Comodín en una baraja de ases
Sergi Roberto ha podido irse mil veces del Barça. Siempre ganando mucho más, pero siempre quiso quedarse. Es de los que valoran mucho más ganar títulos que ganar dinero
Es verdad que Sergi Roberto (24) es un futbolista excepcional. Lleva años siéndolo. Y es cierto también, que por fin tiene la confianza del técnico para ser titular de manera continuada en una de las cuatro posiciones que podría serlo. Y lo está haciendo extraordinariamente bien. Tan bien, que Luis Enrique asegura que se harta de ver fútbol y no es capaz de ver: “un lateral derecho para el Barça mejor de lo que ya es Sergi Roberto”.
El interesado, con la humildad que ha tenido desde que era niño, sigue con los pies en el suelo, aprendiendo de los secretos de la nueva demarcación y, desde luego, sin pretender compararse con Alves. Nada que ver uno con otro. Sergi Roberto no debe llevar ni ocho partidos seguidos como lateral mientras que
Dani jugó ocho temporadas que, globalmente, fueron (aún incluyendo momentos tarambana) excepcionales: titular indiscutible con todos los entrenadores y 28 títulos en el talego. Y si hablamos de asistencias, fueron 102. Una barbaridad. Pocos jugadores, siendo tan caros, han resultado tan rentables, tan baratos. No es hora, pues, de comparar. Faltan años para eso. Alves ha hecho historia mientras que Sergi Roberto la está empezando a escribir.
Tampoco es hora de tener prisa. Con contrato en vigor hasta 2018, ”The Quiet Man”, ni pregunta por su futuro. Jamás le ha importado ni el dinero ni el tiempo. De hecho, siempre vive el presente y en el presente de hoy está disfrutando del futuro con el que siempre soñó desde que en 2006 llegó a La Masia. Ser titular del Barcelona. Un momento que ha llegado tras de haber estado alguna vez a las puertas de calle, empeñándose en quedarse aquí y a base de persistir. De perseguir el tren para que no se le escapara. De tener paciencia, renunciando a grandes ofertas de inmensos clubs europeos.
Sergi Roberto, de haber elegido dinero en vez de gloria, estaría forrado en el Chelsea, en el City o en el mismísimo Real Madrid por indicación directa de Florentino Pérez. Sin embargo, el hombre tranquilo, optó por ser feliz en casa y ahora que lo está siendo hay que dejarle disfrutar, sin meterle presión. Siendo feliz, él no se irá nunca del Barça aunque su cláusula, que son 40 millones, fuese de 400.000 euros. Su compromiso emocional con el Barça sólo es comparable al que tiene su familia.
No se trata, pues de renovarle por renovarle, hasta 2021, 23 o 25, ni tampoco de subirle la cláusula de rescisión a 80, 100 o 200 millones. Esta relación es cuestión de sensibilidad. Quienes han podido, pueden y podrán comprar a Sergi Roberto no le han descubierto ahora que juega todos partidos. Le conocen desde mil años y han intentado convencerle mil veces para que dejase en el Camp Nou, donde en esos momentos le estaban dando muy poca bola. No pudieron. Se quería quedar aquí.
Y el comodín de la baraja de ases del Barça se quedó, ganando un buen dinero - poco fijo pero muchos en variable - aunque (por citar a dos que ya no están) cobrando menos Cristian Tello y Martín Montoya. Poco si, como dice Luis Enrique, no hay otro lateral derecho para el Barça como Sergi Roberto