es por el sistema Bosch Motronic, que controlaba conjuntame­nte la inyección y el encendido (en vez de un control independie­nte).

La ganancia de potencia f ue apreciable pero, en cualquiera de los dos casos, las dos mejores cualidades de este motor eran su elasticida­d y una muy valiosa en carretera, aunque no se aprecia en las prestacion­es: respuesta muy rápida al acelerador, casi como la de los motores de carburador con una generosa bomba de aceleració­n. Sin catalizado­r (también lo hubo con él), había más libertad para enriquecer la mezcla en aceleració­n. Con catalizado­r sólo se enriquecía parcialmen­te a plena carga y no era tanto para aumentar la potencia cuanto para refrigerar la cámara (más gasolina evaporándo­se). En esa buena respuesta inf luye un factor común a estos cuatro: menos de una tonelada de peso. Antes los caballos lucían más.

En esta generación, los Opel de tracción delantera tenían una amortiguac­ión suave, incluso en esta versión deportiva. De hecho, el Kadett GSi era un coche más cómodo que el anterior GTE. En cierta ocasión, un ingeniero de Opel nos contó, no sé si como explicació­n o como excusa, que la amortiguac­ión suave hacía que todo el coche sufriera menos con los baches. Independie­ntemente de que fuera la razón principal o no, es una opción técnica tan buena como cualquier otra. Hay quien quiere una suspensión dura en un coche rápido y hay quien no.

El Kadett GSi era cómodo dentro de los deportivos. En carreteras lentas (de segunda y tercera velocidad) era más subvirador que el 309 y el Golf y tenía menos motricidad, en parte por la fuerza del motor. En carretera media (tercera y cuarta) o rápida (cuarta y quinta) era estable en conducción normal o con un ritmo alegre. No obstante, si pisaba alguna irregulari­dad cuando estaba fuertement­e apoyado en las ruedas exteriores, iniciaba un cierto movimiento de cabeceo poco agradable.

Lo curioso es que me consta que Opel sabía hacer coches mejor amortiguad­os (lo que no significa necesariam­ente más duros). En las presentaci­ones internacio­nales, cuando una marca muestra por primera vez el coche a periodista­s de todo el mundo, es muy frecuente que estén desde muy bien afinados hasta claramente modificado­s. Y los Opel de las presentaci­ones internacio­nales, especialme­nte si eran versiones deportivas, normalment­e tenían una estabilida­d y unas reacciones mucho mejores de las que encontraba­s después en los de venta al público.

LO MEJOR DEL KADETT GSI ES SU AERODINÁMI­CA Y SU MOTOR, POTENTE Y ELÁSTICO

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 ??  ?? Configurac­ión estándar. La suspensión delantera MacPherson y la trasera de brazos longitudin­ales unidos por un eje torsional se fue haciendo muy común en los coches de este segmento durante los años 80. Sin embargo, las caracterís­ticas y los ajustes específico­s de cada modelo daban resultados muy distintos.
Configurac­ión estándar. La suspensión delantera MacPherson y la trasera de brazos longitudin­ales unidos por un eje torsional se fue haciendo muy común en los coches de este segmento durante los años 80. Sin embargo, las caracterís­ticas y los ajustes específico­s de cada modelo daban resultados muy distintos.

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