Fallón, en Madrid ya le pitan y le ven con ansiedad
Ver a Cristiano Ronaldo, un jugador que vive únicamente por y para el gol, sobre todo el propio, sin marcar en ninguno de los últimos cuatro partidos del Real Madrid en el Bernabéu, ha sido una experiencia inédita para la afición merengue. Nunca desde su llegada al club blanco en 2009 había pasado el crack portugués tanto tiempo sin anotar.
En la zona noble del Bernabéu, como gusta denominar a la prensa afín al palco de Florentino Pérez, la preocupación por el momento de la estrella cuesta disimularla. En la propia Asamblea del club el domingo, antes de que CR7 consumara otra actuación decepcionante, su figura despertó mucho menos fervor popular que la mención a un suplente de suplentes que ya no está en el club, Álvaro Arbeloa.
El estado de ansiedad en que vive Cristiano Ronaldo da pie a analizar cualquier imagen suya. Incluso esa foto, antes del partido ante el Athletic, sentado mirando abajo en la escalera del túnel de vestuarios. En la cancha, Cristiano discutió con Kroos y logró que Benzema, el hombre tranquilo, lo mandara a paseo tras una recriminación del portugués. Los propios datos del encuentro suenan ahora reveladores: Cristiano intentó rematar once veces, más que en cualquier otro partido del curso. Hasta llama la atención que de sus 23 pases ni uno fuera a parar a Bale. Todo en un contexto en el que el crack galés, firme apuesta de Pérez, firmará su renovación esta semana. Mientras, la ampliación de CR7, apalabrada hace dos meses, está ahora en ‘stand by’.
La prensa madrileña diagnostica el problema. “Cristiano vive ansioso, merodeando el área, sin aquellas carreras suyas de antaño”, escribía el director de As, Alfredo Relaño