Construir la provocación perfecta
Era previsible que Jugones justificara el botellazo a los jugadores del Barça
Desde el punto de vista televisivo es interesante analizar cómo se construye el relato perfecto para que el botellazo sea una simple consecuencia lógica de un mal comportamiento de los culés. Jugones arrancaba con Pedrerol sermoneando con afectación: “¡No se puede insultar al público! ¡Insultarle a cinco metros de su cara! ¡No se puede permitir lo que hace Neymar!”. Detrás de él, en la pantalla, se veía a esos jugadores gritar hacia la grada del Valencia. Pero atención, utilizaban sus reacciones al botellazo, que eran mucho más encendidas, y no una supuesta provocación previa. Los gestos anteriores al botellazo no tenían agresividad manifiesta, es decir, no les eran útiles. Lo que hicieron en Jugones fue confundir el orden de lo sucedido. En el vídeo de la noticia, antes de mostrar el lanzamiento de botella repetían una y otra vez la imagen de Messi y Neymar coléricos y transcribiendo sus palabrotas. Lo que era una evidente reacción al botellazo se podía entender, por la construcción televisiva, como una anticipación al botellazo, es decir, una provocación. El rótulo de ‘Provocación’ en pantalla para anunciar lo que en realidad era la respuesta furibunda al botellazo ayudaba a desorientar. Jugones repetía con insistencia las imágenes de lo sucedido pero acababa por desordenar la cronología de los hechos, de tal manera que el espectador confundía cuál era el comportamiento de los jugadores al celebrar el gol y cuál su reacción a la hora de recibir el botellazo. Las imágenes inéditas que decían tener para demostrar la provocación de Neymar y Busquets apenas eran explícitas ni claras, pero mezcladas con los bucles de los gritos arrebatados posteriores, la teoría de la provocación ganaba cuerpo ante un espectador mareado porque ya no sabía lo que había sucedido antes o después.
Es alarmante que a estas alturas no se condenen las agresiones físicas por sí solas, y siempre se asocien e ilustren con argumentos que las justifiquen. Es este relato el que es útil a los potenciales agresores al llevar a cabo sus actos violentos: siempre sienten que hay una razón que les ampara