MUERE ‘EL REY’
El mito e icono estadounidense Arnold Palmer, padre del golf moderno, fallece a los 87 años Ganador de 7 Grand Slams, fue el primero en hacer rentable su imagen, que exportó a todo el mundo
‘El rey’ ha muerto. Arnold Palmer falleció a los 87 años el domingo por la tarde en el UPMC hospital de Pittsburg (Pensilvania), a causa de una crisis cardíaca tras una revisión cardiovascular.
Palmer es el ‘padre’ del golf moderno. Se hizo profesional en 1954 y desde entonces atesoró 92 triunfos internacionales incluyendo cuatro Masters de Augusta, un Open USA y dos Open Británicos, y participando en 7 Ryder Cup (fue dos veces como capitán), evento que se disputa a partir del viernes en el Hazeltine G.C. de Chaska (Minnesota) y que seguro le rendirá un sentido homenaje.
Su impresionante palmarés –la primera victoria fue en el Open de Canadá de 1955- y contribución al desarrollo del golf fue reconocida con todos los honores y Palmer recibió centenares de premios por todo el mundo. Para él el rasgo principal que había de tener un golfista era ser un ‘gentleman’ (caballero).
Siempre le llenó de orgullo haber sido el pionero del marketing deportivo, la primera figura que comercializó y rentabilizó su imagen. La vendió gracias a la asociación con Mark McCormack en Cleveland , una asociación que le dio la entrada en el negocio del golf. Y estaba muy orgulloso de haber sido capaz de hacer las cosas que hizo con la ayuda de mucha gente. Y por supuesto de hacer el golf más internacional. un deporte global, exportándolo a los cinco continentes. “Mark McCormack fue un gran hombre y tuvo la visión de abrir el golf al mundo de los negocios en todo el mundo, creando la multinacional que creó, IMG, con representación de deportistas de alto nivel, organización de eventos, etc, etc. Y por toda esta obra creada le debemos estar muy agradecidos”, afirmó Palmer en una entrevista a este diario hace seis años en el hotel Palace de Madrid.
Hace más de 50 años Palmer y McCormack fundaron IMG con un simple apretón de manos. ¿Ocurriría hoy una cosa así en el mundo en que vivimos?, le preguntamos. Esta fue la respuesta, simple reflejo de lo que es la lealtad, amistad y fidelidad entre dos personas. “Si no es así, debería serlo. Si un hombre es honesto e íntegro y es capaz de mirar a los ojos a otro dándole al mismo tiempo la mano, como hicimos Mark y yo, pues deberían repetirse gestos como éste. Además, yo jamás firmé ningún contrato con McCormack. Con la palabra valía. Le dije ‘mírame a los ojos y démonos la mano’. Así fue como empezamos a trabajar juntos”.
Palmer fue el primer jugador que ya en los años 60 conquistó al público que acudía a los torneos atraído por su carisma y espectacular juego. Así nació la ‘Arnie’s Army’ (Armada de Arnie), bautizada por la prensa de Estados Unidos como “el mayor ejército del mundo sin uniforme”.
Golfista, aviador, orador, diseñador de campos, exitoso hombre de negocios, ejemplar bisabuelo, abuelo y padre...Palmer lo hizo todo “con mucha pasión y con enorme sentido común”.
La clave del éxito de Palmer se basó siempre en la integridad. Cuando comenzó a ‘venderse’ a través de McCormack e IMG, fue muy sincero con éste. “Le dejé bien claro que nunca apoyaría con mi imagen, ni vendería un producto o servicio con el que no me sintiese cómodo o yo mismo no utilizase, porque me parecía una absoluta falta de honradez”. Ambos lograron desarrollar una filosofía y estrategia de marketing sin precedentes.
Tal era su don de gentes que no escondía su amistad con los diferentes presidentes que ha tenido EE.UU., republicanos o demócratas. Jugó con casi todos los de la era moderna. Dwight D. Eisenhower fue uno de sus mejores amigos, “la persona más buena que he conocido y la que más me ha impresionado”. Jugó al golf con él desde 1958 hasta que murió. Tras ganar su primer Masters le llamó un amigo y le dijo que ‘Ike’ quería jugar con Palmer al día siguiente. Jugaron y se hicieron grandes amigos. “Hablábamos de todo, de lo divino y humano, de la guerra... Recuerdo también que vino a mi fiesta de 37 cumpleaños porque se lo pidió mi mujer Winnie –murió de cáncer tras 45 años de matrimonio– y me trajo un cuadro pintado por él que guardo como el mejor de mis tesoros. Fue un hombre que ayudó a muchísima gente, fue un gran embajador mundial de golf. Era muy positivo y gran conversador. Un gran tipo. El día antes de morir pidió verme. Cogí el avión con mi mujer y fuimos al hospital de Washington donde estaba ingresado. Se alegró mucho con nuestra presencia, estaba escribiendo sus memorias”, explicó Palmer a MD en la entrevista de diciembre de 2010.
No jugó con Kennedy porque “el presidente, dando bolas –¡quería pegar tan fuerte como yo!, bromeaba–, se lesionó la espalda y canceló el partido”. ¿Les dejaba ganar? “No, nunca”. Hasta siempre ‘Arnie’. Palmer, ‘el rey’ ha muerto